España: El PSOE pugna por una sola candidatura
Numerosos dirigentes piden a Rubalcaba y Chacón que pacten y vayan juntos
Madrid, El País
El día después de la debacle electoral ya han surgido numerosas voces en el PSOE que consideran un auténtico disparate someter a la organización a la tensión de unas elecciones primarias. El escenario ideal, y que muchos propugnarán en alto, es el de un pacto entre el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba y la ministra de Defensa, Carme Chacón, para que juntos formen el tándem que les represente para las próximas elecciones generales. Ayer ya hubo un anticipo de esta demanda en la propia Comisión Ejecutiva Federal; una de las más difíciles que ha vivido el PSOE en muchos años al tener que afrontar una pérdida inmensa de poder autonómico y local.
El debate de ayer, intenso, no fue sobre las primarias. Se centró con una decena de intervenciones en consecuencias del varapalo. La mayoría de los intervinientes pidieron una "reflexión severa y profunda" del peor resultado histórico del PSOE en unas municipales. Pero el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sí quiso subrayar en su discurso que llevará el próximo sábado a la reunión del comité federal una propuesta de calendario para la celebración de primarias. Por tanto, el proceso se pondrá en marcha, aunque después, finalmente, no haya competición por acuerdo de los aspirantes. Pero esto no está en absoluto escrito ni aceptado por los presuntos contendientes. La pugna está abierta.
De momento, el que tomó la delantera en la ejecutiva al demandar unidad fue el secretario general del Grupo Parlamentario Socialista, Eduardo Madina. "Tenemos que conseguir la unidad interna en la defensa de un proyecto político de izquierda". Esta sentencia de Madina fue interpretada como una llamada implícita a que haya una sola candidatura.
Otros miembros de la ejecutiva aplaudieron esta tesis, "la de no ponerse ahora a mirarse el ombligo de sus problemas", como hicieron la dirigente madrileña Maru Menéndez, el responsable de Libertades, Álvaro Cuesta, y el diputado andaluz Javier Barrero, así como otros miembros de la ejecutiva como Cándida Martínez o Juan Fernando López Aguilar.
Pero la "doctrina Madina", como ya la denominan otros dirigentes del PSOE, no es de ayer sino que ya la avanzó en cuanto Zapatero anunció el 2 de abril que no volvería a concurrir como candidato en unas elecciones generales. Entonces, y ahora, tanto Madina como un buen número de cuadros del partido estimaron que no deben someter a la organización a la tensión de unas primarias que, necesariamente, conducen al enfrentamiento. Lo dijo ayer el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, que recuperó la defensa que antes de las elecciones hizo de Rubalcaba como el mejor candidato para representar a los socialistas en las próximas elecciones generales.
Pero esta opinión la comparten la mayoría de los barones territoriales consultados por este periódico. Siempre con el mismo criterio. Es decir, después de un castigo tan duro lo peor que puede hacer el PSOE es aparecer ante los ciudadanos enfrascados en una pelea interna.
No obstante, estos líderes territoriales piden no desvelar su identidad hasta el comité federal del sábado. Pero sí dan por supuesto que algunos dirigentes como Patxi López, secretario general de los socialistas vascos, y Roberto Jiménez, líder de los socialistas navarros, o el secretario general de los riojanos, Juan Francisco Martínez-Aldama, defenderán la tesis de la unidad.
Los dirigentes consultados reconocen que esa es su opinión y la expresarán en alto a su debido tiempo pero que, si hay candidatos que quieren dar el paso al frente, todos asumirán el proceso. No puede ser de otra manera, como ayer aclaró de nuevo el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Las primarias se convocan inexorablemente porque es el único procedimiento que tiene el PSOE para elegir a sus candidatos. Ahora bien, la convocatoria no tiene nada que ver "con el hecho de la votación", reiteró Blanco. Es decir, si no hay más de un candidato, no hay competición y no hay objeto para la votación.
