Las fuerzas de Saleh matan a tiros a otros tres manifestantes en Yemen
EE UU y los países del Golfo presionan a Saná para forzar una transición pacífica
Saná, El País
Saná, El País
Ajeno a las presiones para que dimita, el presidente de Yemen, Ali Abdalá Saleh, volvió a invitar ayer a la oposición al diálogo. Sin embargo, sus fuerzas siguieron usando fuego real para dispersar a quienes se manifiestan contra su permanencia en el poder. El aumento del número de muertos, al menos tres más ayer, añade urgencia a una oferta de mediación apadrinada por Arabia Saudí cuya fecha aún no se ha concretado.
"Hay una fuerte presión internacional [y estadounidense] para que Saleh pacte una transición pacífica", confirman fuentes diplomáticas europeas en Saná. Esos medios también subrayan la existencia de "contactos casi permanentes" entre Gobierno y oposición. "Ambas partes están evitando enfrentarse con violencia, en especial en Saná", aseguraba un embajador en un correo electrónico.
Washington exige a Saná que negocie una transición política en Yemen "lo antes posible", según advirtió ayer un portavoz del Pentágono citado por la agencia Reuters. "La situación actual es muy difícil, y puede serlo aún más si perdura el conflicto", advirtió.
Sin embargo, el oscuro suceso que se produjo ayer en la plaza de la Universidad muestra lo fácilmente que puede cambiar la situación. Partidarios y contrarios de Saleh se enfrentaron con el resultado de tres muertos y 15 heridos. De acuerdo con la agencia estatal de noticias Saba, varios miembros de tribus acudieron al lugar símbolo de la contestación "para reunirse con el general Ali Mohsen y convencerle de que reconsiderara su apoyo a la oposición". Según un comunicado emitido más tarde por la oficina del militar rebelde, se trató de una trampa para asesinarle. "Cuando acudía al encuentro de la delegación tribal, varios francotiradores abrieron fuego", alegaba el texto.
No fue el único incidente violento del día. En Taiz, la capital cultural y el centro de la industria agroalimentaria del país, los partidarios del presidente dispararon anoche desde los tejados de los edificios contra la acampada que pide su dimisión en la plaza de la Libertad, relataron a la agencia Reuters varios testigos de los hechos. Por la mañana, el ataque contra una manifestación dejó una treintena de heridos de bala o por palizas, y tres centenares afectados por la inhalación de gas lacrimógeno, según fuentes médicas. Algunos relatos hablan de la intervención de "matones con palos, cuchillos y pistolas".
Con ese trasfondo, los llamamientos de Saleh al diálogo y a evitar la violencia, que ayer repitió en su localidad natal de Sanhan, difícilmente van encontrar interlocutor. Las cancillerías occidentales se agarran a la esperanza de que una oferta de mediación del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) tenga más éxito. Ese foro, que agrupa a Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Omán y Bahréin, se muestra muy preocupado por la inestabilidad en Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, y el lunes invitó a Gobierno y oposición a reunirse en Riad.
Arabia Saudí, que siempre ha sido la principal fuente de financiación de Saleh, tiene por ello un especial ascendiente sobre él y es improbable que el yemení acepte retirarse de escena mientras no se lo pida su aliado. Sin embargo, y aunque su ministro de Exteriores dijo que habían aceptado la invitación, la postura de los opositores resulta más complicada.
Por un lado, los ayudantes del general Ali Mohsen dijeron que también aprobaba la mediación, pero los grupos políticos se mostraron más ambiguos al respecto.
"Apreciamos la posición de respetar las decisiones de los yemeníes y también los esfuerzos para acelerar la salida del presidente Saleh", declaró Mohammed al Sabri, uno de sus portavoces, sin precisar si acudirían a Riad. "Participaremos, pero solo para debatir el traspaso de poder", señaló por su parte Mohammed Qahtan.
Los partidos tienen que tener en cuenta la opinión del llamado Bloque Cívico, el grupo de universitarios y activistas que está en el origen de las protestas y que hasta ahora se ha mostrado menos inclinado a las componendas. Su exigencia de que Saleh abandone el poder de inmediato ya obligó a los políticos a dar marcha atrás de un acuerdo para dialogar con el presidente alcanzado al principio de la crisis.
De momento, no hay fecha para la reunión de Riad. El temor es que la creciente frustración por el estancamiento de la crisis y el aumento de la violencia contra quienes protestan, radicalice a los manifestantes.
Condena de la UE a la represión
Desde el pasado 27 de enero, Yemen registra manifestaciones contra Salé, que han ganado intensidad a partir de mediados de febrero. Ante la escalada de violencia en Yemen, hoy la Unión Europea ha urgido al presidente Salé a poner fin a la violencia contra los manifestantes y a iniciar de forma inmediata el proceso de transición hacia un régimen democrático. La Alta Representante de Relaciones Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ha expresado en un comunicado su "profunda preocupación" por la represión violenta de las protestas ocurridas en las principales ciudades del país en los últimos días.
"Al contrario de anteriores compromisos realizados, no se está garantizando la libertad de expresión ni la seguridad de los manifestantes pacíficos", ha denunciado Ashton. La alta representante ha explicado que la semana pasada habló personalmente con el presidente yemení, a quien reclamó que cumpliera esos compromisos y ordenara a las fuerzas responsables "el cese inmediato de la violencia". Ashton, que ha pedido al gobierno yemení y las fuerzas de seguridad el respeto y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, se ha mostrado también preocupada por "el deterioro de la seguridad y de la situación económica". "Reitero mi llamamiento al inicio de una transición política ordenada para resolver la actual crisis y a preparar la vía para las reformas", ha explicado la alta representante.
