Miles de devotos recrean en Jerusalén la víspera de la crucifixión de Cristo
Jerusalén, Agencias
Miles de peregrinos cristianos venidos de todo el mundo siguieron hoy con devoción la víspera de la crucifixión de Cristo en Jerusalén con la recreación de la Última Cena y la oración en el Huerto de Getsemaní.
Las distintas órdenes recrearon a primera hora de la mañana la ceremonia del Lavatorio de los Pies de doce miembros de la comunidad cristiana en una ceremonia religiosa en la Iglesia del Santo Sepulcro, que alberga la piedra de la unción y la tumba vacía de Jesús.
El oficio, cantado en estilo gregoriano por los padres franciscanos, se prolongó con una procesión alrededor de la capilla del Santo Sepulcro, en cuyo interior quedó guardado el sagrado sacramento hasta mañana por la noche.
A media tarde, en una de las ceremonias más concurridas, la orden franciscana de Jerusalén partió en procesión desde la Iglesia de San Salvador al Cenáculo, lugar en el que se cree que Jesús celebró la última cena con sus doce apóstoles.
En el Cenáculo, situado en el Monte Sión, fuera de las murallas de la ciudad vieja de Jerusalén, se celebrará una misa y se recreará de nuevo el lavatorio de los pies en memoria del momento en que Jesús, según la Iglesia, instauró la Eucaristía y el sacerdocio.
Las puertas del Cenáculo se abren a los fieles excepcionalmente en Jueves Santo y en Pentecostés.
Los franciscanos, custodios de los lugares santos desde hace ocho siglos, leyeron en el lugar pasajes del Evangelio en distintas lenguas.
El Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Fuad Twal, máxima autoridad católica de Tierra Santa, se encargó del lavado de pies a doce notables de la comunidad.
También está prevista una vigilia nocturna en el Huerto de Getsemaní, donde se celebra la denominada "oración del huerto" u "hora santa", también presidida por monseñor Twal.
Getsemaní es el lugar adonde se retiró Jesús a orar y meditar antes de que fuera entregado por su discípulo Judas y aprehendido.
En 2011 el calendario ortodoxo cristiano coincide con el que siguen católicos y protestantes, por lo que, a diferencia de lo habitual, todas las iglesias cristianas celebran la Pascua, una fiesta móvil, en Jerusalén en las mismas fechas.
Semana Santa coincide también este año con la Pascua judía.
El Jueves Santo recrea la cena de Pascua que ofició Jesús como judío -conocida como Séder en hebreo- y en la que se relata que lavó los pies a los doce apóstoles y cogió el pan (ázimo) y el cáliz, e instituyó la Eucaristía y el sacerdocio.
Tras la cena en la que se cantaban los Salmos y recordaban las maravillas del Señor, los apóstoles y Jesús se fueron a orar al huerto de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, y donde se produce la Pasión de Cristo antes de su entrega por Judas.
Las ceremonias de hoy son la antesala a la principal de las procesiones de la Semana Santa en Jerusalén, el Vía Crucis, que recorrerá mañana las catorce estaciones de la Vía Dolorosa para recordar el camino que hizo Jesús desde su prisión hasta que fue crucificado en el Calvario.
El sábado, la Iglesia Ortodoxa, la más numerosa de Tierra Santa, celebrará en el Santo Sepulcro el rito del fuego sagrado, en conmemoración del milagro de la Resurrección.
Los creyentes consideran que el fuego se enciende en el interior de la Basílica gracias a un milagro que se repite cada año.
Los fieles que abarrotan el lugar se pasan luego el fuego de unos a otros en una ceremonia no exenta de riesgos.
Las celebraciones pascuales concluirán el lunes en la aldea palestina de Al Qubeiba, a unos once kilómetros de Jerusalén, donde los frailes franciscanos conmemorarán la aparición de Cristo ante dos de sus discípulos en Emaús.
Miles de peregrinos cristianos venidos de todo el mundo siguieron hoy con devoción la víspera de la crucifixión de Cristo en Jerusalén con la recreación de la Última Cena y la oración en el Huerto de Getsemaní.
Las distintas órdenes recrearon a primera hora de la mañana la ceremonia del Lavatorio de los Pies de doce miembros de la comunidad cristiana en una ceremonia religiosa en la Iglesia del Santo Sepulcro, que alberga la piedra de la unción y la tumba vacía de Jesús.
El oficio, cantado en estilo gregoriano por los padres franciscanos, se prolongó con una procesión alrededor de la capilla del Santo Sepulcro, en cuyo interior quedó guardado el sagrado sacramento hasta mañana por la noche.
A media tarde, en una de las ceremonias más concurridas, la orden franciscana de Jerusalén partió en procesión desde la Iglesia de San Salvador al Cenáculo, lugar en el que se cree que Jesús celebró la última cena con sus doce apóstoles.
En el Cenáculo, situado en el Monte Sión, fuera de las murallas de la ciudad vieja de Jerusalén, se celebrará una misa y se recreará de nuevo el lavatorio de los pies en memoria del momento en que Jesús, según la Iglesia, instauró la Eucaristía y el sacerdocio.
Las puertas del Cenáculo se abren a los fieles excepcionalmente en Jueves Santo y en Pentecostés.
Los franciscanos, custodios de los lugares santos desde hace ocho siglos, leyeron en el lugar pasajes del Evangelio en distintas lenguas.
El Patriarca Latino de Jerusalén, monseñor Fuad Twal, máxima autoridad católica de Tierra Santa, se encargó del lavado de pies a doce notables de la comunidad.
También está prevista una vigilia nocturna en el Huerto de Getsemaní, donde se celebra la denominada "oración del huerto" u "hora santa", también presidida por monseñor Twal.
Getsemaní es el lugar adonde se retiró Jesús a orar y meditar antes de que fuera entregado por su discípulo Judas y aprehendido.
En 2011 el calendario ortodoxo cristiano coincide con el que siguen católicos y protestantes, por lo que, a diferencia de lo habitual, todas las iglesias cristianas celebran la Pascua, una fiesta móvil, en Jerusalén en las mismas fechas.
Semana Santa coincide también este año con la Pascua judía.
El Jueves Santo recrea la cena de Pascua que ofició Jesús como judío -conocida como Séder en hebreo- y en la que se relata que lavó los pies a los doce apóstoles y cogió el pan (ázimo) y el cáliz, e instituyó la Eucaristía y el sacerdocio.
Tras la cena en la que se cantaban los Salmos y recordaban las maravillas del Señor, los apóstoles y Jesús se fueron a orar al huerto de Getsemaní, al pie del Monte de los Olivos, y donde se produce la Pasión de Cristo antes de su entrega por Judas.
Las ceremonias de hoy son la antesala a la principal de las procesiones de la Semana Santa en Jerusalén, el Vía Crucis, que recorrerá mañana las catorce estaciones de la Vía Dolorosa para recordar el camino que hizo Jesús desde su prisión hasta que fue crucificado en el Calvario.
El sábado, la Iglesia Ortodoxa, la más numerosa de Tierra Santa, celebrará en el Santo Sepulcro el rito del fuego sagrado, en conmemoración del milagro de la Resurrección.
Los creyentes consideran que el fuego se enciende en el interior de la Basílica gracias a un milagro que se repite cada año.
Los fieles que abarrotan el lugar se pasan luego el fuego de unos a otros en una ceremonia no exenta de riesgos.
Las celebraciones pascuales concluirán el lunes en la aldea palestina de Al Qubeiba, a unos once kilómetros de Jerusalén, donde los frailes franciscanos conmemorarán la aparición de Cristo ante dos de sus discípulos en Emaús.