Boca le ganó el Superclásico a River con otro gol de Palermo
Buenos Aires, Agencias
En una ráfaga de tres minutos Boca Juniors estableció una diferencia de 2-0 que resultó inamovible y se quedó con un clásico que hunde aún más a River y le da una digna despedida a Martín Palermo, autor del segundo tanto, a un mes del retiro.
Un blooper de Juan Pablo Carrizo a los 28 minutos del primer tiempo, y un cabezazo de Palermo de emboquillada, dos minutos después, sellaron el pleito para la celebración boquense en La Bombonera.
Distó de ser una gran producción del equipo de Julio Falcioni, que tuvo el mérito de aprovechar su momento y después mantener la diferencia frente a un rival que se vio perdido cuando parecía que empezaba a mandar en el juego y nunca encontró la reacción que necesitaba, sufriendo un duro revés que complica su situación en la tabla de promedios y parece alejarlo definitivamente de la lucha por el título.
Habían transcurrido más de 25 minutos y prácticamente no había habido trabajo para los arqueros, pero River se insinuaba mejor porque ganaba la mitad de la cancha, con volantes más dinámicos, con Lamela muy movedizo mientras que Boca daba ventajas por el costado de Chávez y Clemente Rodríguez y no ofrecía seguridad en el fondo.
De todas maneras, no hubo riesgos para Lucchetti porque Funes Mori estaba a contramano del partido y Pavone estaba enredado en una lucha personal con Insaurralde, que lo alejaba del juego.
Boca no avanzaba porque Riquelme no tenía contacto con la pelota pero una corrida de Mouche terminó en corner por rebote en Leandro González Pirez -entró por Jonatan Maidana, lesionado-.
De inmediato Mouche tiró el corner, Monzón saltó y Carrizo, que estaba mal parado y molestado por Chávez, en su intento por despejar con un manotazo metió la pelota en su arco y puso en ventaja a Boca.
Apenas dos minutos más tarde y en otra pelota de jugada parada, el fondo de River salió mal y cuando Somoza devolvió el balón al área, Palermo, sin marca, cabeceó por encima de Carrizo y anotó el segundo.
Así Boca sacó una ventaja impensada minutos antes y habiendo hecho muy poco, pero hasta el final de primer tiempo controló el partido porque River perdió seguridad y recién en el minuto 42 produjo su primera jugada de riesgo concreto cuando al paraguayo Román le quedó la pelota en el área tras un corner y su zurdazo originó una buena respuesta de Lucchetti.
En los primeros diez minutos del segundo tiempo River tuvo cuatro llegadas: un cabezazo alto de Lamela, un tiro libre también de la joven promesa "millonaria" que salvó Lucchetti, un cabezazo de Pavone que rechazó el arquero a los 6, y una acción en que el delantero de Tres Sargentos picó ante el guardavalla que salvó Monzón para salvar. Fue el último testimonio de presencia de River en el área rival porque después chocó permanentemente, no logró desequilibrio y quedó muy expuesto a los contraataques.
Boca pudo haber aumentado en el minuto diez cuando Mouche ganó en el mano a mano con Carrizo pero remató desviado, y en otra corrida de Mouche a los 17 con remate que el arquero desvió al corner.
Si Boca hubiera tenido precisión para aprovechar todos los espacios que se le ofrecían pudo haber llegado la goleada pero no lo hizo y los últimos 25 minutos de juego se jugaron prácticamente sin problemas para los arqueros.
El espectáculo se afeó en el final con un incidente que protagonizaron Clemente Rodríguez y Matías Almeyda, expulsados ambos y con una actitud del capitán de River impropia de un jugador de su experiencia al besar la camiseta frente a los hinchas xeneizes, que no puede ser explicada ni siquiera por el difícil momento en que se encuentra su equipo.
Martín Palermo, reemplazado cerca del final se llevó la mayor ovación de la tarde y por cierto que le corresponde al máximo goleador de Boca frente a River considerando partidos oficiales y amistosos.