Alivio por la muerte de Bin Laden, aunque "no es el final" de la lucha
Madrid, Agencias
España, que sufrió el zarpazo del terrorismo radical islamista en 2004, consideró este lunes un "paso adelante" y un "alivio" la muerte de Osama Bin Laden, pero advirtió de que no es el final de un terrorismo "muy difuso" y difícil de combatir.
"Nos sentimos aliviado, pero esto no es el final y hay que mantener la guardia alta", dijo el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras conocerse la muerte del líder de Al Qaeda durante una operación de fuerzas estadounidenses en Afganistán.
"Una operación como la de hoy es un avance, pero en modo alguno es el final de la lucha contra un terrorismo que es especialmente difuso y difícil de combatir", dijo Rubalcaba en referencia a un terrorismo estructurado en multitud de células y franquicias, una de las cuales perpetró en España el peor atentado de la historia del país el 11 de marzo de 2004.
En una acción atribuida por la Justicia española al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), uno de los grupos afiliados a Al Qaeda en el norte de África, diez bombas estallaron en cuatro trenes suburbanos madrileños, con un saldo de 191 muertos y 1.900 heridos.
En octubre de 2007, los tribunales españoles condenaron a 21 de las 28 personas acusadas de esta masacre, tres de ellas a penas récord de 40.000 años de cárcel, aunque en julio de 2008, el Tribunal Surpremo revisó a la baja esta condena, inocentando a cuatro de los 21 condenados.
Para los que vivieron en primera persona esa tragedia, cuyos autores justificaron por la decisión del Gobierno de José María Aznar de participar en la intervención estadounidense en Irak, la muerte de Bin Laden, supone un alivio, pero temen que se le haya convertido en mártir y que haya represalias.
"Se ha muerto un monstruo, pero han matado a un mártir, lo van a convertir en un mártir", dijo a la AFP Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación 11-M afectados del Terrorismo, cuyo hijo murió en uno de los trenes atacados. "Se nos pone una sonrisa, pero es una sonrisa ácida porque no se ha terminado con el terrorismo hoy. Ojalá que se hubiera terminado con el terrorismo, pero no", añadió Manjón, mientras que Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) consideró que "se ha cortado la raíz de Al Qaeda, pero hay que tener cuidado con sus ramificaciones".
El Gobierno admite estas posibilidades, pero ha decidido no aumentar por ahora el nivel de alerta antiterrorista, al considerar que es suficientemente alto.
"España tiene un nivel de alerta antiterrorista alto por razones evidentes", dijo Rubalcaba, en referencia a la tradicional amenaza de la banda armada ETA, a la que se unió la del terrorismo radical islamista, especialmente tras el 11-M, por lo que hay "un nivel de prevención antiterrorista alto, significativo y pensamos que no es conveniente elevarlo".
No obstante, la Generalitat de Cataluña anunció este lunes que habrá un "refuerzo" en la presencia policial, sobre todo en el transporte público con la finalidad de "subir el listón" y transmitir mayor seguridad.
Según un documento de la embajada estadounidense de Madrid de 2007 revelado por Wikileaks y difundido por el diario El País en diciembre pasado, "las autoridades españolas y norteamericanas han identificado Cataluña como el mayor centro mediterráneo de actividad de radicales islamistas". Según estos documentos, "la alta inmigración, legal como ilegal, desde el Norte de África (Marruecos, Túnez y Argelia), así como de Pakistán y Bangladesh hace de esta región un imán para reclutar terroristas".
"Somos un punto de atención pero no debemos crear alarma, sino prudencia", concluyó el conseller del Interior, Gelip Puig, a la televisión catalana TV3.
España, que sufrió el zarpazo del terrorismo radical islamista en 2004, consideró este lunes un "paso adelante" y un "alivio" la muerte de Osama Bin Laden, pero advirtió de que no es el final de un terrorismo "muy difuso" y difícil de combatir.
"Nos sentimos aliviado, pero esto no es el final y hay que mantener la guardia alta", dijo el vicepresidente y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, tras conocerse la muerte del líder de Al Qaeda durante una operación de fuerzas estadounidenses en Afganistán.
"Una operación como la de hoy es un avance, pero en modo alguno es el final de la lucha contra un terrorismo que es especialmente difuso y difícil de combatir", dijo Rubalcaba en referencia a un terrorismo estructurado en multitud de células y franquicias, una de las cuales perpetró en España el peor atentado de la historia del país el 11 de marzo de 2004.
En una acción atribuida por la Justicia española al Grupo Islámico Combatiente Marroquí (GICM), uno de los grupos afiliados a Al Qaeda en el norte de África, diez bombas estallaron en cuatro trenes suburbanos madrileños, con un saldo de 191 muertos y 1.900 heridos.
En octubre de 2007, los tribunales españoles condenaron a 21 de las 28 personas acusadas de esta masacre, tres de ellas a penas récord de 40.000 años de cárcel, aunque en julio de 2008, el Tribunal Surpremo revisó a la baja esta condena, inocentando a cuatro de los 21 condenados.
Para los que vivieron en primera persona esa tragedia, cuyos autores justificaron por la decisión del Gobierno de José María Aznar de participar en la intervención estadounidense en Irak, la muerte de Bin Laden, supone un alivio, pero temen que se le haya convertido en mártir y que haya represalias.
"Se ha muerto un monstruo, pero han matado a un mártir, lo van a convertir en un mártir", dijo a la AFP Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación 11-M afectados del Terrorismo, cuyo hijo murió en uno de los trenes atacados. "Se nos pone una sonrisa, pero es una sonrisa ácida porque no se ha terminado con el terrorismo hoy. Ojalá que se hubiera terminado con el terrorismo, pero no", añadió Manjón, mientras que Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) consideró que "se ha cortado la raíz de Al Qaeda, pero hay que tener cuidado con sus ramificaciones".
El Gobierno admite estas posibilidades, pero ha decidido no aumentar por ahora el nivel de alerta antiterrorista, al considerar que es suficientemente alto.
"España tiene un nivel de alerta antiterrorista alto por razones evidentes", dijo Rubalcaba, en referencia a la tradicional amenaza de la banda armada ETA, a la que se unió la del terrorismo radical islamista, especialmente tras el 11-M, por lo que hay "un nivel de prevención antiterrorista alto, significativo y pensamos que no es conveniente elevarlo".
No obstante, la Generalitat de Cataluña anunció este lunes que habrá un "refuerzo" en la presencia policial, sobre todo en el transporte público con la finalidad de "subir el listón" y transmitir mayor seguridad.
Según un documento de la embajada estadounidense de Madrid de 2007 revelado por Wikileaks y difundido por el diario El País en diciembre pasado, "las autoridades españolas y norteamericanas han identificado Cataluña como el mayor centro mediterráneo de actividad de radicales islamistas". Según estos documentos, "la alta inmigración, legal como ilegal, desde el Norte de África (Marruecos, Túnez y Argelia), así como de Pakistán y Bangladesh hace de esta región un imán para reclutar terroristas".
"Somos un punto de atención pero no debemos crear alarma, sino prudencia", concluyó el conseller del Interior, Gelip Puig, a la televisión catalana TV3.