Los "indignados" griegos instalan sus campamentos en la plaza Syntagma
Atenas, Agencias
Después de Madrid, los "indignados" griegos, que han congregado a miles de personas desde hace dos días en Atenas a través de las redes sociales, han instalado un campamento en la plaza Syntagma, frente al Parlamento, para exigir una "verdadera democracia" y un "referéndum" contra la austeridad.
La plaza central de Atenas, donde convergen todas las manifestaciones que desde hace un año marcan la vida del país, se ha convertido en una especie de colmena, donde se juntan turistas, diputados con prisa y pequeños grupos de activistas de todas las tendencias que quieren "despertar" la democracia griega.
Bajo un árbol, hay una gran mesa con la siguiente inscripción: "una verdadera democracia ya" (realdemocratie.gr). Varias listas pegadas con cinta adhesiva tienen encabezamientos como "secretariado", "traducción jurídica", "transporte" o "seguridad", y los viandantes están invitados a dejar sus nombres.
¿Una petición? No. "Recogemos direcciones y contactos de gente que pueden ayudarnos a organizarnos dependiendo de lo que pueden ofrecer", explica a la AFP un joven con barba, inmerso en una caja de cartón llena de fichas, que no quiere dar su nombre.
"Dormimos en carpas", agrega y nos muestra un frágil campamento abigarrado de tiendas de campaña rojas y verdes.
"¿Qué queremos? Una verdadera democracia, es todo", dice con los ojos puestos en el Parlamento vecino. "Vuelva a las 21h00", añade, "diremos exactamente a quién representamos porque todavía no hemos elegido a nuestros responsables".
Un poco más allá, en el muro de entrada al metro, una pancarta con letras gigantes escrita en francés espeta a los franceses: ¿Cuánto tiempo vais a dormir todavía?" invitándoles a que lleven a cabo movimientos pacíficos, como el que se inició en España el 15 de mayo.
En Grecia, donde la protesta ha consistido hasta ahora en manifestaciones más o menos institucionales, ritualizadas al extremo y enmarcadas de cerca por los partidos, todos los movimientos y grupúsculos activos en internet, algunos se dicen apolíticos, otros ultra comprometidos, salieron a la calle el martes.
Ese día se produjo la primera congregación de "indignados" en la plaza Syntagma, convocados sobre todo a través de Facebook. Reunió espontáneamente a 8.000 personas según la policía, aunque la prensa habla de más de 20.000, llegados sin eslóganes, sin etiqueta, solo para decir que la vida es cada día más dura en Grecia.
Al día siguiente, miles de personas volvieron otra vez a la plaza.
Después de un año de austeridad estricta, y de más de dos años de profunda recesión, la población tiene problemas para digerir las nuevas medidas de austeridad que se preparan, para hacer frente a la crisis de la deuda que hace temblar a toda la Eurozona.
El viernes, los acreedores del país, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional (FMI) parecían jugar una partida de póquer a tres con el Gobierno griego y el conjunto de los partidos políticos del país para exigir un consenso con vistas a reforzar la austeridad y las privatizaciones a cambio de su apoyo financiero.
"Solo es teatro y son muy malos actores", considera Panos Theodorides, un agente de seguros presente desde el domingo en la plaza Syntagma, después de haber lanzado, también en internet, el grupo 'Los 300 griegos' para pedir un referéndum para que pare el memorando firmado en 2010 por Grecia con la UE y el FMI.
"Hemos recolectado 5.000 firmas en unos días". "No nos iremos de aquí antes de que haya un referéndum", aseguró.
Después de Madrid, los "indignados" griegos, que han congregado a miles de personas desde hace dos días en Atenas a través de las redes sociales, han instalado un campamento en la plaza Syntagma, frente al Parlamento, para exigir una "verdadera democracia" y un "referéndum" contra la austeridad.
La plaza central de Atenas, donde convergen todas las manifestaciones que desde hace un año marcan la vida del país, se ha convertido en una especie de colmena, donde se juntan turistas, diputados con prisa y pequeños grupos de activistas de todas las tendencias que quieren "despertar" la democracia griega.
Bajo un árbol, hay una gran mesa con la siguiente inscripción: "una verdadera democracia ya" (realdemocratie.gr). Varias listas pegadas con cinta adhesiva tienen encabezamientos como "secretariado", "traducción jurídica", "transporte" o "seguridad", y los viandantes están invitados a dejar sus nombres.
¿Una petición? No. "Recogemos direcciones y contactos de gente que pueden ayudarnos a organizarnos dependiendo de lo que pueden ofrecer", explica a la AFP un joven con barba, inmerso en una caja de cartón llena de fichas, que no quiere dar su nombre.
"Dormimos en carpas", agrega y nos muestra un frágil campamento abigarrado de tiendas de campaña rojas y verdes.
"¿Qué queremos? Una verdadera democracia, es todo", dice con los ojos puestos en el Parlamento vecino. "Vuelva a las 21h00", añade, "diremos exactamente a quién representamos porque todavía no hemos elegido a nuestros responsables".
Un poco más allá, en el muro de entrada al metro, una pancarta con letras gigantes escrita en francés espeta a los franceses: ¿Cuánto tiempo vais a dormir todavía?" invitándoles a que lleven a cabo movimientos pacíficos, como el que se inició en España el 15 de mayo.
En Grecia, donde la protesta ha consistido hasta ahora en manifestaciones más o menos institucionales, ritualizadas al extremo y enmarcadas de cerca por los partidos, todos los movimientos y grupúsculos activos en internet, algunos se dicen apolíticos, otros ultra comprometidos, salieron a la calle el martes.
Ese día se produjo la primera congregación de "indignados" en la plaza Syntagma, convocados sobre todo a través de Facebook. Reunió espontáneamente a 8.000 personas según la policía, aunque la prensa habla de más de 20.000, llegados sin eslóganes, sin etiqueta, solo para decir que la vida es cada día más dura en Grecia.
Al día siguiente, miles de personas volvieron otra vez a la plaza.
Después de un año de austeridad estricta, y de más de dos años de profunda recesión, la población tiene problemas para digerir las nuevas medidas de austeridad que se preparan, para hacer frente a la crisis de la deuda que hace temblar a toda la Eurozona.
El viernes, los acreedores del país, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional (FMI) parecían jugar una partida de póquer a tres con el Gobierno griego y el conjunto de los partidos políticos del país para exigir un consenso con vistas a reforzar la austeridad y las privatizaciones a cambio de su apoyo financiero.
"Solo es teatro y son muy malos actores", considera Panos Theodorides, un agente de seguros presente desde el domingo en la plaza Syntagma, después de haber lanzado, también en internet, el grupo 'Los 300 griegos' para pedir un referéndum para que pare el memorando firmado en 2010 por Grecia con la UE y el FMI.
"Hemos recolectado 5.000 firmas en unos días". "No nos iremos de aquí antes de que haya un referéndum", aseguró.