Libia: insurgentes mueren en ataque aéreo, aumenta presión sobre Gadafi
Bengasi, Agencias
Al menos dos rebeldes murieron el jueves en un ataque aéreo en Brega, donde continúan los combates entre los insurgentes y las fuerzas del líder libio Muamar Gadafi, cuya partida exigieron de nuevo Francia y Estados Unidos.
Según fuentes médicas y testigos interrogados por la AFP, unos aviones de la OTAN abrieron fuego el jueves de mañana en dos oportunidades contra unos tanques, al este de la ciudad petrolera de Brega (este de Libia).
"Hubo dos muertos y por lo menos diez heridos, dos de ellos de gravedad", dijo a la AFP el doctor Sherif Hasi, en el hospital de Ajdabiya.
La OTAN aseguró de inmediato que estaba investigando el caso.
En el mismo lugar, las esquirlas de un obús caídas sobre una ambulancia mataron a un enfermero e hirieron a otros dos, según un médico presente en el momento del ataque.
"La forma en que la ambulancia resultó dañada no está clara, porque en el mismo instante las fuerzas de Gadafi disparaban cohetes Grad contra los rebeldes", explicó.
Los insurgentes, furiosos con la OTAN, a la que acusan de no ayudarlos lo suficiente, manifestaron su indignación.
"En lugar de atacar a Gadafi nos atacan a nosotros. ¿Qué sucede con nuestros amigos, Estados Unidos y Gran Bretaña?", preguntó Suleimán Rifadi, un voluntario del hospital de Ajdabiya, a 80 km al este de Brega.
El 1 de abril, en esta misma región situada al este de Brega, un ataque aéreo de la OTAN mató por error a nueve rebeldes libios y a cuatro civiles que circulaban en convoy, según los insurgentes. Según estos, el piloto debió de pensar que estaba siendo atacado cuando uno de los rebeldes disparó al aire con balas trazadoras en señal de alegría.
En esta zona del este de Libia se sitúa desde hace una semana la línea de frente entre las fuerzas lealistas y los rebeldes, que avanzan y retroceden al ritmo de los ataques aéreos de la Alianza Atlántica.
El jueves por la tarde hubo una ola de pánico en la ciudad de Ajdabiya, donde miles de civiles y rebeldes partieron camino de Bengasi, feudo rebelde, situado más al norte. El movimiento se debió al rumor de un ataque inminente de las fuerzas del coronel Muamar Gadafi.
En el oeste del país, varios aviones sobrevolaron Trípoli este jueves y se escucharon explosiones en los suburbios del este, según periodistas de la AFP. De momento no había ningún balance de víctimas.
El portavoz del Estado Mayor francés, el coronel Thierry Burckhard, constató que la situación es "compleja", pues las fuerzas pro-Gadafi "modificaron su accionar" en respuesta a los ataques de la coalición.
Emplean "medios menos evidentes en primera línea" como camionetas en lugar de blindados o recurren a métodos de "camuflaje" y de "imbricación" con la población, precisó.
Para resolver la crisis, que lleva ya más de siete semanas, París planteó la partida de Gadafi como condición previa a toda solución política, al igual que hizo Washington el miércoles.
"La cuestión que se plantea actualmente es saber en qué condiciones se va a ir Gadafi, y no como podrá mantenerse en el poder", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé.
Por su lado, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió este jueves a las tropas fieles a Gadafi que se retiren de las ciudades rebeldes que asedian.
"Debe ponerse en marcha inmediatamente un alto el fuego, y las unidades militares de Gadafi deben levantar el cerco de ciertas ciudades, y retirarse", dijo Erdogan en una alocución televisada, al presentar lo que llamó la "hoja de ruta" de su gobierno para una salida de crisis en Libia.
Erdogan también ha pedido "espacios humanitarios seguros" para aportar ayuda al pueblo libio.
Del lado humanitario, la ciudad de Misrata, bombardeada desde hace un mes y medio por el ejército regular, es actualmente la principal preocupación de la comunidad internacional.
La OTAN convirtió a Misrata en su "prioridad número uno" y la ONU pidió el cese de las hostilidades alrededor de esta ciudad.
"La situación en la zona es crítica para numerosas personas que necesitan inmediatamente alimentos, agua potable y ayuda médica urgente", declaró la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos.
Este jueves, los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas leales a Gadafi se concentraban en los límites de la ciudad, según un portavoz de los insurgentes en Misrata. Este fuente agregó que "la situación es tranquila en el centro de la ciudad, que nosotros continuamos controlando". Según esta fuente, un barco francés llegó el miércoles al puerto de la ciudad llevando a bordo ayuda médica.
Tanto los insurgentes como los responsables humanitarios señalan desde hace varias semanas a la comunidad internacional la difícil situación de unos 300.000 habitantes de esta ciudad, donde cientos de personas murieron o fueron heridas en los combates, según ellos.
Para ayudar a la población, Misrata podrá ser aprovisionada por el mar por los insurgentes desde Bengasi, a 480 km al este, afirmó el miércoles el ministro francés de Defensa, Gérard Longuet.