En todo caso, ante las intervenciones de la ejecutiva, el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que el sábado llevará una propuesta de calendario. El líder del PSOE no compartió las intervenciones genéricas respecto a que los ciudadanos no quieren ahora ver a los socialistas centrados en asuntos internos, toda vez que el proceso está abierto desde el 2 de abril cuando anunció que no volvería a ser candidato. Ahora, solo toca concluirlo. Por tanto, si las cosas no cambian durante esta semana, Zapatero propondrá que a lo largo del mes de junio, y como mucho hasta la primera semana de julio, la elección de su sucesor esté concluida.
Lo cierto es que ayer en la ejecutiva hubo otras intervenciones en torno a la reflexión que ahora deben abrir los socialistas sobre su severa derrota. La propia Carme Chacón señaló que los ciudadanos han pedido a los socialistas que les escuchen por lo que se impone un período de "reflexión". Para algunos la ministra estaría sugiriendo que no se tomaran medidas precipitadas, pero en su entorno descartan esa interpretación. Sí reconocen que puso objeciones a la campaña que se ha realizado tan centrada en el barrio, en el pueblo o en la ciudad.
En efecto, esa ha sido la campaña que quisieron hacer los socialistas con el objetivo de poner el foco en los candidatos municipales y autonómicos, en tanto que el PP lo ponía en la gestión del Gobierno central. Obviamente no lo han conseguido. Unas palabras del presidente se interpretaron por miembros de la ejecutiva como una defensa de José Blanco, coordinador de la campaña, al señalar que como secretario general asume todas las decisiones porque todas se toman con su aquiescencia. No obstante, Blanco, protagonizó ayer la conferencia de prensa, para asumir en alto la responsabilidad de la campaña. Y aprovechó para aclarar que no está sobre la mesa la celebración de un congreso extraordinario, ante las numerosas preguntas sobre esa posibilidad.
Pero su comparecencia sirvió para insistir en que se mantenía la hoja de ruta marcada por Zapatero: primarias y culminación de la legislatura. El comité federal autorizará las negociaciones para establecer pactos postelectorales en numerosos ayuntamientos, singularmente con IU, pero también con el BNG y CC. En Navarra también se abrirán conversaciones para el Gobierno foral.
Madrid, El País
El día después de la debacle electoral ya han surgido numerosas voces en el PSOE que consideran un auténtico disparate someter a la organización a la tensión de unas elecciones primarias. El escenario ideal, y que muchos propugnarán en alto, es el de un pacto entre el vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba y la ministra de Defensa, Carme Chacón, para que juntos formen el tándem que les represente para las próximas elecciones generales. Ayer ya hubo un anticipo de esta demanda en la propia Comisión Ejecutiva Federal; una de las más difíciles que ha vivido el PSOE en muchos años al tener que afrontar una pérdida inmensa de poder autonómico y local.
El debate de ayer, intenso, no fue sobre las primarias. Se centró con una decena de intervenciones en consecuencias del varapalo. La mayoría de los intervinientes pidieron una "reflexión severa y profunda" del peor resultado histórico del PSOE en unas municipales. Pero el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, sí quiso subrayar en su discurso que llevará el próximo sábado a la reunión del comité federal una propuesta de calendario para la celebración de primarias. Por tanto, el proceso se pondrá en marcha, aunque después, finalmente, no haya competición por acuerdo de los aspirantes. Pero esto no está en absoluto escrito ni aceptado por los presuntos contendientes. La pugna está abierta.
De momento, el que tomó la delantera en la ejecutiva al demandar unidad fue el secretario general del Grupo Parlamentario Socialista, Eduardo Madina. "Tenemos que conseguir la unidad interna en la defensa de un proyecto político de izquierda". Esta sentencia de Madina fue interpretada como una llamada implícita a que haya una sola candidatura.
Otros miembros de la ejecutiva aplaudieron esta tesis, "la de no ponerse ahora a mirarse el ombligo de sus problemas", como hicieron la dirigente madrileña Maru Menéndez, el responsable de Libertades, Álvaro Cuesta, y el diputado andaluz Javier Barrero, así como otros miembros de la ejecutiva como Cándida Martínez o Juan Fernando López Aguilar.
