El Ejército sirio mata a 11 asistentes a los entierros de muertos del viernes
Las víctimas eran amigos y familiares de los fallecidos en la violenta represión de las protestas de la ciudad de Homs
Aman, Agencias
Aman, Agencias
La cifra de fallecidos en la manifestación de este sábado en favor de la democracia en Siria ha aumentado a 11, según ha informado a Reuters un activista pro Derechos Humanos. Las fuerzas de seguridad sirias han abierto fuego contra las personas allí concentradas, y la cifra de muertos aún no es definitiva.
El abogado Razan Zaitouna ha sido quien ha establecido la cifra de muertos en el cementerio de Nasra de Homs, en donde se enterraba a 10 manifestantes que murieron en enfrentamientos con el Ejército sirio en las protestas contra el presidente Bachir Al Asad de el viernes. Otro ciudadano que se ha puesto en contacto con la agencia de noticias ha declarado que los asistentes al funeral estaban fuera del cementerio de manera pacífica. La represión de una nueva protesta también se cobró ayer la vida de una persona en Saqba, un suburbio de Damasco.
El régimen sirio no permite la entrada de periodistas al país, por lo que es imposible verificar de manera independiente las cifras de fallecidos y heridos.
Estas muertes se suman a las entre 30 y 45 que se registraron el viernes. Ese día, para prevenir que los ciudadanos se concentraran en las mezquitas antes de salir a la calle como venía haciéndose desde que comenzaron las protestas a mediados de marzo, la policía estableció controles a la entrada de muchas de ellas. Karim Rajeh, imán de la mezquita suní de Al Hassan en Damasco, anunció que dejaría de pronunciar el sermón de los viernes porque las fuerzas de seguridad impedían el acceso a los fieles.
El hecho de que los ataques militares lanzados en días pasados contra Deraa, Homs y Banias carecieran de efecto disuasorio sobre las protestas parece demostrar que El Asad no tiene la situación tan controlada como viene afirmando y que la crisis siria podría durar un tiempo indefinido, con posibles consecuencias para los países vecinos.
El volumen de refugiados sirios en Líbano empieza a inquietar a la ONU, que por el momento ha contabilizado unas 5.000 personas instaladas en Wadi Khaled, una localidad libanesa separada de Siria por un pequeño riachuelo fácilmente vadeable. Representantes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y del Ministerio de Asuntos Sociales de Líbano trabajan en un plan para hacer frente a una posible oleada de fugitivos de la represión de El Asad.
El abogado Razan Zaitouna ha sido quien ha establecido la cifra de muertos en el cementerio de Nasra de Homs, en donde se enterraba a 10 manifestantes que murieron en enfrentamientos con el Ejército sirio en las protestas contra el presidente Bachir Al Asad de el viernes. Otro ciudadano que se ha puesto en contacto con la agencia de noticias ha declarado que los asistentes al funeral estaban fuera del cementerio de manera pacífica. La represión de una nueva protesta también se cobró ayer la vida de una persona en Saqba, un suburbio de Damasco.
El régimen sirio no permite la entrada de periodistas al país, por lo que es imposible verificar de manera independiente las cifras de fallecidos y heridos.
Estas muertes se suman a las entre 30 y 45 que se registraron el viernes. Ese día, para prevenir que los ciudadanos se concentraran en las mezquitas antes de salir a la calle como venía haciéndose desde que comenzaron las protestas a mediados de marzo, la policía estableció controles a la entrada de muchas de ellas. Karim Rajeh, imán de la mezquita suní de Al Hassan en Damasco, anunció que dejaría de pronunciar el sermón de los viernes porque las fuerzas de seguridad impedían el acceso a los fieles.
El hecho de que los ataques militares lanzados en días pasados contra Deraa, Homs y Banias carecieran de efecto disuasorio sobre las protestas parece demostrar que El Asad no tiene la situación tan controlada como viene afirmando y que la crisis siria podría durar un tiempo indefinido, con posibles consecuencias para los países vecinos.
El volumen de refugiados sirios en Líbano empieza a inquietar a la ONU, que por el momento ha contabilizado unas 5.000 personas instaladas en Wadi Khaled, una localidad libanesa separada de Siria por un pequeño riachuelo fácilmente vadeable. Representantes del Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados y del Ministerio de Asuntos Sociales de Líbano trabajan en un plan para hacer frente a una posible oleada de fugitivos de la represión de El Asad.