En la NHL de EEUU las prefieren rubias
Nos cuesta entender la pasión de los americanos por el basket, el fútbol americano o el béisbol, pero todavía nos cuesta más saber por qué se vuelven locos con el hockey hielo. Para nosotros, generalizando, es un deporte que se practica en un recinto que hace demasiado frío, con reglas extrañas y con un punto (o puntazo) violento que no nos resulta nada agradable. ¿En qué momento del partido dos jugadores pueden olvidarse del disco y empezar el combate de boxeo? ¿Cuándo decide el árbitro que ese combate es sucio o ilegal? Y lo más importante, ¿cómo consiguen ver el disco los espectadores?
Es la ignorancia de sus reglas, de su espíritu y de su historia lo que nos aleja de este deporte, pero también la escasa repercusión que tiene en nuestro país. En Estados Unidos y en Canadá, por ejemplo, muchos jugadores de hockey hielo son auténticos ídolos del deporte, al nivel de grandes futbolistas en Europa. Lo que no nos ha pasado desapercibido es que, a consecuencia de ese éxito, los jugadores siempre van muy bien acompañados. Un rápido vistazo a sus wags nos permite sacar dos conclusiones de estos deportistas: tienen muy buen gusto y las prefieren rubias.