Boca igualó con Independiente y ambos siguen lejos


Buenos Aires, Agencias
Boca Juniors e Independiente igualaron 1-1 en un clásico que fue interesante de punta a punta, con dos períodos perfectamente diferenciados, uno -el primero- correspondiente a Boca, iluminado con el gol de taco de Martín Palermo y el final ampliamente dominado por el equipo de Avellaneda.

Boca jugó un primer tiempo de gran nivel, con buen rendimiento colectivo y valiosos aportes de Pablo Mouche, Cristian Chávez y Juan Román Riquelme, además del golazo de Palermo.

En la segunda etapa perdió la pelota, se dejó acorralar, se sostuvo en la buena labor de Cristian Lucchetti, pretendió aguantar el partido con la salida de Riquelme y el pasaje al sistema 4-4-2, pero no pudo. Llegó el gol del juvenil Lucas Villafañez y el resultado final para Boca tuvo gusto a frustración.

En definitiva, en un primer tiempo entretenido, jugado a ritmo vertiginoso, Boca sacó ventaja por ser más profundo y jugar en forma colectiva en ataque y porque cometió menos errores en defensa.

En el primer tramo del juego, Independiente a falta de otros argumentos probó desde larga distancia como por ejemplo a través de Pellerano y Maximiliano Velázquez, pero sus remates fueron controlados por Lucchetti.

Boca empezó a afirmarse de a poco en el mediocampo, con todos los volantes muy activos y con Riquelme con más movilidad que en partidos anteriores. Controló la pelota y comenzó a desequilibrar a través Mouche, por los dos laterales.

Navarro rechazó con dificultad un disparo de Riquelme a los 5 (Palermo resolvió mal en el rebote) y a los 11 otra vez tuvo trabajo el arquero visitante por un remate efectuado desde lejos por Chávez. De inmediato, Mouche cabeceó por arriba del travesaño desde inmejorable posición.

A los 22, Boca se puso en ventaja en una acción en la que Colazo recuperó la pelota, abrió hacia la derecha para Mouche y el centro bajo de éste al medio del área tuvo como destino el taco derecho de Palermo, que hizo entrar la pelota junto al palo derecho de Navarro. Ruidoso festejo como agradecimiento al gran goleador que alumbró desde las oscuridades ante Huracán y se despachó con un lujo en La Bombonera.

Boca siguió manejando en el juego hasta los 10 finales, pero en el cierre de la etapa bajó su velocidad y permitió que Independiente reapareciera en el partido, creándole visibles problemas por izquierda por donde Patricio Rodríguez resultó incontrolable para Clemente Rodríguez. Pero al llegar al descanso el 1-0 estaba plenamente justificado.

Todo el segundo tiempo fue de Independiente, que ganó la posesión de la pelota, obligó a retroceder a Boca y comenzó a llegarle con frecuencia. La recuperación se afirmó en el complemento con una muy buena producción de Patricio Rodríguez, imparable con la pelota al pie, y con la solvencia de Hernán Fredes para equilibrar el medio juego.

Lucchetti tuvo que esforzarse para neutralizar disparos de Patricio Rodríguez a los 4, de Silvera a los 9, de Fredes a los 10, nuevamente de Rodríguez a los 17 y un cabezazo de Matheu a los 18.

En medio del dominio rival, Boca contó con un remate de Palermo de buena posición que se fue apenas desviado y de una media vuelta de Chávez que pegó en el cuerpo de Tuzzio.

A los 24 se fue Palermo y entró Viatri, como para tener un refresco en ofensiva, pero tres minutos más tarde Falcioni sacó a Riquelme y colocó a Walter Erviti para armar dos líneas de cuatro, transmitiendo la sensación de que resignaba definitivamente el protagonismo.

A los 32 llegó el empate que se veía venir en una jugada que se ensució en el área y que limpió Silvera, sacando la pelota hacia atrás para la llegada franca de Villafáñez, que a la carrera venció a Lucchetti desde el borde del área.

En los minutos que quedaban Boca intentó pasar al ataque pero no pudo. Se enredó, chocó, y fue Independiente el que con ideas más claras terminó dejando una mejor imagen.

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