Lanús demolió a Huracán y sueña con el campeonato


Buenos Aires, Agencias
Con actuaciones individuales sobresalientes, como las de Diego Valeri, Guido Pizarro y Matías Pelletieri, y con un rendimiento grupal muy bueno, Lanús le dio a Huracán una verdadera lección de fútbol, le ganó 3 a 0, y quedó a punto de la cima del torneo Clausura.

A pesar de que en la lucha por el título también están inmiscuidos equipos como Vélez Sarsfield y Godoy Cruz, Lanús llega al final del campeonato en su mejor momento futbolístico, lo cual invita a sus jugadores, cuerpo técnico e hinchas a esperanzarse.

La contracara es Huracán: El equipo de Parque Patricios no jugó a nada, fue vapuleado y debió recibir mucho más que los tres goles que reflejó el marcador, pero eso no sucedió, en parte, por la estupenda actuación de su arquero Gastón Monzón, por lejos su mejor jugador.

El partido como tal duró apenas 10 minutos, los primeros de la etapa inicial. En ese lapso Huracán se plantó y le jugó de igual a Lanús, en un contexto de poca claridad y casi nada de juego.

Pero todo eso comenzó a resquebrajarse a los 10 minutos. Mauro Camoranesi, totalmente libre de marcas, recibió la pelota sobre el costado derecho del área de Huracán, sacó un violento remate que Gastón Monzón envió al corner.

De ese corner, Monzón rechazó la pelota con sus puños, la cual fue cabeceada por un jugador de Lanús y le cayó en los pies de Valeri. El 10 la dominó y sacó un violento derechazo que depositó el balón en el fondo de la red.

A partir de ahí, Lanús se llevó por delante a Huracán, a través del fútbol que pusieron sobre la cancha Valeri, Guido Pizarro, Mauro Camoranesi y César Carranza, y realmente dispuso de una gran cantidad de situaciones, muchas de ellas frustradas por Monzón, para redondear una verdadera goleada.

Sin embargo, y sin merecerlo, Huracán tuvo una chance de llegar al empate, a los 28. Gastón Machín se fue por derecha y envió un centro que fue cortado por los dos brazos de Santiago Hoyos. Mauro Vigliano no sancionó la infracción, en cambio Diego Abal, en ocasión del partido Boca-Newell's, sancionó como penal una jugada similar de Rolando Schiavi.

Pero dejando de lado esta jugada, Lanús continuó machacando a Huracán y amplió la diferencia, a pesar del esfuerzo de Monzón. Primero a los 32, con un gol de Silvio Romero, y a los 44 con otro de Pizarro, con un denominador común: jugadores de Lanús tocando la pelota por izquierda, para realizar el último pase al medio del área con un jugador llegando libre para empujar la pelota.

En el arranque del complemento, Lanús reguló, por momentos apostó al contraataque, por momentos se defendió teniendo la pelota, pero ante la impotencia de Huracán, el cual sólo se arrimó al arco de Agustín Marchesín a través de tiros desde fuera del área, atacó, y cuando lo hizo agigantó la figura de Monzón.

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