Pippa, centro de atención de todas las miradas
Londres, Agencias
La más sexy y deseada. Philippa Middleton, hermana menor de la duquesa de Cambridge, fue la sensación de la boda real.
Cuando bajó del coche, a las puertas de la abadía de Westminster, vestida de blanco, todo el mundo la miró. ¿La novia? No, era su hermana, tan bella como la futura esposa. Pippa y Kate ofrecieron, cada una a su modo, un espectáculo perfecto que los medios no pasaron por alto. Y los más audaces incluso aventuraban ya próxima boda: la de Philippa y el príncipe Harry.
Estaba claro que la estrella del día era la mayor de las Middleton, y así debía ser. Lo que no estaba previsto era que los dos hermanos menores y testigos de la boda acabaran acaparando titulares el día de después, ni mucho menos tan subidos de tono. "Her Royal Hotness", titulaba el tabloide "Daily Mail" refiriéndose a Pippa. Un picante juego de palabras con la expresión "su alteza real" (Her Royal Highness).
Pippa, de 27 años, impactó, sobre todo entre los hombres. Los comentarios desde el sector masculino de la red no eran aptos para todos los públicos, pero los serios informadores de la corte, en cambio, fruncieron el ceño: el escote demasiado profundo, la piel demasiado bronceada, las caderas demasiado marcadas... "Pippa Middleton casi le roba el espectáculo a su hermana", titulaba "The Times". Y eso es algo que, en realidad, la etiqueta para una boda real prohíbe casi bajo pena de multa.
El "Daily Mirror" resumió lo que casi todos pensaban: "El blanco es el color que uno debería evitar si no es la novia. Pero ella estaba intachable", escribió el rotativo sobre Philippa. Sólo Pippa puede responder a la pregunta de si realmente quería robar protagonismo a su hermana Catalina, la nueva duquesa de Cambridge.
Al igual que Kate, Pippa estudió en las mejores escuelas privadas, después fue a la universidad en Escocia, como su hermana, y también trabajó en la empresa familiar. Planearon juntas el día de la boda y ambas ofrecieron una actuación de primer nivel. Catalina, impulsada cuidadosamente por su marido ante los focos, parecía sentirse como pez en el agua. Y Pippa ni siquiera necesitó entrenamiento.
Los medios también subrayan lo relajadas y seguras que se vio a las hermanas ante los miles de curiosos que inundaron Londres, como si estuvieran en cualquier fiesta privada. Y su encanto natural conquistó también a los millones de telespectadores.
¿Llevan esa seguridad en la sangre o su telegenia es, simplemente, resultado de un duro trabajo profesional? Mientras que el padre, Michael, logra siempre salir bien parado en el mundo de la farándula, las damas de la familia Middleton tienen una cierta cuesta pendiente para ascender en la estricta sociedad de clases británica. Allí, los Middleton, que se hicieron millonarios con un negocio de artículos de fiesta, son considerados nuevos ricos.
La prensa amarillista se ha recreado en los esfuerzos de la madre, Carole, de 56 años y ex azafata de avión, por enviar a Kate a la misma universidad que el príncipe Guillermo. Y los medios ven en Pippa una cierta "obsesión" por buscarse un buen partido.
Prueba de estos rumores es, para algunos, que según coinciden los observadores Philippa está con el ex jugador nacional de cricket Alex Loudon, amigo del príncipe Guillermo.