Wikileaks: Al Qaeda planeó hacer estallar un avión en Asia el 11-S
Los informes secretos sobre los presos de Guantánamo recogen varios proyectos para atacar intereses occidentales
Madrid, El País
Al Qaeda entrenó a un equipo de suicidas para secuestrar un avión el 11 de septiembre de 2001 en el sudeste asiático y hacerlo estallar en el aire coincidiendo con los atentados que se perpetraron ese día en Estados Unidos. Los papeles de Guantánamo, facilitados por Wikileaks a EL PAÍS y otros medios internacionales, han sacado a la luz varios planes de la organización terrorista contra intereses occidentales, de los cuales el más avanzado era el del sudeste asiático. La información que maneja Estados Unidos fue obtenida, al menos en parte, mediante torturas y maltratos brutales.
Dos meses antes del ataque a EE UU, Jalid Sheij Mohamed, uno de los principales cerebros del 11-S, que causó 2.973 muertos, escogió a varios guardaespaldas de Osama bin Laden, entre ellos tres presos de Guantánamo, para perpetrar el golpe. Una vez que juraron lealtad al líder, los suicidas se desplazaron a la ciudad paquistaní de Karachi para que el propio Mohamed les impartiera nociones básicas de inglés que les permitiesen leer "las páginas amarillas, los calendarios de las aerolíneas, y cómo usar Internet para encriptar las comunicaciones, reservar vuelos", alquilar un apartamento o hacerse entender en un restaurante, según dice un expediente sobre el interrogatorio a Mohamed. Pero, finalmente, Bin Laden "canceló la operación debido a la dificultad para sincronizarla con los ataques" del 11-S al otro lado del mundo.
Todo se había preparado de forma meticulosa para causar el mayor daño posible a Estados Unidos. El preso Walid Mohamed Salij bin Attash voló en primera clase con la compañía United Airlines desde la ciudad china de Hong Kong hasta la capital de Tailandia. Y regresó en clase turista de Bangkok a Hong Kong el 1 de enero de 2001. El cambio de clase lo hizo por deseo de Bin Laden, según aseguran los estadounidenses que declaró Bin Attash en los interrogatorios. El líder de Al Qaeda quería saber qué porcentaje de pasajeros eran estadounidenses "para matar el mayor número posible de norteamericanos".
Uno de los suicidas asignados iba a ser el preso yemení Ahmed Mohamed Haza al Darbi, cuya hermana es la cuarta esposa de Bin Laden. En la ficha de Al Darbi se aduce que una de las causas para abortar el atentado fue "la dificultad para sincronizarlos" con los de Estados Unidos. En el expediente de Attash, sin embargo, se sostiene que el detenido desconoce las razones que llevaron a Bin Laden a cancelar el vuelo, aunque especula que se debió a que los planes para el atentado en el sureste asiático no iban tan rápidos como los de Estados Unidos.
Mohamed, inductor del 11-S, también buscó "un infierno nuclear en América o destruir el puente de Brooklyn", según se recoge en los papeles de Guantánamo. La ficha del reo Abu al Libi detalla que "la bomba [nuclear] estaría en Europa" y que el plan era "hacerla estallar en EE UU si Osama bin Laden era capturado o asesinado".
Poco después del 11-S, Al Qaeda planeó atacar una base militar británica en Gibraltar. El objetivo fue personalmente elegido por Abd al Rahim al Nashiri -al que EE UU considera uno de los activistas "más diestro y capaz" de la red y está entre los presos más "valiosos" de Guantánamo- después de "ver en televisión un reportaje sobre la instalación militar", según la ficha secreta de este saudí nacido en La Meca en 1965. Al Nashiri entregó a varios de sus hombres 10.000 dólares para los preparativos, que incluían alquilar un pesquero marroquí para vigilar la base. Sostiene el analista estadounidense que evalúa la información sobre Al Nashiri que este acostumbraba a ir por libre dentro de Al Qaeda y añade que el asunto Gibraltar lo demuestra: resulta que el plan fue abortado (no queda claro por qué), cosa que enfadó a Khalid Sheij Mohamed (el prisionero más importante del penal) cuando se enteró, en junio de 2002, porque "no tenía ni idea de que esos planes estuvieran en marcha ni que se habían enviado activistas a Marruecos para organizarlo", aseguran los papeles.
Al Nashiri también pergeñó planes para cometer un atentado en el estrecho de Ormuz, en el golfo Pérsico, para el que llegaron a comprar un barco de 400 toneladas después de un primer intento de compra que falló porque "los barcos que vieron eran muy caros y tenían problemas mecánicos".
