Osama bin Laden, el hombre que atacó y desafió a EEUU

Osama bin Laden desafió el poder "infiel" de Estados Unidos y planeó el ataque integrista más mortífero de la historia, creando una red mundial de aliados para llevar adelante una "guerra santa" diseñada para sobrevivir la muerte de su líder.

El hombre que estuvo detrás de los secuestros de aviones de pasajeros el 11 de septiembre de 2001, y que Estados Unidos dijo haber matado el domingo, fue la némesis del ex presidente de la primera potencia mundial George W. Bush, quien había prometido encontrarlo "vivo o muerto" y cuyos dos mandatos estuvieron marcados por la llamada "guerra al terrorismo" contra la red Al Qaeda.

Bin Laden luego rechazó abiertamente la oferta de su sucesor, de Barack Obama, de un nuevo comienzo con el mundo musulmán en un discurso en 2009, calificándolo de "sembrar las semillas del odio y la venganza contra América".

Se daba por descontado que vivía escondido en Pakistán, ya fuera en una cueva en las montañas o en una poblada ciudad, y que su control operativo de la organización había quedado limitado por el asedio de los ataques de aviones no tripulados estadounidenses, al tiempo que el desencanto crecía entre sus antiguos simpatizantes, alienados por los atentados suicidas en Irak entre 2004-2006.

Pero a pesar del aumento de la presión sobre su seguridad entre 2009 y 2010, el integrista de origen saudí pareció conseguir una estrategia de ataques de menor tamaño, más fáciles de orquestar y llevados a cabo por pequeñas células de simpatizantes y grupos afiliados a su red.

Al Qaeda rebrotó en Yemen, Irak y el norte de África y alentó o dirigió ataques desde Bali hasta Estados Unidos, donde un islamista nigeriano intentó derribar un avión de pasajeros sobre Detroit el 25 de diciembre de 2009.

Si bien continuaba siendo la figura emblemática de Al Qaeda, Bin Laden pasó de ser el líder de un grupo que organizaba y ejecutaba complejos atentados a un centro de propaganda que cultivaba grupos aliados que pudieran realizar los atentados en forma independiente.

Con su larga barba gris y una expresión melancólica grabada en el rostro, se convirtió en una de las personas más conocidas del planeta. Su cara demacrada estaba tanto en sus vídeos de propaganda como en la página web del Gobierno estadounidense, donde se ofrecía un botín de 25 millones de dólares por su captura.

Washington dijo que se hicieron con el cadáver de Bin Laden, poniendo punto final a una de las cacerías humanas más largas de la historia, que implicó a miles de soldados estadounidenses en Afganistán y decenas de miles de paquistaníes en las montañas de la frontera entre ambos países.

Odiado como terrorista y asesino o reivindicado como campeón de la lucha de los musulmanes en la opresión, Bin Laden cambió el curso de la historia.

GUERRA ASIMÉTRICA


Estados Unidos y sus aliados reescribieron sus doctrinas de seguridad, tratando de adaptarlas desde el estilo de confrontación entre estados durante la Guerra Fría a una batalla asimétrica global contra pequeñas células de integristas islámicos.

Las armas de Al Qaeda no eran tanques, submarinos y aviones de combate sino las herramientas cotidianas de la globalización con tecnología del siglo XXI, entre las que Internet desempeñó un papel central para la propaganda y el reclutamiento y entrenamiento de extremistas.

Pero ni siquiera Bin Laden anticipó el impacto final que causaría el uso de 19 secuestradores suicidas para convertir a aviones de pasajeros en misiles dirigidos hacia los edificios que simbolizaban el poder financiero y militar de Estados Unidos.

Cerca de 3.000 personas murieron cuando dos aviones fueron estrellados contra el World Trade Center de Nueva York, un tercero contra el Pentágono en Washington y un cuarto cayó en un área rural de Pensilvania.

"Aquí está América golpeada por Dios Todopoderoso en uno de sus órganos vitales", dijo Bin Laden en un comunicado emitido un mes después de los atentados del 11-S, en el que urgió a los musulmanes a levantarse y unirse a una batalla global entre "fieles" e "infieles".

En mensajes remitidos a través de vídeos y audio durante los siete años siguientes, el líder de Al Qaeda provocó a Washington y a sus aliados. Sus diatribas recorrían temas como la guerra en Irak hasta la política estadounidense, la crisis financiera y hasta el cambio climático.

Un paréntesis de casi tres años en la emisión de mensajes en vídeo revivió las especulaciones de que podría estar gravemente enfermo o hasta muerto. Pero volvió a aparecer en 2007 para decir a los estadounidenses que su país era vulnerable a pesar de su poderío militar.

FAMILIA MILLONARIA


Nacido en Arabia Saudita en 1957, fue uno de los cerca de 50 niños que tuvo Mohamed bin Laden, un millonario hombre de negocios que murió en un accidente aéreo cuando Osama aún era niño.

Su primer matrimonio, con una prima siria, fue cuando tenía 17 años, y hay noticias que indican que tendría al menos 23 hijos de cinco esposas. Miembro de una familia que hizo su fortuna en el 'boom' de la construcción saudí financiada con ingresos petroleros, fue un chico tímido y un estudiante promedio que obtuvo un título de ingeniero civil.

Fue a Pakistán poco después de la invasión soviética de 1979 y recolectó fondos antes de dirigirse a la frontera afgana y crear campos de entrenamiento para extremistas. Según otras noticias, ayudó a formar Al Qaeda en los días finales de la ocupación soviética.

Un trabajo del escritor estadounidense Steve Coll, "The Bin Ladens", sugiere que la muerte en 1988 de su extrovertido medio hermano Salem -nuevamente en un accidente aéreo- fue un factor clave para su radicalización.

Bin Laden condenó la presencia en Arabia Saudí de tropas estadounidenses enviadas a rechazar las fuerzas iraquíes de Kuwait tras la invasión de 1990, y siguió convencido de que el mundo musulmán era víctima del terrorismo internacional orquestado por Estados Unidos.

Llamó a una yihad contra la potencia global, que había gastado miles de millones de dólares en financiar la resistencia afgana en la que peleó.

En un mensaje de audio de 2006, Bin Laden se refirió a la cacería que realizaba Estados Unidos en su contra y dejó en claro su determinación de no ser capturado: "Juro que no moriré de ninguna forma más que como hombre libre".

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