"Hay una fuerte presión internacional [y estadounidense] para que Saleh pacte una transición pacífica", confirman fuentes diplomáticas europeas en Saná. Esos medios también subrayan la existencia de "contactos casi permanentes" entre Gobierno y oposición. "Ambas partes están evitando enfrentarse con violencia, en especial en Saná", aseguraba un embajador en un correo electrónico.
Washington exige a Saná que negocie una transición política en Yemen "lo antes posible", según advirtió ayer un portavoz del Pentágono citado por la agencia Reuters. "La situación actual es muy difícil, y puede serlo aún más si perdura el conflicto", advirtió.
Sin embargo, el oscuro suceso que se produjo ayer en la plaza de la Universidad muestra lo fácilmente que puede cambiar la situación. Partidarios y contrarios de Saleh se enfrentaron con el resultado de tres muertos y 15 heridos. De acuerdo con la agencia estatal de noticias Saba, varios miembros de tribus acudieron al lugar símbolo de la contestación "para reunirse con el general Ali Mohsen y convencerle de que reconsiderara su apoyo a la oposición". Según un comunicado emitido más tarde por la oficina del militar rebelde, se trató de una trampa para asesinarle. "Cuando acudía al encuentro de la delegación tribal, varios francotiradores abrieron fuego", alegaba el texto.
No fue el único incidente violento del día. En Taiz, la capital cultural y el centro de la industria agroalimentaria del país, los partidarios del presidente dispararon anoche desde los tejados de los edificios contra la acampada que pide su dimisión en la plaza de la Libertad, relataron a la agencia Reuters varios testigos de los hechos. Por la mañana, el ataque contra una manifestación dejó una treintena de heridos de bala o por palizas, y tres centenares afectados por la inhalación de gas lacrimógeno, según fuentes médicas. Algunos relatos hablan de la intervención de "matones con palos, cuchillos y pistolas".
Con ese trasfondo, los llamamientos de Saleh al diálogo y a evitar la violencia, que ayer repitió en su localidad natal de Sanhan, difícilmente van encontrar interlocutor. Las cancillerías occidentales se agarran a la esperanza de que una oferta de mediación del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) tenga más éxito. Ese foro, que agrupa a Arabia Saudí, Kuwait, Emiratos Árabes Unidos, Catar, Omán y Bahréin, se muestra muy preocupado por la inestabilidad en Yemen, el país más pobre de la península Arábiga, y el lunes invitó a Gobierno y oposición a reunirse en Riad.
Arabia Saudí, que siempre ha sido la principal fuente de financiación de Saleh, tiene por ello un especial ascendiente sobre él y es improbable que el yemení acepte retirarse de escena mientras no se lo pida su aliado. Sin embargo, y aunque su ministro de Exteriores dijo que habían aceptado la invitación, la postura de los opositores resulta más complicada.
Por un lado, los ayudantes del general Ali Mohsen dijeron que también aprobaba la mediación, pero los grupos políticos se mostraron más ambiguos al respecto.
"Apreciamos la posición de respetar las decisiones de los yemeníes y también los esfuerzos para acelerar la salida del presidente Saleh", declaró Mohammed al Sabri, uno de sus portavoces, sin precisar si acudirían a Riad. "Participaremos, pero solo para debatir el traspaso de poder", señaló por su parte Mohammed Qahtan.
Los partidos tienen que tener en cuenta la opinión del llamado Bloque Cívico, el grupo de universitarios y activistas que está en el origen de las protestas y que hasta ahora se ha mostrado menos inclinado a las componendas. Su exigencia de que Saleh abandone el poder de inmediato ya obligó a los políticos a dar marcha atrás de un acuerdo para dialogar con el presidente alcanzado al principio de la crisis.
De momento, no hay fecha para la reunión de Riad. El temor es que la creciente frustración por el estancamiento de la crisis y el aumento de la violencia contra quienes protestan, radicalice a los manifestantes.
Condena de la UE a la represión
Desde el pasado 27 de enero, Yemen registra manifestaciones contra Salé, que han ganado intensidad a partir de mediados de febrero. Ante la escalada de violencia en Yemen, hoy la Unión Europea ha urgido al presidente Salé a poner fin a la violencia contra los manifestantes y a iniciar de forma inmediata el proceso de transición hacia un régimen democrático. La Alta Representante de Relaciones Exteriores de la UE, Catherine Ashton, ha expresado en un comunicado su "profunda preocupación" por la represión violenta de las protestas ocurridas en las principales ciudades del país en los últimos días.
"Al contrario de anteriores compromisos realizados, no se está garantizando la libertad de expresión ni la seguridad de los manifestantes pacíficos", ha denunciado Ashton. La alta representante ha explicado que la semana pasada habló personalmente con el presidente yemení, a quien reclamó que cumpliera esos compromisos y ordenara a las fuerzas responsables "el cese inmediato de la violencia". Ashton, que ha pedido al gobierno yemení y las fuerzas de seguridad el respeto y protección de los derechos humanos y las libertades fundamentales, se ha mostrado también preocupada por "el deterioro de la seguridad y de la situación económica". "Reitero mi llamamiento al inicio de una transición política ordenada para resolver la actual crisis y a preparar la vía para las reformas", ha explicado la alta representante.