Una carga militar deja dos muertos y quince heridos en las protestas de El Cairo
Los manifestantes piden que el expresidente egipcio Hosni Mubarak sea procesado judicialmente.- Los soldados han dispersado violentamente a los participantes después del toque de queda
El Cairo, El País
El Cairo, El País
Dos adolescentes han muerto y quince personas más han resultado heridas esta madrugada en el centro de El Cairo después de que las fuerzas de seguridad entrasen anoche en la plaza de la Liberación para dispersar violentamente a los casi 2.000 manifestantes que permanecían concentrados en la plaza de la Liberación en una de las mayores protestas que se han producido en El Cairo desde la caída de Hosni Mubarak. El Gobierno sólo confirma uno de los fallecidos y eleva a 71 el número de heridos.
Los médicos que atendieron a los fallecidos han confirmado que su muerte se produjo a causa de las heridas de bala que presentaban cuando fueron ingresados de urgencia en el hospital. Varios testigos afirman que hubo disparos en el aire que se escucharon en toda la zona que rodea a la plaza de la Liberación y que los soldados se enfrentaron a los manifestantes con tásers (porras eléctricas). "Vi como un oficial golpeaba a una mujer. Se movían entre nosotros de forma agresiva, había gente corriendo en todas direcciones", dijo uno de los participantes, que incluso ha asegurado que había charcos de sangre en el suelo. Sin embargo, el Ejército ha negado utilizaran munición real en la protesta, solo reconoce haber empleado gases lacrimógenos.
Las fuerzas del orden público habían declarado anteriormente el toque de queda, debido a los disturbios que llevan produciéndose cada viernes en las concentraciones para pedir que el expresidente sea procesado judicialmente. Ayer la manifestación, que llegó a reunir a 100.000 personas en la plaza de la Liberación, se volvió especialmente violenta y 300 soldados cargaron contra los 2.000 civiles que quedaban en la zona cuando se cumplió el toque de queda, entre las 2.00 y las 5.00 (1.00 y 5.00, en España). Los manifestantes aseguran que los soldados ya habían tenido alguna tentativa de ataque antes, cuando varios oficiales de las fuerzas armadas se sumaron a la protesta en contra de sus superiores y los civiles formaron un cordón humano para protegerlos. A las 3.00, se produjo finalmente la carga y los participantes corrieron a refugiarse en una mezquita cercana.
El Ejército ya dispersó violentamente a los manifestantes del centro principal de las protestas contra Muabarak, hace unas semanas, tras lo que el presidente interino, Mohamed Husein Tantawi, pidió disculpas a la población egipcia y se justificó diciendo que no hubo ninguna orden para atacar a los congregados. Los participantes en la protesta acusan al Ejército de ser demasiado lento a la hora de acabar con la corrupción del Gobierno anterior y su indignación los llevó anoche a quemar tres vehículos militares detransportes de tropas.
Hoy, cientos de egipcios continúan en la céntrica plaza que ha sido epicentro de la revolución en un claro desafío a las fuerzas armadas. "Nos quedaremos aquí hasta que las demandas de la revolución sean cumplidas y Mubarak sea juzgado. No queremos que vuelva a pasar lo de anoche", ha declarado Husam Abdelatif, uno de los jóvenes que estuvo ayer en los enfrentamientos. Todos los accesos a la zona están cerrados al tráfico con alambradas y vallas, el pavimento está salpicado de decenas de adoquines rotos, piedras y casquillos de bala que evidencian los choques ocurridos allí horas antes.
Los médicos que atendieron a los fallecidos han confirmado que su muerte se produjo a causa de las heridas de bala que presentaban cuando fueron ingresados de urgencia en el hospital. Varios testigos afirman que hubo disparos en el aire que se escucharon en toda la zona que rodea a la plaza de la Liberación y que los soldados se enfrentaron a los manifestantes con tásers (porras eléctricas). "Vi como un oficial golpeaba a una mujer. Se movían entre nosotros de forma agresiva, había gente corriendo en todas direcciones", dijo uno de los participantes, que incluso ha asegurado que había charcos de sangre en el suelo. Sin embargo, el Ejército ha negado utilizaran munición real en la protesta, solo reconoce haber empleado gases lacrimógenos.
Las fuerzas del orden público habían declarado anteriormente el toque de queda, debido a los disturbios que llevan produciéndose cada viernes en las concentraciones para pedir que el expresidente sea procesado judicialmente. Ayer la manifestación, que llegó a reunir a 100.000 personas en la plaza de la Liberación, se volvió especialmente violenta y 300 soldados cargaron contra los 2.000 civiles que quedaban en la zona cuando se cumplió el toque de queda, entre las 2.00 y las 5.00 (1.00 y 5.00, en España). Los manifestantes aseguran que los soldados ya habían tenido alguna tentativa de ataque antes, cuando varios oficiales de las fuerzas armadas se sumaron a la protesta en contra de sus superiores y los civiles formaron un cordón humano para protegerlos. A las 3.00, se produjo finalmente la carga y los participantes corrieron a refugiarse en una mezquita cercana.
El Ejército ya dispersó violentamente a los manifestantes del centro principal de las protestas contra Muabarak, hace unas semanas, tras lo que el presidente interino, Mohamed Husein Tantawi, pidió disculpas a la población egipcia y se justificó diciendo que no hubo ninguna orden para atacar a los congregados. Los participantes en la protesta acusan al Ejército de ser demasiado lento a la hora de acabar con la corrupción del Gobierno anterior y su indignación los llevó anoche a quemar tres vehículos militares detransportes de tropas.
Hoy, cientos de egipcios continúan en la céntrica plaza que ha sido epicentro de la revolución en un claro desafío a las fuerzas armadas. "Nos quedaremos aquí hasta que las demandas de la revolución sean cumplidas y Mubarak sea juzgado. No queremos que vuelva a pasar lo de anoche", ha declarado Husam Abdelatif, uno de los jóvenes que estuvo ayer en los enfrentamientos. Todos los accesos a la zona están cerrados al tráfico con alambradas y vallas, el pavimento está salpicado de decenas de adoquines rotos, piedras y casquillos de bala que evidencian los choques ocurridos allí horas antes.