Al menos dos rebeldes murieron el jueves en un ataque aéreo en Brega, donde continúan los combates entre los insurgentes y las fuerzas del líder libio Muamar Gadafi, cuya partida exigieron de nuevo Francia y Estados Unidos.
Según fuentes médicas y testigos interrogados por la AFP, unos aviones de la OTAN abrieron fuego el jueves de mañana en dos oportunidades contra unos tanques, al este de la ciudad petrolera de Brega (este de Libia).
"Hubo dos muertos y por lo menos diez heridos, dos de ellos de gravedad", dijo a la AFP el doctor Sherif Hasi, en el hospital de Ajdabiya.
La OTAN aseguró de inmediato que estaba investigando el caso.
En el mismo lugar, las esquirlas de un obús caídas sobre una ambulancia mataron a un enfermero e hirieron a otros dos, según un médico presente en el momento del ataque.
"La forma en que la ambulancia resultó dañada no está clara, porque en el mismo instante las fuerzas de Gadafi disparaban cohetes Grad contra los rebeldes", explicó.
Los insurgentes, furiosos con la OTAN, a la que acusan de no ayudarlos lo suficiente, manifestaron su indignación.
"En lugar de atacar a Gadafi nos atacan a nosotros. ¿Qué sucede con nuestros amigos, Estados Unidos y Gran Bretaña?", preguntó Suleimán Rifadi, un voluntario del hospital de Ajdabiya, a 80 km al este de Brega.
El 1 de abril, en esta misma región situada al este de Brega, un ataque aéreo de la OTAN mató por error a nueve rebeldes libios y a cuatro civiles que circulaban en convoy, según los insurgentes. Según estos, el piloto debió de pensar que estaba siendo atacado cuando uno de los rebeldes disparó al aire con balas trazadoras en señal de alegría.
En esta zona del este de Libia se sitúa desde hace una semana la línea de frente entre las fuerzas lealistas y los rebeldes, que avanzan y retroceden al ritmo de los ataques aéreos de la Alianza Atlántica.
El jueves por la tarde hubo una ola de pánico en la ciudad de Ajdabiya, donde miles de civiles y rebeldes partieron camino de Bengasi, feudo rebelde, situado más al norte. El movimiento se debió al rumor de un ataque inminente de las fuerzas del coronel Muamar Gadafi.
En el oeste del país, varios aviones sobrevolaron Trípoli este jueves y se escucharon explosiones en los suburbios del este, según periodistas de la AFP. De momento no había ningún balance de víctimas.
El portavoz del Estado Mayor francés, el coronel Thierry Burckhard, constató que la situación es "compleja", pues las fuerzas pro-Gadafi "modificaron su accionar" en respuesta a los ataques de la coalición.
Emplean "medios menos evidentes en primera línea" como camionetas en lugar de blindados o recurren a métodos de "camuflaje" y de "imbricación" con la población, precisó.
Para resolver la crisis, que lleva ya más de siete semanas, París planteó la partida de Gadafi como condición previa a toda solución política, al igual que hizo Washington el miércoles.
"La cuestión que se plantea actualmente es saber en qué condiciones se va a ir Gadafi, y no como podrá mantenerse en el poder", dijo el ministro de Relaciones Exteriores francés, Alain Juppé.
Por su lado, el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, pidió este jueves a las tropas fieles a Gadafi que se retiren de las ciudades rebeldes que asedian.
"Debe ponerse en marcha inmediatamente un alto el fuego, y las unidades militares de Gadafi deben levantar el cerco de ciertas ciudades, y retirarse", dijo Erdogan en una alocución televisada, al presentar lo que llamó la "hoja de ruta" de su gobierno para una salida de crisis en Libia.
Erdogan también ha pedido "espacios humanitarios seguros" para aportar ayuda al pueblo libio.
Del lado humanitario, la ciudad de Misrata, bombardeada desde hace un mes y medio por el ejército regular, es actualmente la principal preocupación de la comunidad internacional.
La OTAN convirtió a Misrata en su "prioridad número uno" y la ONU pidió el cese de las hostilidades alrededor de esta ciudad.
"La situación en la zona es crítica para numerosas personas que necesitan inmediatamente alimentos, agua potable y ayuda médica urgente", declaró la secretaria general adjunta de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos.
Este jueves, los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas leales a Gadafi se concentraban en los límites de la ciudad, según un portavoz de los insurgentes en Misrata. Este fuente agregó que "la situación es tranquila en el centro de la ciudad, que nosotros continuamos controlando". Según esta fuente, un barco francés llegó el miércoles al puerto de la ciudad llevando a bordo ayuda médica.
Tanto los insurgentes como los responsables humanitarios señalan desde hace varias semanas a la comunidad internacional la difícil situación de unos 300.000 habitantes de esta ciudad, donde cientos de personas murieron o fueron heridas en los combates, según ellos.
Para ayudar a la población, Misrata podrá ser aprovisionada por el mar por los insurgentes desde Bengasi, a 480 km al este, afirmó el miércoles el ministro francés de Defensa, Gérard Longuet.