Los fallos de rastreo de México impiden descubrir quién arma a los narcos
México, Agencias
Los fallos en la forma como se hace el rastreo en México de las armas decomisadas al narcotráfico impide verificar si el 90% de éstas proviene de Estados Unidos, como aseguran autoridades de ambos países, señalan especialistas y cables diplomáticos divulgados por Wikileaks.
El origen estadounidense de las armas de los carteles ha sido fuente de constantes reclamaciones de México a su vecino, al que cuestiona la flexibilidad a la legislación sobre la venta de armas y la falta de controles fronterizos en el tráfico que va hacia el sur.
Esas armas están detrás de buena parte de los casi 35.000 homicidios ocurridos en México desde diciembre de 2006, cuando el gobierno inició una ofensiva contra los carteles apoyada por militares.
Pero algunos de los cables de la embajada estadounidense en México, divulgados por la página web Wikileaks y reproducidos en la última semana por el diario de izquierda La Jornada, cuestionan por su parte la forma como se establece el origen del armamento decomisado.
En uno de esos informes, Gustavo Delgado, ministro consejero de la embajada, describe la frustración de agentes estadounidenses cuando el ejército mexicano les dio acceso a las bodegas donde están las armas decomisadas. "La información está incompleta y carece de datos sobre el origen de las armas, lo que refleja los métodos irregulares y deficientes", indica el documento, que subraya también el desorden en las bodegas y la forma fraccionada como se registra la información de unas 65.000 armas decomisadas entre 2006 y 2009.
Según el agregado diplomático -de acuerdo con el cable divulgado por Wikileaks-, el dato de que el 90% de armas en manos del crimen organizado mexicano es de origen estadounidense "esta basado en revisiones incompletas. De hecho, sin un acceso más completo no tenemos forma de verificar esa cifra", añade el cable.
Un informe divulgado en febrero de la consultora estadounidense Stratfor, especializada en temas de inteligencia contra el crimen, cuestiona también esa conclusión. Según Stratfor, las "barreras burocráticas y la negligencia" impidieron que en 2008 unas 22.800 armas fueran rastreadas por la ATF (Oficina de control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos).
Diariamente ingresan en México de manera ilegal unas 2.000 armas, indica Georgina Sánchez, experta mexicana en el tema de tráfico de armamento. Autora de un estudio sobre el uso de armas pequeñas y livianas en Norteamérica, Sánchez señaló a la AFP que los sistemas de rastreo son deficientes e insuficientes, pero que el principal obstáculo es de tipo político. "Hay una reticencia por parte de varias autoridades mexicanas, en parte de Sedena (secretaría de la Defensa Nacional) para cooperar efectivamente, tanto con sus contraparte de Estados Unidos, bajo el argumento de soberanía" por tratarse de información de seguridad nacional, señala la especialista.
Los documentos de Wikileaks, Stratford y Sánchez coinciden en señalar que los narcotraficantes también logran hacerse de armas muy sofisticadas que ingresan por la frontera sur de México, de origen suramericano, centroamericano, ruso y de países de Europa del Este.
En la frontera sur de México hay más de mil puntos ciegos por los que en el pasado han entrado lanzamisiles y misiles que han ido a parar a los arsenales de los cárteles, indica Sánchez.
Otra característica nueva del mercado negro de armamento, cuyas ganancias para los traficantes sobrepasan el 300% del precio real, es que muchas armas de última generación llegan a manos criminales como resultado de la corrupción de policías y militares mexicanos, sostiene la consultora.
La experta admite que el gobierno mexicano ha hecho un esfuerzo sin precedentes en el combate contra el tráfico de armas, pero la confiscación "sigue siendo una gota en un mar de sangre".
Los fallos en la forma como se hace el rastreo en México de las armas decomisadas al narcotráfico impide verificar si el 90% de éstas proviene de Estados Unidos, como aseguran autoridades de ambos países, señalan especialistas y cables diplomáticos divulgados por Wikileaks.
El origen estadounidense de las armas de los carteles ha sido fuente de constantes reclamaciones de México a su vecino, al que cuestiona la flexibilidad a la legislación sobre la venta de armas y la falta de controles fronterizos en el tráfico que va hacia el sur.
Esas armas están detrás de buena parte de los casi 35.000 homicidios ocurridos en México desde diciembre de 2006, cuando el gobierno inició una ofensiva contra los carteles apoyada por militares.
Pero algunos de los cables de la embajada estadounidense en México, divulgados por la página web Wikileaks y reproducidos en la última semana por el diario de izquierda La Jornada, cuestionan por su parte la forma como se establece el origen del armamento decomisado.
En uno de esos informes, Gustavo Delgado, ministro consejero de la embajada, describe la frustración de agentes estadounidenses cuando el ejército mexicano les dio acceso a las bodegas donde están las armas decomisadas. "La información está incompleta y carece de datos sobre el origen de las armas, lo que refleja los métodos irregulares y deficientes", indica el documento, que subraya también el desorden en las bodegas y la forma fraccionada como se registra la información de unas 65.000 armas decomisadas entre 2006 y 2009.
Según el agregado diplomático -de acuerdo con el cable divulgado por Wikileaks-, el dato de que el 90% de armas en manos del crimen organizado mexicano es de origen estadounidense "esta basado en revisiones incompletas. De hecho, sin un acceso más completo no tenemos forma de verificar esa cifra", añade el cable.
Un informe divulgado en febrero de la consultora estadounidense Stratfor, especializada en temas de inteligencia contra el crimen, cuestiona también esa conclusión. Según Stratfor, las "barreras burocráticas y la negligencia" impidieron que en 2008 unas 22.800 armas fueran rastreadas por la ATF (Oficina de control de Alcohol, Tabaco, Armas y Explosivos de Estados Unidos).
Diariamente ingresan en México de manera ilegal unas 2.000 armas, indica Georgina Sánchez, experta mexicana en el tema de tráfico de armamento. Autora de un estudio sobre el uso de armas pequeñas y livianas en Norteamérica, Sánchez señaló a la AFP que los sistemas de rastreo son deficientes e insuficientes, pero que el principal obstáculo es de tipo político. "Hay una reticencia por parte de varias autoridades mexicanas, en parte de Sedena (secretaría de la Defensa Nacional) para cooperar efectivamente, tanto con sus contraparte de Estados Unidos, bajo el argumento de soberanía" por tratarse de información de seguridad nacional, señala la especialista.
Los documentos de Wikileaks, Stratford y Sánchez coinciden en señalar que los narcotraficantes también logran hacerse de armas muy sofisticadas que ingresan por la frontera sur de México, de origen suramericano, centroamericano, ruso y de países de Europa del Este.
En la frontera sur de México hay más de mil puntos ciegos por los que en el pasado han entrado lanzamisiles y misiles que han ido a parar a los arsenales de los cárteles, indica Sánchez.
Otra característica nueva del mercado negro de armamento, cuyas ganancias para los traficantes sobrepasan el 300% del precio real, es que muchas armas de última generación llegan a manos criminales como resultado de la corrupción de policías y militares mexicanos, sostiene la consultora.
La experta admite que el gobierno mexicano ha hecho un esfuerzo sin precedentes en el combate contra el tráfico de armas, pero la confiscación "sigue siendo una gota en un mar de sangre".