Obama acusa al presidente sirio de buscar ayuda de Irán para reprimir las protestas

Washington, Agencias
La Casa Blanca instó hoy de nuevo al Gobierno sirio a cesar la violencia contra los manifestantes, y se declaró "muy preocupado" por la situación en ese país, que hoy vivió la jornada más sangrienta desde el comienzo de las protestas.

"Deploramos el uso de la violencia y estamos muy preocupados por las informaciones que nos llegan desde Siria", dijo hoy a bordo del avión presidencial el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

"Estamos observando de cerca la situación en Siria e instamos al Gobierno a cesar y desistir del uso de la violencia contra manifestantes pacíficos", afirmó, durante el regreso de un viaje presidencial de varios días en la costa oeste.

"Hacemos un llamamiento a todos los actores para que cesen y se abstengan del uso de la violencia y también urgimos al Gobierno sirio a cumplir sus promesas y a tomar medidas" para acometer el tipo de reformas concretas que ha prometido llevar a cabo, agregó.

Carney no quiso hablar de eventuales medidas contra Siria a la luz de que la situación en ese país está empeorando, ni tampoco quiso comparar la crisis con la de Libia.

"Cada país es diferente y cada situación es diferente. Las circunstancias que se dieron en Libia fueron únicamente aplicables a Libia", explicó.

Amnistía Internacional (AI) denunció que al menos 75 personas murieron hoy en Siria en la jornada de protestas políticas más sangrienta que vive el país desde que comenzaron las manifestaciones contra el régimen de Bachar al Asad, según activistas locales.

De acuerdo con la organización defensora de derechos humanos, fuerzas de seguridad sirias dispararon contra los manifestantes convocados para el Gran Viernes, un calificativo con connotaciones religiosas y políticas, porque así se llama al Viernes Santo en comunidades cristianas de Oriente Medio y porque la oposición quería que la de hoy fuera la protesta más numerosa.

AI señaló que 30 personas murieron en la ciudad sureña de Izraa, 22 en Damasco, 18 en el área de Homs y el resto en otras ciudades y otros pueblos, de acuerdo con datos facilitados por activistas.

Dos niños, de 7 y de 10 años, se encontraban entre los fallecidos en Izraa, al igual que un hombre de 70 años, según la misma fuente.

"Las autoridades sirias han respondido una vez más con balas y porras contra los reclamos pacíficos de cambio. Tienen que cesar inmediatamente sus ataques contra los manifestantes pacíficos y en su lugar permitir a los sirios reunirse libremente tal y como establece la ley internacional", afirmó Malcolm Smart, el director de AI para Oriente Medio y el norte de África.

"Tienen que iniciar inmediatamente una investigación independiente sobre lo ocurrido y garantizar que aquellos miembros de las fuerzas de seguridad llevaron a cabo estos asesinatos sean llevados ante la Justicia", agregó.

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