Pero la "doctrina Madina", como ya la denominan otros dirigentes del PSOE, no es de ayer sino que ya la avanzó en cuanto Zapatero anunció el 2 de abril que no volvería a concurrir como candidato en unas elecciones generales. Entonces, y ahora, tanto Madina como un buen número de cuadros del partido estimaron que no deben someter a la organización a la tensión de unas primarias que, necesariamente, conducen al enfrentamiento. Lo dijo ayer el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández-Vara, que recuperó la defensa que antes de las elecciones hizo de Rubalcaba como el mejor candidato para representar a los socialistas en las próximas elecciones generales.
Pero esta opinión la comparten la mayoría de los barones territoriales consultados por este periódico. Siempre con el mismo criterio. Es decir, después de un castigo tan duro lo peor que puede hacer el PSOE es aparecer ante los ciudadanos enfrascados en una pelea interna.
No obstante, estos líderes territoriales piden no desvelar su identidad hasta el comité federal del sábado. Pero sí dan por supuesto que algunos dirigentes como Patxi López, secretario general de los socialistas vascos, y Roberto Jiménez, líder de los socialistas navarros, o el secretario general de los riojanos, Juan Francisco Martínez-Aldama, defenderán la tesis de la unidad.
Los dirigentes consultados reconocen que esa es su opinión y la expresarán en alto a su debido tiempo pero que, si hay candidatos que quieren dar el paso al frente, todos asumirán el proceso. No puede ser de otra manera, como ayer aclaró de nuevo el vicesecretario general del PSOE, José Blanco. Las primarias se convocan inexorablemente porque es el único procedimiento que tiene el PSOE para elegir a sus candidatos. Ahora bien, la convocatoria no tiene nada que ver "con el hecho de la votación", reiteró Blanco. Es decir, si no hay más de un candidato, no hay competición y no hay objeto para la votación.
En todo caso, ante las intervenciones de la ejecutiva, el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, aseguró que el sábado llevará una propuesta de calendario. El líder del PSOE no compartió las intervenciones genéricas respecto a que los ciudadanos no quieren ahora ver a los socialistas centrados en asuntos internos, toda vez que el proceso está abierto desde el 2 de abril cuando anunció que no volvería a ser candidato. Ahora, solo toca concluirlo. Por tanto, si las cosas no cambian durante esta semana, Zapatero propondrá que a lo largo del mes de junio, y como mucho hasta la primera semana de julio, la elección de su sucesor esté concluida.
Lo cierto es que ayer en la ejecutiva hubo otras intervenciones en torno a la reflexión que ahora deben abrir los socialistas sobre su severa derrota. La propia Carme Chacón señaló que los ciudadanos han pedido a los socialistas que les escuchen por lo que se impone un período de "reflexión". Para algunos la ministra estaría sugiriendo que no se tomaran medidas precipitadas, pero en su entorno descartan esa interpretación. Sí reconocen que puso objeciones a la campaña que se ha realizado tan centrada en el barrio, en el pueblo o en la ciudad.
En efecto, esa ha sido la campaña que quisieron hacer los socialistas con el objetivo de poner el foco en los candidatos municipales y autonómicos, en tanto que el PP lo ponía en la gestión del Gobierno central. Obviamente no lo han conseguido. Unas palabras del presidente se interpretaron por miembros de la ejecutiva como una defensa de José Blanco, coordinador de la campaña, al señalar que como secretario general asume todas las decisiones porque todas se toman con su aquiescencia. No obstante, Blanco, protagonizó ayer la conferencia de prensa, para asumir en alto la responsabilidad de la campaña. Y aprovechó para aclarar que no está sobre la mesa la celebración de un congreso extraordinario, ante las numerosas preguntas sobre esa posibilidad.
Pero su comparecencia sirvió para insistir en que se mantenía la hoja de ruta marcada por Zapatero: primarias y culminación de la legislatura. El comité federal autorizará las negociaciones para establecer pactos postelectorales en numerosos ayuntamientos, singularmente con IU, pero también con el BNG y CC. En Navarra también se abrirán conversaciones para el Gobierno foral.