Garzón asegura en Nueva York que muerte de Bin Laden no se ajusta a legalidad

Nueva York, Agencias
El juez español Baltasar Garzón, aseguró hoy en Nueva York que la muerte del líder de Al Qaeda, Osama bin Laden, a manos de las fuerzas de Estados Unidos "no se adecúa a la legalidad internacional", aunque reconoció que nadie puede estar en contra "de que un terrorista deje de ser terrorista".

"La muerte de Bin Laden no se ajusta a los estándares de la legalidad internacional. No entro a valorar la legalidad interna de Estados Unidos", explicó Garzón a la prensa en Nueva York, donde hoy recibió un premio impulsado por los Archivos de la Brigada Abraham Lincoln (ALBA) por su defensa de los derechos humanos.

Garzón, primer receptor del premio de esa organización que vela por la memoria de las Brigadas Internacionales que apoyaron a la República en la Guerra Civil española, aseguró que "en los estándares de la legislación convencional y consuetudinaria, (la muerte de Bin Laden) evidentemente no se adecúa a la legalidad".

"Teniendo en cuenta las propias informaciones norteamericanas de que (Bin Laden) no estaba armado ni había riesgo alguno, no se podría matar a una persona a la que se le imputan hechos delictivos, al menos desde el punto de vista español y jurídico", aseguró el juez, quien explicó que un caso similar en España conllevaría "la apertura de un procedimiento contra quien haya dado esa orden".

El magistrado español aseguró, sin embargo, que "nadie puede estar en contra de que un terrorista deje de ser terrorista", aunque defendió que "los terroristas deben ser detenidos y sometidos a juicio, como forma de reivindicar el Estado de Derecho y la diferencia respecto al ejercicio de terror".

El juez reconoció al mismo tiempo que, además, "como juez me hubiera gustado interrogarlo (a Bin Laden), para que pudiera explicar qué significa apoyar los movimientos de Egipto y Túnez, como se desprende de información encontrada por las fuerzas norteamericanas.

"Hubiera sido muy bueno indagar en esas informaciones, y por qué, por ejemplo, no dicen nada sobre Libia, Siria o Yemen. Ahora sólo tenemos la versión de una parte", indicó el juez, quien, antes de recibir el galardón de ALBA, dotado en cien mil dólares y patrocinado por la Fundación Puffin, participó en una conversación pública con Jonathan Turley, profesor de Derecho.

En ella, Garzón arremetió contra la existencia del "limbo jurídico" de Guantánamo, defendió la idea de que en Estados Unidos se lleven a cabo juicios civiles contra los terroristas, y además repasó su carrera jurídica en España, sobre todo en lo relacionado con el intento de juzgar al dictador chileno Augusto Pinochet y su actuación en el caso de las víctimas de la dictadura franquista.

La entrega del premio de ALBA coincide precisamente este sábado con el primer aniversario de la suspensión de Garzón en sus funciones de la Audiencia Nacional de España, debido a la causa que le abrió el Tribunal Supremo por la presunta irregularidad de sus investigaciones en torno a los crímenes cometidos por el franquismo.

"La vida está llena de paradojas. Ésta es una más. El 14 de mayo de 2010 estaba rodeado de amigos y hoy, un año después, también lo estoy", indicó Garzón, quien aseguró recibir el premio como "un aliciente" para continuar por la misma vía que ha defendido a lo largo de su carrera.

El juez insistió en la legalidad de sus investigaciones en torno a los crímenes de la dictadura franquista, cuando se cometieron "crímenes masivos que participarían de la categoría de crímenes contra la humanidad" y cuyos efectos son "todavía permanentes".

"No es probable que pueda volver a mi juzgado. Es bastante improbable", señaló Garzón sobre su suspensión, mientras que también se reconoció "sorprendido" ante las actuaciones del presidente estadounidense, Barack Obama, en el "el combate de derechos humanos y en el área de la seguridad y del terrorismo", donde aseguró que "muchos esperábamos más".

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