MEXICO: Muerte o captura de capos no aumenta violencia
México, Agencias
Abatir o capturar capos del narcotráfico no detona más ataques en el país, afirmó el martes el portavoz del gobierno para asuntos de seguridad, Alejandro Poiré.
"Es falso que la captura o muerte de líderes criminales haya sido la causa del incremento de la violencia en ciertas regiones del país", declaró.
Informó que el gobierno federal hizo un análisis en el que se tomó como ejemplo a Ignacio "Nacho" Coronel, considerado el tercer jefe más importante del cartel de Sinaloa y que murió en una operación militar en julio de 2010 en el estado occidental de Jalisco.
"La intervención de la autoridad federal, lejos de incrementar la tendencia de la violencia, frenó el crecimiento de la misma", señaló.
El gobierno estudió los números de homicidios en los estados occidentales de Jalisco, Colima y Nayarit, considerados zona de influencia de Coronel.
Según el portavoz, 22 semanas antes del asesinato de Coronel había seis homicidios más cada período de cinco semanas. El 6 de abril, por ejemplo, grupos armados ejecutaron a 12 personas en las afueras de Guadalajara, dijo.
Después de que el ejército mexicano mató a Coronel, autoridades del FBI dijeron que anticipaban actos violentos mientras los altos niveles dentro del cartel de Sinaloa se reorganizaban. Poiré afirmó que no fue así y que tras la muerte de Coronel, el ritmo de homicidios bajó y se mantuvo constante 22 semanas después del operativo.
Para Poiré, es importante que estos capos no sigan prófugos "o estos criminales se harían más fuertes y los ciudadanos quedarían más desprotegidos".
Aunque la muerte de Coronel fue un golpe para el Cartel de Sinaloa, aún sigue prófugo el líder de la organización y considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, Joaquín "El Chapo" Guzmán.
El gobierno de México ha capturado o matado a 20 de las 37 cabezas de los grupos de delincuencia organizada, dijo el portavoz.
Abatir o capturar capos del narcotráfico no detona más ataques en el país, afirmó el martes el portavoz del gobierno para asuntos de seguridad, Alejandro Poiré.
"Es falso que la captura o muerte de líderes criminales haya sido la causa del incremento de la violencia en ciertas regiones del país", declaró.
Informó que el gobierno federal hizo un análisis en el que se tomó como ejemplo a Ignacio "Nacho" Coronel, considerado el tercer jefe más importante del cartel de Sinaloa y que murió en una operación militar en julio de 2010 en el estado occidental de Jalisco.
"La intervención de la autoridad federal, lejos de incrementar la tendencia de la violencia, frenó el crecimiento de la misma", señaló.
El gobierno estudió los números de homicidios en los estados occidentales de Jalisco, Colima y Nayarit, considerados zona de influencia de Coronel.
Según el portavoz, 22 semanas antes del asesinato de Coronel había seis homicidios más cada período de cinco semanas. El 6 de abril, por ejemplo, grupos armados ejecutaron a 12 personas en las afueras de Guadalajara, dijo.
Después de que el ejército mexicano mató a Coronel, autoridades del FBI dijeron que anticipaban actos violentos mientras los altos niveles dentro del cartel de Sinaloa se reorganizaban. Poiré afirmó que no fue así y que tras la muerte de Coronel, el ritmo de homicidios bajó y se mantuvo constante 22 semanas después del operativo.
Para Poiré, es importante que estos capos no sigan prófugos "o estos criminales se harían más fuertes y los ciudadanos quedarían más desprotegidos".
Aunque la muerte de Coronel fue un golpe para el Cartel de Sinaloa, aún sigue prófugo el líder de la organización y considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, Joaquín "El Chapo" Guzmán.
El gobierno de México ha capturado o matado a 20 de las 37 cabezas de los grupos de delincuencia organizada, dijo el portavoz.