Peleas y enredos entre los opositores "ayudan" al oficialismo argentino

Buenos Aires, Agencias
Las peleas entre los peronistas disidentes con el Gobierno de Cristina Fernández y los magros resultados de una convocatoria para aliar a la oposición siguen beneficiando al oficialismo con miras a las próximas elecciones presidenciales en Argentina, afirmaron hoy varios analistas.

La sorpresiva decisión del exmandatario Eduardo Duhalde (2002-2003) de ausentarse de las internas del disidente Peronismo Federal para elegir su candidato presidencial desató un nuevo enredo en la oposición, que no logra debilitar el buen posicionamiento del Gobierno de cara a las presidenciales del 23 de octubre.

Duhalde resolvió no participar este fin de semana de la tercera etapa de las internas del Peronismo Federal por considerar que su rival, el gobernador de la provincia de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, modificó las "reglas de juego" al pedir que se votara sólo en las capitales de tres distritos norteños.

"Esto es un papelón", admitió Duhalde en una rueda de prensa al confirmar el viernes que no iba a participar de la contienda interna para elegir al candidato presidencial de la agrupación que reúne a disidentes del Partido Justicialista (peronista) en el poder.

Rodríguez Saá siguió adelante con la "pelea sin rival", concretó la elección interna y hasta se declaró ganador ante las cámaras, dejando ver a su lado la silla vacía que hubiera correspondido a Duhalde, con quien se abrazaba hace apenas 15 días.

El gobernador de San Luis aseguró anoche que recibió "15.897 votos", mientras que el "compañero" Duhalde fue votado por apenas "497 personas" en la tercera etapa de los comicios internos desarrollada en las provincias de Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán.

De esta manera, los 60 congresistas en juego quedaron para Rodríguez Saá y la incertidumbre sobre la continuidad de las elecciones internas invadió al Peronismo Federal.

"Esto fue un encuentro privado del sector de Rodríguez Saá sin ninguna validez, que bien lo podrían haber hecho en el patio de su casa", comentó el jefe de campaña de Duhalde, Carlos Brown, quien aseguró además que la candidatura del expresidente se mantiene "vivita y coleando".

El jefe de Gabinete argentino, Aníbal Fernández, no tardó en burlarse de las internas del peronismo disidente, las cuales, según afirmó, fueron una "pantomima".

Allegados al Gobierno dan casi por hecho que Fernández se presentará a la reelección. La mandataria reúne más de 20 puntos porcentuales de ventaja en intención de voto a pesar de que mantiene silencio sobre su postulación.

El oficialismo cuestionó además la convocatoria que la semana pasada realizó en una rueda de prensa el alcalde de Buenos Aires, el conservador Mauricio Macri, para que la oposición se siente "a dialogar" y diseñe "políticas de Estado" con el objetivo de conformar un frente común de cara a las elecciones de octubre.

Pero los resultados de ese llamado público dejaron bastante que desear en el terreno opositor: al rechazo de Ricardo Alfonsín, candidato presidencial de la socialdemócrata Unión Cívica Radical (UCR), segunda fuerza parlamentaria, se sumaron los de Duhalde, Rodríguez Saá y del resto de las fuerzas políticas opositoras.

"Sería deseable que se acordaran políticas a largo plazo, pero con medidas concretas y no con meros enunciados" de Macri, sostuvo el jefe del grupo de diputados de la UCR, Ricardo Gil Lavedra.

Para el analista Jorge Arias, "más allá de su voluntad, los protagonistas de la oposición benefician al oficialismo" con estos hechos porque, "en vez de generar propuestas reales para mejorar la institucionalización, están centrados en juegos personales en los que cada uno cree que tiene la capacidad de ser la alternativa".

"Pero con una convocatoria a través de una conferencia de prensa o una seudo-interna no van a convertirse en una alternativa. Esto muestra la destrucción del sistema político porque quien maneja la caja, la chequera y los planes tiene la capacidad de generar una opción clara", añadió a Efe Arias, director de Polilat.

El analista Ricardo Rouvier coincidió en que "la ciudadanía no encuentra en la oposición ni un líder" con quien tener una referencia y destacó que los que "no quieren" a Fernández "en realidad manifiestan oposición al oficialismo, pero no una adhesión hacia alguna alternativa electoral o política en general".

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