Vaticano consternado por nueva estatua de Juan Pablo II en Roma
Roma, Agencias
El Vaticano criticó duramente el viernes una gigantesca escultura modernista que retrata a Juan Pablo II, señalando que la estatua de bronce ubicada frente a la principal estación ferroviaria de Roma ni siquiera se parece al pontífice. Pasajeros y turistas dicen que les recuerda al difunto dictador Benito Mussolini, más que al amado Papa.
"¿Cómo podían ponerle a un Papa tan bondadoso la cabeza de un fascista?", se preguntó Antonio Lamonica, de 71 años, en la transitada plaza frente a la estación Termini. Y su esposa farfullaba, "es fea, realmente fea, feísima".
El escultor, Oliviero Rainaldi, muestra al pontífice desplegando su capa como para abrazar a los fieles.
Pero según el Vaticano, crea la impresión "de un manto que casi parece una garita de centinela coronada por una cabeza de Papa demasiado redondeada".
El alcalde romano Gianni Alemanno, al preguntársele en entrevista exclusiva por APTN si la municipalidad podría retirar la estatua, dijo que se tendría en cuenta a la opinión pública.
"Como dice el antiguo dicho, 'vox populi, vox Dei' (la voz del pueblo es la voz de Dios)", dijo Alemanno. "Y desde este punto de vista no podemos dejar de tomar en cuenta la opinión pública".
"Y si la opinión pública se consolida en torno de una opinión negativa, deberemos tenerlo en cuenta", acotó.
Aunque reconoce que se trata de una obra moderna y considera "digna de elogio" la iniciativa del municipio de erigir un monumento, la Santa Sede dijo que "el pecado de la estatua" es que resulta "casi imposible de reconocer".
La estatua, pagada por una fundación y sin costo para la ciudad, fue erigida hace unos días en ocasión del que hubiera sido el cumpleaños número 91 de Juan Pablo, el 18 de mayo. El papa Benedicto XVI beatificó a Juan Pablo II, el último paso antes de la canonización, el 1 de mayo en una ceremonia a la que asistió un millón de personas.
La página de internet de la Fundación Silvana Paolini Angelucci, dedicada a obras humanitarias y donante de la estatua, no menciona la controversia. Ni la fundación ni el artista respondieron a los pedidos de declaraciones.
Los comentarios de los transeúntes en la plaza eran casi todos negativos.
La escultura "no me dice nada", dijo la española Gracia González Sánchez. "No reconozco al Papa. Podría ser un cardenal o cualquier otra persona. Creo que deberían haberle puesto un crucifijo o algún otro símbolo relacionado con él", dijo a The Associated Press.
Fausto Durante, de 58 años, dijo que "su perfil se parece a Mussolini".
La municipalidad dijo que las autoridades culturales del Vaticano habían aprobado un boceto previo de la obra.
El vocero, reverendo Federico Lombardi, confirmó que el boceto "recibió una opinión positiva de la comisión de cultura" de la Santa Sede. No supo decir qué sucedió entre el boceto y el resultado.
Una empleada de limpieza añadió una objeción práctica a las artísticas: "Con la forma de la capa, tarde o temprano personas sin techo de la estación dormirán dentro de ella y en poco tiempo estará llena de botellas de cerveza", dijo Grazia Liberti, de 46 años, quien regresaba a su casa luego del turno nocturno.
El Vaticano criticó duramente el viernes una gigantesca escultura modernista que retrata a Juan Pablo II, señalando que la estatua de bronce ubicada frente a la principal estación ferroviaria de Roma ni siquiera se parece al pontífice. Pasajeros y turistas dicen que les recuerda al difunto dictador Benito Mussolini, más que al amado Papa.
"¿Cómo podían ponerle a un Papa tan bondadoso la cabeza de un fascista?", se preguntó Antonio Lamonica, de 71 años, en la transitada plaza frente a la estación Termini. Y su esposa farfullaba, "es fea, realmente fea, feísima".
El escultor, Oliviero Rainaldi, muestra al pontífice desplegando su capa como para abrazar a los fieles.
Pero según el Vaticano, crea la impresión "de un manto que casi parece una garita de centinela coronada por una cabeza de Papa demasiado redondeada".
El alcalde romano Gianni Alemanno, al preguntársele en entrevista exclusiva por APTN si la municipalidad podría retirar la estatua, dijo que se tendría en cuenta a la opinión pública.
"Como dice el antiguo dicho, 'vox populi, vox Dei' (la voz del pueblo es la voz de Dios)", dijo Alemanno. "Y desde este punto de vista no podemos dejar de tomar en cuenta la opinión pública".
"Y si la opinión pública se consolida en torno de una opinión negativa, deberemos tenerlo en cuenta", acotó.
Aunque reconoce que se trata de una obra moderna y considera "digna de elogio" la iniciativa del municipio de erigir un monumento, la Santa Sede dijo que "el pecado de la estatua" es que resulta "casi imposible de reconocer".
La estatua, pagada por una fundación y sin costo para la ciudad, fue erigida hace unos días en ocasión del que hubiera sido el cumpleaños número 91 de Juan Pablo, el 18 de mayo. El papa Benedicto XVI beatificó a Juan Pablo II, el último paso antes de la canonización, el 1 de mayo en una ceremonia a la que asistió un millón de personas.
La página de internet de la Fundación Silvana Paolini Angelucci, dedicada a obras humanitarias y donante de la estatua, no menciona la controversia. Ni la fundación ni el artista respondieron a los pedidos de declaraciones.
Los comentarios de los transeúntes en la plaza eran casi todos negativos.
La escultura "no me dice nada", dijo la española Gracia González Sánchez. "No reconozco al Papa. Podría ser un cardenal o cualquier otra persona. Creo que deberían haberle puesto un crucifijo o algún otro símbolo relacionado con él", dijo a The Associated Press.
Fausto Durante, de 58 años, dijo que "su perfil se parece a Mussolini".
La municipalidad dijo que las autoridades culturales del Vaticano habían aprobado un boceto previo de la obra.
El vocero, reverendo Federico Lombardi, confirmó que el boceto "recibió una opinión positiva de la comisión de cultura" de la Santa Sede. No supo decir qué sucedió entre el boceto y el resultado.
Una empleada de limpieza añadió una objeción práctica a las artísticas: "Con la forma de la capa, tarde o temprano personas sin techo de la estación dormirán dentro de ella y en poco tiempo estará llena de botellas de cerveza", dijo Grazia Liberti, de 46 años, quien regresaba a su casa luego del turno nocturno.