El Ejército afgano mata a los últimos insurgentes atrincherados en un hotel de Kandahar
Los talibanes atentan contra varios edificios oficiales de la conflictiva provincia de Afganistán para vengar la muerte de Bin Laden
Kabul, El País
Las fuerzas de seguridad afganas mataron anoche a los tres últimos insurgentes que seguían atrincherados en un hotel de Kandahar tras el ataque múltiple en esta ciudad sureña de varios comandos talibanes, según han informado fuentes oficiales.
"La operación concluyó anoche, con las muertes a manos de las fuerzas de seguridad de los tres insurgentes que resistían en el interior del edificio", ha dicho Zalmai Ayubi, portavoz del Gobierno provincial de Kandahar, en el sur de Afganistán. Según el portavoz, la situación en esta ciudad ha vuelto la normalidad, tras el ataque múltiple del sábado, que ha acabado con las vidas de al menos 26 personas apenas una semana después de que los insurgentes anunciaran su ofensiva bélica de primavera.
Algunos de los insurgentes se habían apostado en el hotel para atacar desde allí la oficina del gobernador de Kandahar, según reconoció este domingo el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Zemarai Bashari.
En total, una treintena de insurgentes, entre ellos ocho suicidas, atacaron varias comisarías, una oficina de los servicios de inteligencia afganos, dos escuelas, oficinas administrativas y la sede del máximo representante político local. Hasta ayer, habían muerto 24 de los insurgentes y dos policías, mientras que 29 personas resultaron heridas, y cuatro supuestos miembros de los comandos fueron arrestados.
Los talibanes anunciaron la semana pasada su tradicional ofensiva de primavera contra las fuerzas afganas e internacionales, y pocas horas antes del ataque lanzaron una nota de prensa diciendo que la muerte de Osama bin Laden daría "un nuevo impulso a su lucha".
Kandahar, en el conflictivo sur afgano, es la provincia donde cobraron importancia los primeros talibanes, antes de su ascenso al poder en 1996, y en la actualidad sigue siendo uno de los viveros de la actividad insurgente en Afganistán.
En las últimas semanas, la provincia ha sido escenario de varias acciones de los insurgentes, como la fuga por un túnel de 500 presos del penal de la capital provincial, o el asesinato en atentado suicida del jefe de la Policía provincial.
Kabul, El País
Las fuerzas de seguridad afganas mataron anoche a los tres últimos insurgentes que seguían atrincherados en un hotel de Kandahar tras el ataque múltiple en esta ciudad sureña de varios comandos talibanes, según han informado fuentes oficiales.
"La operación concluyó anoche, con las muertes a manos de las fuerzas de seguridad de los tres insurgentes que resistían en el interior del edificio", ha dicho Zalmai Ayubi, portavoz del Gobierno provincial de Kandahar, en el sur de Afganistán. Según el portavoz, la situación en esta ciudad ha vuelto la normalidad, tras el ataque múltiple del sábado, que ha acabado con las vidas de al menos 26 personas apenas una semana después de que los insurgentes anunciaran su ofensiva bélica de primavera.
Algunos de los insurgentes se habían apostado en el hotel para atacar desde allí la oficina del gobernador de Kandahar, según reconoció este domingo el portavoz del Ministerio afgano de Interior, Zemarai Bashari.
En total, una treintena de insurgentes, entre ellos ocho suicidas, atacaron varias comisarías, una oficina de los servicios de inteligencia afganos, dos escuelas, oficinas administrativas y la sede del máximo representante político local. Hasta ayer, habían muerto 24 de los insurgentes y dos policías, mientras que 29 personas resultaron heridas, y cuatro supuestos miembros de los comandos fueron arrestados.
Los talibanes anunciaron la semana pasada su tradicional ofensiva de primavera contra las fuerzas afganas e internacionales, y pocas horas antes del ataque lanzaron una nota de prensa diciendo que la muerte de Osama bin Laden daría "un nuevo impulso a su lucha".
Kandahar, en el conflictivo sur afgano, es la provincia donde cobraron importancia los primeros talibanes, antes de su ascenso al poder en 1996, y en la actualidad sigue siendo uno de los viveros de la actividad insurgente en Afganistán.
En las últimas semanas, la provincia ha sido escenario de varias acciones de los insurgentes, como la fuga por un túnel de 500 presos del penal de la capital provincial, o el asesinato en atentado suicida del jefe de la Policía provincial.