Palermo lo dio vuelta y borró los sueños de Nápoli
Roma, Espn
En un partido de la fecha 34 del Calcio, disputado en el estadio La Favorita de Palermo, el equipo local venció por 2 a 1 a Nápoli. El triunfo fue en remontada: Edinson Cavani puso arriba de penal a la visita, pero los goles de Federico Balzaretti y de Césare Bovo, también de penal, fijaron el marcador final.
Fue un resultado importante en la tabla de posiciones, porque Nápoli, en lugar de acercarse a Milan, perdió la segunda posición y ahora está tercero, con 65 puntos. Palermo, por su parte, ahora tiene 50 unidades y ocupa octava plaza.
El triunfo de Palermo fue correcto y pudo haber sido más amplio sin la terrible tarea del referí del encuentro, el señor Antonio Damato, seguramente el peor en la cancha. En efecto, hubo por lo menos dos penales más en favor del local y Pazienza debió irse expulsado ya en la primera etapa, mientras que en esa ocasión al final fue echado el entrenador local Delio Rossi por protestas.
No hubo error del referí, en cambio, en el penal que abrió el marcador: luego de apenas dos minutos, en ocasión de un centro desde la izquierda de Dossena, por el segundo palo Cassani, asustado por la llegada de Cavani a sus espaldas, trató de cabecear al tiro de esquina pero terminó tocando la pelota con el brazo extendido. Un penal torpe pero inobjetable que Cavani transformó en gol, su tanto número 26 en la temporada.
El partido entonces se puso en bajada para Nápoli, porque Palermo estaba con un único delantero, Hernández, por las lesiones de Miccoli y Pinilla. Sin embargo, con Balzaretti, a la postre la figura de la cancha, y Nocerino, Palermo encontraba facilidades por el costado derecho de la defensa visitante, donde Maggio sofría y Campagnaro no lograba respaldar al compañero.
No fue un caso, entonces, que el gol del empate llegara desde ese lado: Nápoli había controlado casi sin despeinarse los tímidos ataques locales, pero sui primer error fue castigado duramente. En efecto, Cassani le ganó las espaldas a Dossena y metió el centro pasado que Balzaretti, por el otro costado, empalmó con un violento zurdazo cruzado que se fue a inflar la red.
Antes, Palermo había reclamado con razón un penal, cuando el violento remate de Ilicic con destino de gol fue parado con los brazos abiertos por Cribari. Sobre el final de la etapa, una percusión de Migliaccio fue cortada con falta en el área, Nocerino anotó pero el referí ya había pitado el penal que Bovo transformó en el tanto de la ventaja.
En el segundo tiempo, ingresó Zúñiga por Maggio, pero el cambio no logró resolver el problema de ese lateral derecho que era estructural y no dependía del jugador que fiscalizaba esa franja. En efecto, el colombiano mejoró algo respecto al compañero en la ofensiva, pero detrás la defensa siguió "bailando" por ese costado y Palermo pudo haber aumentado en varias oportunidades.
Nápoli no supo aprovechar la falta de puntería del rival, que le salvó la vida en numerosas ocasiones, porque el equipo ya no muestra ese poderío físico y atlético que fue su característica más importante a lo largo de todo el torneo. Así, con el pasar de los minutos se vio que la "zona Mazzarri" es apenas un recuerdo y que el Burro cargaba con nervios pero sin ideas ni lucidez.
Mazzarri acertó con el ingreso de Lucarelli, porque los ataques terminaban casi siempre con centros a la olla, pero ni así Nápoli logró asustar a Sirigu, porque los dos centrales, Bovo y Muñóz, tuvieron una tarea casi perfecta y no les concedieron nunca ni las migas a los delanteros rivales, especialmente de arriba, y entonces en realidad el arquero local nunca fue llamado a alguna atajada importante.
En la vereda de enfrente, Palermo seguía errando chances y Hernández se había ganado otro penal, pero ni siquiera esa violenta falta de Ruiz mereció el castigo del referí. Al final, el triunfo local resultó justo, pero no le quita absolutamente nada a la extraordinaria campaña de un Nápoli que hizo milagros con un plantel muy reducido y que, una vez más, sintió mucho la ausencia de Lavezzi.