Mauricio Macri abandona la carrera presidencial
La actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no ha confirmado todavía su candidatura, pero todo parece indicar que repetirá en el poder
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri, intendente de la ciudad de Buenos Aires, anunció este sábado, tras muchas idas y venidas, que no será candidato a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre, sino que optará a un segundo mandato en la capital. "Quiero ser un instrumento al servicio de la unidad nacional", aseguró, "Y creo que el lugar mejor donde puedo hacer mi aporte a esa Argentina unida y en paz que queremos es desde la ciudad de Buenos Aires".
Macri compareció a primera hora de la tarde ante un nutrido grupo de jóvenes seguidores de su partido, Propuesta Republicana (PRO), para agradecer su apoyo y animarles a empezar una rápida campaña cara a las elecciones en la capital federal, que se celebrarán el 10 de julio próximo. El intendente afirmó que su retirada de la batalla presidencial no significa que el PRO no vaya a tener "una propuesta a nivel nacional" para los comicios de octubre.
El alcalde porteño pidió a los argentinos que hagan un esfuerzo para encontrar lo mucho que les une y no aceptar a quienes les dicen que las cosas son como son y no tienen solución. "Ese es un discurso deprimente y falso. Argentina necesita diálogo y unidad y que ese discurso sea una realidad sentida y practicada", señaló.
La decisión del dirigente del PRO deja la batalla presidencial en un clásico enfrentamiento entre radicales y peronistas. Aunque la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no ha confirmado todavía su candidatura, todo parece indicar que repetirá y que su principal oponente será Ricardo Alfonsín, de la Unión Cívica Radical (UCR).
Macri, de 52 años, estuvo dudando hasta el final, pero los datos de los últimos sondeos, que indican una fuerte diferencia a favor de Cristina Fernández, que ronda el 40% de intención de voto, y la posibilidad de que el PRO perdiera la alcaldía con cualquiera de sus eventuales herederos, le llevaron a considerar que "no se han dado las condiciones para su candidatura presidencial". Macri reprocha a los diferentes grupos de oposición sus continuas discusiones y vetos, que le han hecho imposible dibujar en su entorno una alianza de peronistas de derecha capaz de dar la batalla al kirchnerismo.
El intendente de Buenos Aires, un empresario millonario que presidió una época dorada del Boca Juniors, deberá dar en la ciudad una dura batalla contra el candidato kirchnerista (puesto para el que todavía compiten entre si dos ministros, de Economía y de Trabajo, Amado Boudou y Carlos Tomada, respectivamente, y un senador, Daniel Filmus) y contra el representante de un pequeño partido de izquierda, el director de cine Fernando Solanas, que también renunció hace poco a una eventual pelea presidencial y optó por Buenos Aires. Las elecciones se celebrarán el próximo 10 de julio.
La retirada de Macri deja a Ricardo Alfonsín (59 años) como único candidato capaz de forzar a Cristina Fernández de Kirchner (58) a acudir a una segunda vuelta en octubre. El dirigente radical lleva meses intentando construir una coalición, lo más amplia posible, en torno a su persona. La dificultad estriba en marcar los límites de esos apoyos, a la derecha y a la izquierda. A la derecha, excluido desde el primer momento Macri, queda la posibilidad de llegar a un acuerdo con Francisco de Narváez, peronista moderado, contrario al kirchnerismo, que logró una importante victoria en las últimas legislativas en la difícil provincia de Buenos Aires.
El problema es cómo hacer compatible esa alianza con otros apoyos situados a la izquierda de la UCR. Entre esos importantes aliados estarían Hermes Binner, socialista, el único gobernador del PS y posible candidato a vicepresidente, y Margarita Stolbizer, ex radical de izquierda y ahora presidente del GEN (Generación para un Encuentro Nacional), que no quiere ni oír hablar de De Narváez. Alfonsín necesitaría también el apoyo de otra antigua dirigente radical, Elisa Carrió, de la actual Coalición Cívica, que, por el momento, funciona como "electrón libre". Por ultimo, falta por ver qué apoyos consigue realmente el peronista federal Eduardo Duhalde, que pese a haber perdido una elección interna, anunció que mantendrá su propia candidatura presidencial, contra viento y marea.
La fuerte fragmentación de la oposición, su ineficiencia parlamentaria y sus evidentes dificultades para llegar a coaliciones estables o de programa, han ayudado a que Cristina Fernández de Kirchner recuperará popularidad e intención de voto, según todos los sondeos, desde el fallecimiento de su esposo, Néstor Kirchner, el pasado mes de octubre. La presidenta mantiene por el momento una cuidadosa ambigüedad sobre su candidatura, de manera que desarrolla una frenética actividad política sin tener que someterse todavía a los embates electorales. Cristina Fernández ha insistido repetidamente en la necesidad de consolidar el "modelo kirchnerista", que promueve un fuerte crecimiento económico, pero que ha ayudado también a un fuerte repunte de la inflación. La presidenta, que, tras el fallecimiento de su marido, recibe presiones para que reforme y fortalezca su equipo económico, lleva semanas pidiendo, con poco éxito, una mayor moderación salarial y menor conflictividad social.
