Vargas Llosa en Buenos Aires: honores a Borges y arte en La Boca
Me da un poco de vergüenza recibir el premio Nobel que no recibió Borges”, fue lo primero que dijo Mario Vargas Llosa cuando se enteró en octubre pasado de que había sido galardonado con el premio máximo de la literatura. A nadie le extrañó entonces, que ayer –horas después de aterrizar en esta ciudad, donde el jueves hablará en una conferencia en la 37 ª Feria Internacional del Libro de Buenos Aires– en su primera aparición pública haya decidido visitar y homenajear al autor de El Aleph.
Minutos después del mediodía, el Nobel peruano visitó el Museo Borges que funciona en la vieja casona de la calle Anchorena, sede de la Fundación Internacional que dirige la viuda del escritor argentino María Kodama. Vargas Llosa llegó acompañado por su mujer Patricia Llosa, el jefe de gobierno porteño Mauricio Macri y su ministro de Cultura, Hernán Lombardi. Los esperaba la anfitriona Kodama, quien les enseñó durante más de una hora la reproducción del dormitorio de Borges, su biblioteca personal y la extensa pero incompleta colección de la revista Sur, que allí se exhibe. El escritor se mostró sorprendido por la austeridad del cuarto de Borges. También lo impresionó que entre los libros del autor de Ficciones hubiera tantos textos de escritores clásicos y tan pocos del siglo XX. Vargas Llosa además dejó una dedicatoria en el libro de honor de la Fundación. “Fue un encuentro fantástico y una visita cariñosa. La pasamos muy bien”, señaló Kodama, a quien el ilustre visitante felicitó por los esfuerzos para mantener vivo el legado de su difunto y genial marido. Luego se despidieron.
Cerca de las 14, la comitiva, de alrededor de 15 personas, a las que se sumó Alvaro, el hijo del escritor, partió a la Fundación Proa, en La Boca. En la entrada lo recibió Maman , la impresionante araña de nueve metros de altura de Louise Bourgeois, que por estos días custodia las puertas de Proa. La directora de la institución, Adriana Rosenberg, lo saludó y se sumó a la mesa para almorzar.
Allí, el tema de conversación dominante fue el ballotage presidencial en Perú. El Nobel volvió a expresar su reticente preferencia por Ollanta Humala en detrimento de Keiko Fujimori. El inminente nombramiento de Buenos Aires como Capital Mundial del Libro 2011 y, otra vez, Borges, fueron otros de los temas preferidos. Para apoyar la iniciativa, Vargas Llosa donará sus obras completas a la Biblioteca Miguel Cané –donde trabajó Borges– con un breve prólogo manuscrito en el que hablará de su relación con la ciudad. Además, se acordó que la exhibición de la muestra Atlas , un conjunto de retratos de Borges y Kodama durante sus viajes, será inaugurada por el propio escritor en Lima, en abril de 2012. La polémica en torno a su discurso en la feria porteña, también se mezcló en la comida (ver recuadro).
Cuando terminaron, Vargas Llosa recorrió en sentido inverso las cuatro salas de la muestra de Bourgeois, El retorno de lo reprimido . El autor se mostró sorprendido por la imaginación de la artista y por el contenido sexual de la muestra. “Qué perversa”, festejó. Además recordó que en 2007 conoció a Bourgeois durante una retrospectiva en la Tate Gallery de Londres. Cuando llegó a la primera sala –para él la última– se quedó escuchando como uno más, una visita guiada que recién comenzaba. Sólo entonces posó para las fotos con lectores y admiradores.
Ahora, si sus compromisos con la Fundación Libertad, lo pemiten, pretende ver la adaptación teatral de Un tranvía llamado deseo , de Tenesse Williams. Al parecer, así será su estadía porteña: entre la política y la cultura.