El empate le cayó mejor a Tigre que a Estudiantes

Buenos Aires, Agencias
A pesar de haber estado dos veces arriba en el marcador y tener enfrente a un equipo que por momentos no jugó nada bien, Estudiantes de La Plata igualó 2 a 2 con Tigre, y ya suma 11 partidos, entre el Torneo Clausura y la Copa Libertadores, sin conseguir una victoria.

A su falta de juego, Estudiantes le agrega algo preocupante: la carencia de actitud para cambiar el curso de un partido, cuando éste se le complica.

El no haber jugado para nada bien y correr siempre de atrás en el marcador, a Tigre no le resultó costoso, ya que se llevó, con el simple hecho de aprovechar las pocas que se le presentaron, un punto importante en su pelea por mantener la categoría.

Soporífero, así resultó el primer tiempo que jugaron Estudiantes y Tigre. A los dos no se les cayó una idea, manejaron la pelota y, generalmente, la trasladaron sin sentido, pero el equipo de Eduardo Berizzo fue algo más, simplemente por intención.

Sin embargo, a los 45, un centro desde la izquierda cayó sobre el segundo palo del arco defendido por Daniel Islas. El árbitro Saúl Laverni entendió que Esteban González le hizo un foul a Leandro Desábato, cuando este iba a buscar la pelota, y cobró penal. La Gata Fernández no desaprovechó la ocasión y con un sutil tiro alto al medio del arco, puso el 1 a 0.

En el complemento no se jugó mejor que en la primera etapa, pero en cambio los dos equipos le impusieron un ritmo más rápido al trámite partido.

El primer beneficiado con este cambio fue Tigre, que a los 5 minutos logró el empate a través de Ramiro Leone, quien llegó de frente al arco, gracias a la ventaja que le dio la defensa de Estudiantes, para empujar la pelota al gol.

Con el empate, ambos equipos se volvieron cautelosos. Atacaban, con demasiados problemas, pero cuidaban sus espaldas. Sin embargo la defensa de Tigre se quedó para ante un centro de Gabriel Mercado, que Enzo Pérez, ingresando por el segundo palo, cabeceó al gol.

Para suerte de Tigre, este Estudiantes está lejos de ser un equipo confiable y por eso le abrió las puertas al empate definitivo. Corrían 30 minutos, cuando un centro pasado desde la derecha fue cabeceado en el segundo palo por Echeverría, ante la atenta y atornillada defensa local.

A pesar de que aún quedaba 15 minutos por jugar, ni Estudiantes ni Tigre estaban en condiciones de ir a buscar la victoria.

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