Buenos Aires, El País
Mauricio Macri, intendente de la ciudad de Buenos Aires, anunció este sábado, tras muchas idas y venidas, que no será candidato a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre, sino que optará a un segundo mandato en la capital. "Quiero ser un instrumento al servicio de la unidad nacional", aseguró, "Y creo que el lugar mejor donde puedo hacer mi aporte a esa Argentina unida y en paz que queremos es desde la ciudad de Buenos Aires".
Macri compareció a primera hora de la tarde ante un nutrido grupo de jóvenes seguidores de su partido, Propuesta Republicana (PRO), para agradecer su apoyo y animarles a empezar una rápida campaña cara a las elecciones en la capital federal, que se celebrarán el 10 de julio próximo. El intendente afirmó que su retirada de la batalla presidencial no significa que el PRO no vaya a tener "una propuesta a nivel nacional" para los comicios de octubre.
El alcalde porteño pidió a los argentinos que hagan un esfuerzo para encontrar lo mucho que les une y no aceptar a quienes les dicen que las cosas son como son y no tienen solución. "Ese es un discurso deprimente y falso. Argentina necesita diálogo y unidad y que ese discurso sea una realidad sentida y practicada", señaló.
La decisión del dirigente del PRO deja la batalla presidencial en un clásico enfrentamiento entre radicales y peronistas. Aunque la actual presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no ha confirmado todavía su candidatura, todo parece indicar que repetirá y que su principal oponente será Ricardo Alfonsín, de la Unión Cívica Radical (UCR).
Macri, de 52 años, estuvo dudando hasta el final, pero los datos de los últimos sondeos, que indican una fuerte diferencia a favor de Cristina Fernández, que ronda el 40% de intención de voto, y la posibilidad de que el PRO perdiera la alcaldía con cualquiera de sus eventuales herederos, le llevaron a considerar que "no se han dado las condiciones para su candidatura presidencial". Macri reprocha a los diferentes grupos de oposición sus continuas discusiones y vetos, que le han hecho imposible dibujar en su entorno una alianza de peronistas de derecha capaz de dar la batalla al kirchnerismo.
El intendente de Buenos Aires, un empresario millonario que presidió una época dorada del Boca Juniors, deberá dar en la ciudad una dura batalla contra el candidato kirchnerista (puesto para el que todavía compiten entre si dos ministros, de Economía y de Trabajo, Amado Boudou y Carlos Tomada, respectivamente, y un senador, Daniel Filmus) y contra el representante de un pequeño partido de izquierda, el director de cine Fernando Solanas, que también renunció hace poco a una eventual pelea presidencial y optó por Buenos Aires. Las elecciones se celebrarán el próximo 10 de julio.
La retirada de Macri deja a Ricardo Alfonsín (59 años) como único candidato capaz de forzar a Cristina Fernández de Kirchner (58) a acudir a una segunda vuelta en octubre. El dirigente radical lleva meses intentando construir una coalición, lo más amplia posible, en torno a su persona. La dificultad estriba en marcar los límites de esos apoyos, a la derecha y a la izquierda. A la derecha, excluido desde el primer momento Macri, queda la posibilidad de llegar a un acuerdo con Francisco de Narváez, peronista moderado, contrario al kirchnerismo, que logró una importante victoria en las últimas legislativas en la difícil provincia de Buenos Aires.
El problema es cómo hacer compatible esa alianza con otros apoyos situados a la izquierda de la UCR. Entre esos importantes aliados estarían Hermes Binner, socialista, el único gobernador del PS y posible candidato a vicepresidente, y Margarita Stolbizer, ex radical de izquierda y ahora presidente del GEN (Generación para un Encuentro Nacional), que no quiere ni oír hablar de De Narváez. Alfonsín necesitaría también el apoyo de otra antigua dirigente radical, Elisa Carrió, de la actual Coalición Cívica, que, por el momento, funciona como "electrón libre". Por ultimo, falta por ver qué apoyos consigue realmente el peronista federal Eduardo Duhalde, que pese a haber perdido una elección interna, anunció que mantendrá su propia candidatura presidencial, contra viento y marea.
La fuerte fragmentación de la oposición, su ineficiencia parlamentaria y sus evidentes dificultades para llegar a coaliciones estables o de programa, han ayudado a que Cristina Fernández de Kirchner recuperará popularidad e intención de voto, según todos los sondeos, desde el fallecimiento de su esposo, Néstor Kirchner, el pasado mes de octubre. La presidenta mantiene por el momento una cuidadosa ambigüedad sobre su candidatura, de manera que desarrolla una frenética actividad política sin tener que someterse todavía a los embates electorales. Cristina Fernández ha insistido repetidamente en la necesidad de consolidar el "modelo kirchnerista", que promueve un fuerte crecimiento económico, pero que ha ayudado también a un fuerte repunte de la inflación. La presidenta, que, tras el fallecimiento de su marido, recibe presiones para que reforme y fortalezca su equipo económico, lleva semanas pidiendo, con poco éxito, una mayor moderación salarial y menor conflictividad social.