Sabedores de que el 11-S disparó las sospechas sobre los árabes, los jefes de Al Qaeda decidieron entrenar a activistas del sureste asiático "porque los árabes iban a tener problemas" para cometer la denominada trama de las aerolíneas de la costa oeste de EE UU. Relatan los papeles del Pentágono que idearon secuestrar un avión y estrellarlo contra el edificio más alto de California, que no precisan. Un comando de tres malayos perpetraría el ataque terrorista. Uno de ellos era Bashir Lap, miembro de Al Qaeda y Jemaa Islamiya. Pensó en cargar un camión con explosivos y conducirlo hasta el exterior de la legación. "El detenido ha confesado desear morir como un mártir en un ataque contra personal o propiedades estadounidenses en el extranjero", dice el informe que propone que siga preso en Guantánamo.
Otro de los atentados preparados por Al Qaeda tenía como objetivo una aeronave de El Al, la aerolínea israelí. Según su ficha, Lap recibió la orden de vigilar los vuelos israelíes en el aeropuerto de Bangkok. Tailandia es uno de los destinos preferidos por los israelíes para el año sabático que se suelen tomar cuando terminan el servicio militar. El terrorista informó a su jefe, tras vigilar el lugar unas ocho veces, de que "atentar dentro del aeropuerto era muy difícil" y por eso sugirió emboscar un autobús de israelíes fuera del aeródromo. En 2002, planearon estrellar varios aviones contra el aeropuerto londinense de Heathrow.
Al Qaeda también sopesó una cadena de atentados en gasolineras de EE UU. La idea surgió, según relatan los papeles secretos sobre los reos, cuando Majid Khan, un paquistaní preso en el penal que vivió en EE UU desde la adolescencia, le contó en marzo de 2002 a Mohamed, el cerebro del 11-S, que su familia regentaba una estación de servicio en Baltimore (Maryland, EE UU). Khan, que reclutó a cuatro activistas, incluido uno de sus hermanos (otro rechazó la oferta), informó a Mohamed de que los depósitos de las gasolineras "no tenían candados y que cualquiera podía colocar allí lo que quisiera". El paquistaní parecía mucho más interesado en esa cadena de atentados que en otro encargo que le hicieron: averiguar las posibilidades de envenenar depósitos de agua, también en territorio estadounidense, según señala su expediente del penal en la isla de Cuba. La idea era dejar a miles de personas sin agua.
Al Qaeda entrenó a un equipo de suicidas para secuestrar un avión el 11 de septiembre de 2001 en el sudeste asiático y hacerlo estallar en el aire coincidiendo con los atentados que se perpetraron ese día en Estados Unidos. Los papeles de Guantánamo, facilitados por Wikileaks a EL PAÍS y otros medios internacionales, han sacado a la luz varios planes de la organización terrorista contra intereses occidentales, de los cuales el más avanzado era el del sudeste asiático. La información que maneja Estados Unidos fue obtenida, al menos en parte, mediante torturas y maltratos brutales.
Dos meses antes del ataque a EE UU, Jalid Sheij Mohamed, uno de los principales cerebros del 11-S, que causó 2.973 muertos, escogió a varios guardaespaldas de Osama bin Laden, entre ellos tres presos de Guantánamo, para perpetrar el golpe. Una vez que juraron lealtad al líder, los suicidas se desplazaron a la ciudad paquistaní de Karachi para que el propio Mohamed les impartiera nociones básicas de inglés que les permitiesen leer "las páginas amarillas, los calendarios de las aerolíneas, y cómo usar Internet para encriptar las comunicaciones, reservar vuelos", alquilar un apartamento o hacerse entender en un restaurante, según dice un expediente sobre el interrogatorio a Mohamed. Pero, finalmente, Bin Laden "canceló la operación debido a la dificultad para sincronizarla con los ataques" del 11-S al otro lado del mundo.
Todo se había preparado de forma meticulosa para causar el mayor daño posible a Estados Unidos. El preso Walid Mohamed Salij bin Attash voló en primera clase con la compañía United Airlines desde la ciudad china de Hong Kong hasta la capital de Tailandia. Y regresó en clase turista de Bangkok a Hong Kong el 1 de enero de 2001. El cambio de clase lo hizo por deseo de Bin Laden, según aseguran los estadounidenses que declaró Bin Attash en los interrogatorios. El líder de Al Qaeda quería saber qué porcentaje de pasajeros eran estadounidenses "para matar el mayor número posible de norteamericanos".
