Otros ocho civiles mueren en las manifestaciones opositoras de Siria
Damasco, Agencias
Al menos ocho civiles sirios murieron este viernes al ser reprimidas manifestaciones contra el régimen de Bashar al Asad, en una jornada presentada por los opositores como un "Viernes de los defensores de la patria".
La represión ejercida por el poder sirio desde el inicio de esta movilización popular sin precedentes, a mediados de marzo, causó más de 1.000 muertos y la detención de 10.000 personas, según militantes de derechos humanos.
Nuevas manifestaciones tuvieron lugar este viernes en varias zonas del país, incluida la capital, en la que, hasta el momento, la movilización era menor.
Al menos ocho civiles murieron al ser reprimidas estas manifestaciones, cuatro de ellos en los suburbios de Damasco, informó a la AFP el Observatorio sirio para los Derechos Humanos basado en Londres.
Tres personas "perecieron cuando las fuerzas de seguridad se desplegaron para dispersar a centenares de manifestantes" en la localidad de Qatana, un suburbio de Damasco, declaró por teléfono Rami Abdel Rahman, director de la organización. Otro manifestante perdió la vida en el suburbio de Zabadani, añadió.
El observatorio sirio informó previamente que tres civiles resultaron muertos en la madrugada del viernes en Dael, al sur del país, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar otra manifestación de la oposición. Otra muerte se produjo en Jableh, cerca de la ciudad costera de Latakia (oeste), según Abdel Rahman.
Estos sangrientos hechos se produjeron en momentos en que la oposición al régimen tomaba las calles de varias ciudades sirias, tras la plegaria del mediodía en las mezquitas.
Las fuerzas de seguridad también reprimieron a los manifestantes en Rokn-Eddine, un barrio del norte de Damasco, Deir Ezzor (este) o Salehedin, cerca de Alep (norte), indicó el presidente de la Liga siria de Derechos Humanos, Abdelkarim Rihaui.
Además, unas 400 personas se manifestaron en la región de Derbasiya (noreste) y miles más en Qamichli (noreste) y Amuda (norte), agregó.
Para esta nueva jornada de movilización, los manifestantes habían instado a los soldados a unirse a ellos, pero no había información alguna sobre una eventual adhesión de militares a la protesta.
Los comandantes en jefe de las fuerzas armadas, que forman parte, al igual que Bashar al Asad, de la comunidad musulmana alauí, una rama del chiismo, permanecen fieles al régimen.
En el exterior, el presidente francés Nicolas Sarkozy declaró estar de acuerdo con su homólogo estadounidense, Barack Obama, para urgir a Bashar el Asad a que lidere la transición en su país o se vaya, al término de la cumbre del G8 en Deauville (Francia).
Obama "tuvo razón en decirlo", declaró Sarkozy en rueda de prensa.
El presidente norteamericano dijo el pasado 19 de mayo: "El presidente Asad está ahora frente a una elección. Puede dirigir la transición o apartarse".
Es la primera vez que Francia habla tan claramente de una salida del poder de Asad. Hasta ahora París se limitaba a exigir el final de la represión en Siria y reformas que tuvieran en cuenta las aspiraciones del pueblo sirio.
También en Deauville, el presidente ruso Dimitri Medvedev instó a Asad, quien dijo estar dispuesto a realizar reformas, a "dejar las palabras y pasar a los actos".
Al menos ocho civiles sirios murieron este viernes al ser reprimidas manifestaciones contra el régimen de Bashar al Asad, en una jornada presentada por los opositores como un "Viernes de los defensores de la patria".
La represión ejercida por el poder sirio desde el inicio de esta movilización popular sin precedentes, a mediados de marzo, causó más de 1.000 muertos y la detención de 10.000 personas, según militantes de derechos humanos.
Nuevas manifestaciones tuvieron lugar este viernes en varias zonas del país, incluida la capital, en la que, hasta el momento, la movilización era menor.
Al menos ocho civiles murieron al ser reprimidas estas manifestaciones, cuatro de ellos en los suburbios de Damasco, informó a la AFP el Observatorio sirio para los Derechos Humanos basado en Londres.
Tres personas "perecieron cuando las fuerzas de seguridad se desplegaron para dispersar a centenares de manifestantes" en la localidad de Qatana, un suburbio de Damasco, declaró por teléfono Rami Abdel Rahman, director de la organización. Otro manifestante perdió la vida en el suburbio de Zabadani, añadió.
El observatorio sirio informó previamente que tres civiles resultaron muertos en la madrugada del viernes en Dael, al sur del país, cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego para dispersar otra manifestación de la oposición. Otra muerte se produjo en Jableh, cerca de la ciudad costera de Latakia (oeste), según Abdel Rahman.
Estos sangrientos hechos se produjeron en momentos en que la oposición al régimen tomaba las calles de varias ciudades sirias, tras la plegaria del mediodía en las mezquitas.
Las fuerzas de seguridad también reprimieron a los manifestantes en Rokn-Eddine, un barrio del norte de Damasco, Deir Ezzor (este) o Salehedin, cerca de Alep (norte), indicó el presidente de la Liga siria de Derechos Humanos, Abdelkarim Rihaui.
Además, unas 400 personas se manifestaron en la región de Derbasiya (noreste) y miles más en Qamichli (noreste) y Amuda (norte), agregó.
Para esta nueva jornada de movilización, los manifestantes habían instado a los soldados a unirse a ellos, pero no había información alguna sobre una eventual adhesión de militares a la protesta.
Los comandantes en jefe de las fuerzas armadas, que forman parte, al igual que Bashar al Asad, de la comunidad musulmana alauí, una rama del chiismo, permanecen fieles al régimen.
En el exterior, el presidente francés Nicolas Sarkozy declaró estar de acuerdo con su homólogo estadounidense, Barack Obama, para urgir a Bashar el Asad a que lidere la transición en su país o se vaya, al término de la cumbre del G8 en Deauville (Francia).
Obama "tuvo razón en decirlo", declaró Sarkozy en rueda de prensa.
El presidente norteamericano dijo el pasado 19 de mayo: "El presidente Asad está ahora frente a una elección. Puede dirigir la transición o apartarse".
Es la primera vez que Francia habla tan claramente de una salida del poder de Asad. Hasta ahora París se limitaba a exigir el final de la represión en Siria y reformas que tuvieran en cuenta las aspiraciones del pueblo sirio.
También en Deauville, el presidente ruso Dimitri Medvedev instó a Asad, quien dijo estar dispuesto a realizar reformas, a "dejar las palabras y pasar a los actos".