Catar desiste de mediar en la crisis yemení
Catar desistió el viernes de sus esfuerzos por mediar en la crisis política yemení, a la vez que responsabilizó al presidente Alí Abdalá Salé por el estancamiento y por aislar al régimen entre sus vecinos.
Entre tanto, manifestantes a favor y contra el gobierno se concentraron en distintas plazas de Saná, la capital, y se reportó la muerte de siete soldados en emboscadas en otras ciudades.
Qatar era una de las seis naciones del Golfo Pérsico que impulsaban un acuerdo para que Salé renuncie luego de 32 años en el poder, a cambio de otorgarle inmunidad judicial. Desde hace tres meses, las protestas masivas exigen la renuncia del autócrata, mientras la represión ha causado unas 150 muertes.
Las seis naciones del llamado Consejo de Cooperación del Golfo temen que la inestabilidad creciente en Yemen se extienda a otras partes de la Península Arábiga.
La agencia noticiosa oficial qatarí dijo que se informó de la decisión al secretario general del CCG, Abdullatif bin Rashid al-Zayani, el jueves.
"El gobierno tuvo que tomar la decisión debido a los pretextos y las demoras en la firma del acuerdo, la escalada de los acontecimientos, los graves enfrentamientos y la falta de prudencia que contradicen el espíritu de la iniciativa", dijo la agencia QNA.
La agencia oficial yemení SABA dijo el viernes que el partido de Salé acusó a Qatar de tomar partido por las protestas y se declaró complacido por su retiro de las conversaciones.
"Yemen está dispuesto a tratar con la iniciativa del Golfo sin la participación del (Gran) Estado de Qatar, que participa de la conspiración y los sucesos que tienen lugar no sólo en Yemen sino en la región árabe en general", dijo el Partido Nacional del Congreso en un comunicado. El partido gobernante yemení añadió, sin entrar en detalles, que "el Estado de Qatar tiene sus propios intereses y se sabe cuál es el partido que lo respalda".
El propio Salé, en un discurso a sus partidarios, calificó a los partidos opositores de "forajidos y asesinos", y les dijo: "Dejen de jugar con fuego, caso contrario nuestro pueblo en las aldeas y los vecindarios, apoyados por la institución militar, no serán espectadores pasivos, sino que responderán con decisión".
Entre tanto, manifestantes a favor y contra el gobierno se concentraron en distintas plazas de Saná, la capital, y se reportó la muerte de siete soldados en emboscadas en otras ciudades.
Qatar era una de las seis naciones del Golfo Pérsico que impulsaban un acuerdo para que Salé renuncie luego de 32 años en el poder, a cambio de otorgarle inmunidad judicial. Desde hace tres meses, las protestas masivas exigen la renuncia del autócrata, mientras la represión ha causado unas 150 muertes.
Las seis naciones del llamado Consejo de Cooperación del Golfo temen que la inestabilidad creciente en Yemen se extienda a otras partes de la Península Arábiga.
La agencia noticiosa oficial qatarí dijo que se informó de la decisión al secretario general del CCG, Abdullatif bin Rashid al-Zayani, el jueves.
"El gobierno tuvo que tomar la decisión debido a los pretextos y las demoras en la firma del acuerdo, la escalada de los acontecimientos, los graves enfrentamientos y la falta de prudencia que contradicen el espíritu de la iniciativa", dijo la agencia QNA.
La agencia oficial yemení SABA dijo el viernes que el partido de Salé acusó a Qatar de tomar partido por las protestas y se declaró complacido por su retiro de las conversaciones.
"Yemen está dispuesto a tratar con la iniciativa del Golfo sin la participación del (Gran) Estado de Qatar, que participa de la conspiración y los sucesos que tienen lugar no sólo en Yemen sino en la región árabe en general", dijo el Partido Nacional del Congreso en un comunicado. El partido gobernante yemení añadió, sin entrar en detalles, que "el Estado de Qatar tiene sus propios intereses y se sabe cuál es el partido que lo respalda".
El propio Salé, en un discurso a sus partidarios, calificó a los partidos opositores de "forajidos y asesinos", y les dijo: "Dejen de jugar con fuego, caso contrario nuestro pueblo en las aldeas y los vecindarios, apoyados por la institución militar, no serán espectadores pasivos, sino que responderán con decisión".