Uno de los suicidas asignados iba a ser el preso yemení Ahmed Mohamed Haza al Darbi, cuya hermana es la cuarta esposa de Bin Laden. En la ficha de Al Darbi se aduce que una de las causas para abortar el atentado fue "la dificultad para sincronizarlos" con los de Estados Unidos. En el expediente de Attash, sin embargo, se sostiene que el detenido desconoce las razones que llevaron a Bin Laden a cancelar el vuelo, aunque especula que se debió a que los planes para el atentado en el sureste asiático no iban tan rápidos como los de Estados Unidos.
Mohamed, inductor del 11-S, también buscó "un infierno nuclear en América o destruir el puente de Brooklyn", según se recoge en los papeles de Guantánamo. La ficha del reo Abu al Libi detalla que "la bomba [nuclear] estaría en Europa" y que el plan era "hacerla estallar en EE UU si Osama bin Laden era capturado o asesinado".
Poco después del 11-S, Al Qaeda planeó atacar una base militar británica en Gibraltar. El objetivo fue personalmente elegido por Abd al Rahim al Nashiri -al que EE UU considera uno de los activistas "más diestro y capaz" de la red y está entre los presos más "valiosos" de Guantánamo- después de "ver en televisión un reportaje sobre la instalación militar", según la ficha secreta de este saudí nacido en La Meca en 1965. Al Nashiri entregó a varios de sus hombres 10.000 dólares para los preparativos, que incluían alquilar un pesquero marroquí para vigilar la base. Sostiene el analista estadounidense que evalúa la información sobre Al Nashiri que este acostumbraba a ir por libre dentro de Al Qaeda y añade que el asunto Gibraltar lo demuestra: resulta que el plan fue abortado (no queda claro por qué), cosa que enfadó a Khalid Sheij Mohamed (el prisionero más importante del penal) cuando se enteró, en junio de 2002, porque "no tenía ni idea de que esos planes estuvieran en marcha ni que se habían enviado activistas a Marruecos para organizarlo", aseguran los papeles.
Al Nashiri también pergeñó planes para cometer un atentado en el estrecho de Ormuz, en el golfo Pérsico, para el que llegaron a comprar un barco de 400 toneladas después de un primer intento de compra que falló porque "los barcos que vieron eran muy caros y tenían problemas mecánicos".
Sabedores de que el 11-S disparó las sospechas sobre los árabes, los jefes de Al Qaeda decidieron entrenar a activistas del sureste asiático "porque los árabes iban a tener problemas" para cometer la denominada trama de las aerolíneas de la costa oeste de EE UU. Relatan los papeles del Pentágono que idearon secuestrar un avión y estrellarlo contra el edificio más alto de California, que no precisan. Un comando de tres malayos perpetraría el ataque terrorista. Uno de ellos era Bashir Lap, miembro de Al Qaeda y Jemaa Islamiya. Pensó en cargar un camión con explosivos y conducirlo hasta el exterior de la legación. "El detenido ha confesado desear morir como un mártir en un ataque contra personal o propiedades estadounidenses en el extranjero", dice el informe que propone que siga preso en Guantánamo.
Otro de los atentados preparados por Al Qaeda tenía como objetivo una aeronave de El Al, la aerolínea israelí. Según su ficha, Lap recibió la orden de vigilar los vuelos israelíes en el aeropuerto de Bangkok. Tailandia es uno de los destinos preferidos por los israelíes para el año sabático que se suelen tomar cuando terminan el servicio militar. El terrorista informó a su jefe, tras vigilar el lugar unas ocho veces, de que "atentar dentro del aeropuerto era muy difícil" y por eso sugirió emboscar un autobús de israelíes fuera del aeródromo. En 2002, planearon estrellar varios aviones contra el aeropuerto londinense de Heathrow.
Al Qaeda también sopesó una cadena de atentados en gasolineras de EE UU. La idea surgió, según relatan los papeles secretos sobre los reos, cuando Majid Khan, un paquistaní preso en el penal que vivió en EE UU desde la adolescencia, le contó en marzo de 2002 a Mohamed, el cerebro del 11-S, que su familia regentaba una estación de servicio en Baltimore (Maryland, EE UU). Khan, que reclutó a cuatro activistas, incluido uno de sus hermanos (otro rechazó la oferta), informó a Mohamed de que los depósitos de las gasolineras "no tenían candados y que cualquiera podía colocar allí lo que quisiera". El paquistaní parecía mucho más interesado en esa cadena de atentados que en otro encargo que le hicieron: averiguar las posibilidades de envenenar depósitos de agua, también en territorio estadounidense, según señala su expediente del penal en la isla de Cuba. La idea era dejar a miles de personas sin agua.