Gbagbo se niega a reconocer a Ouattara como presidente de Costa de Marfil
París, Agencias
El presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, afirmó en contra de lo que le pide la comunidad internacional, que no reconocerá al mandatario electo, Alassane Ouattara, como jefe del Estado, mientras continúan las negociaciones para buscar una salida a la crisis marfileña.
"Yo gané las elecciones, no estoy negociando mi salida (...) Ouattara no ganó las elecciones", aseguró Gbagbo en una entrevista telefónica con la cadena francesa LCI grabada hacia las 17.30 GMT.
Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, aseguró en declaraciones a la prensa francesa que las negociaciones para que Gbagbo reconozca a Ouattara, en las que median las Naciones Unidas y el Ejecutivo francés, continúan.
En ellas se están tratando "las condiciones de la salida de Gbagbo" del país y su reconocimiento por escrito de la autoridad de Ouattara.
Sin embargo, Gbagbo negó que haya "negociaciones en el terreno político", aunque confirmó que el Ejército explora un alto el fuego con "las otras fuerzas presentes en el país".
Tras indicar que las únicas negociaciones posibles tratan sobre la identidad del ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre, Gbagbo afirmó que lo que le opone a Ouattara no es más que "un litigio electoral" y se mostró dispuesto a dialogar con su oponente de ese asunto.
"No entiendo cómo un litigio electoral ha podido entrañar una intervención directa del Ejército francés", aseguró Gbagbo, quien acusó a las tropas galas de haber destruido sus depósitos de municiones y haber bombardeado el palacio presidencial.
El hombre que ha dirigido Costa de Marfil desde el año 2000 confesó estar fatigado, pero dijo que no está dispuesto a "dejarlo todo": "No soy un kamikaze, amo la vida. Mi voz no es la de un mártir, no busco la muerte, pero si llega, llegará", agregó.
Las declaraciones del presidente saliente se producen cuando la mayor parte de sus tropas han mostrado su predisposición a rendirse tras el ataque de las fuerzas de la ONU y de la operación francesa Licorne.
Así lo precisó un comunicado de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), que señaló que tres altos cargos del entorno de Gbagbo telefonearon a la misión para indicar que "las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS, leales a Gbagbo) han recibido la orden de rendirse ante los Cascos Azules y buscar protección".
Por su parte, el jefe del Gobierno francés, François Fillon, aseguró que, junto con el presidente galo, Nicolas Sarkozy, y el titular de Exteriores, se entrevistó hoy con Ouattara, a quien expresaron su voluntad "contribuir a la construcción de un Gobierno de unidad para asegurar la reconciliación de todos los marfileños".
El ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, aseguró que la situación crítica que vive la ex colonia francesas se resolverá "en las próximas horas".
En cuanto a la ofensiva contra las fuerzas de Gbagbo llevada a cabo por la ONUCI y la operación Licrone, Longuet explicó que se llevó a cabo "bajo el mandato de la ONUCI".
Según el titular de Defensa, con esta ofensiva se trataba de "acabar con la situación inaceptable de uso de armamento pesado contra la población civil, en particular disparos de morteros en barrios civiles sin objetivos militares".
Este ataque sirvió al menos para diezmar el armamento de las fuerzas leales al presidente saliente, según confesó su ministro de Exteriores, Alcide Djédjé, en declaraciones a la cadena de televisión France 24.
En este sentido, la ONUCI anunció hoy en un comunicado que sus ataques aéreos se realizaron "conforme a su mandato", al tratarse de "acciones que previnieran el uso de armas pesadas contra la población civil" en Abiyán.
En un comunicado leído en la Televisión de Costa de Marfil (TCI) por el portavoz de Guillaume Soro, primer ministro del Gobierno de Ouattara, éste aseguró que, si las FDS se integran en las FRCI, no habrá caza de brujas.
Además, según Soro, las fuerzas fieles a Ouattara se están organizando para garantizar la seguridad en la ciudad, que sufre saqueos diarios.
Los enfrentamientos entre las fuerzas leales a Gbagbo y las favorables a Ouattara comenzaron a mediados de diciembre y se han cobrado ya centenares de vidas en el país africano, además de causar un éxodo masivo de marfileños a los países vecinos.
Gbagbo se niega a reconocer la Ouattara como presidente de Costa de Marfil, a pesar de que la comunidad internacional reconoció a éste último como vencedor de la segunda ronda de los comicios del pasado 28 de noviembre.
El presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, afirmó en contra de lo que le pide la comunidad internacional, que no reconocerá al mandatario electo, Alassane Ouattara, como jefe del Estado, mientras continúan las negociaciones para buscar una salida a la crisis marfileña.
"Yo gané las elecciones, no estoy negociando mi salida (...) Ouattara no ganó las elecciones", aseguró Gbagbo en una entrevista telefónica con la cadena francesa LCI grabada hacia las 17.30 GMT.
Por su parte, el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, aseguró en declaraciones a la prensa francesa que las negociaciones para que Gbagbo reconozca a Ouattara, en las que median las Naciones Unidas y el Ejecutivo francés, continúan.
En ellas se están tratando "las condiciones de la salida de Gbagbo" del país y su reconocimiento por escrito de la autoridad de Ouattara.
Sin embargo, Gbagbo negó que haya "negociaciones en el terreno político", aunque confirmó que el Ejército explora un alto el fuego con "las otras fuerzas presentes en el país".
Tras indicar que las únicas negociaciones posibles tratan sobre la identidad del ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre, Gbagbo afirmó que lo que le opone a Ouattara no es más que "un litigio electoral" y se mostró dispuesto a dialogar con su oponente de ese asunto.
"No entiendo cómo un litigio electoral ha podido entrañar una intervención directa del Ejército francés", aseguró Gbagbo, quien acusó a las tropas galas de haber destruido sus depósitos de municiones y haber bombardeado el palacio presidencial.
El hombre que ha dirigido Costa de Marfil desde el año 2000 confesó estar fatigado, pero dijo que no está dispuesto a "dejarlo todo": "No soy un kamikaze, amo la vida. Mi voz no es la de un mártir, no busco la muerte, pero si llega, llegará", agregó.
Las declaraciones del presidente saliente se producen cuando la mayor parte de sus tropas han mostrado su predisposición a rendirse tras el ataque de las fuerzas de la ONU y de la operación francesa Licorne.
Así lo precisó un comunicado de la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (ONUCI), que señaló que tres altos cargos del entorno de Gbagbo telefonearon a la misión para indicar que "las Fuerzas de Defensa y Seguridad (FDS, leales a Gbagbo) han recibido la orden de rendirse ante los Cascos Azules y buscar protección".
Por su parte, el jefe del Gobierno francés, François Fillon, aseguró que, junto con el presidente galo, Nicolas Sarkozy, y el titular de Exteriores, se entrevistó hoy con Ouattara, a quien expresaron su voluntad "contribuir a la construcción de un Gobierno de unidad para asegurar la reconciliación de todos los marfileños".
El ministro francés de Defensa, Gérard Longuet, aseguró que la situación crítica que vive la ex colonia francesas se resolverá "en las próximas horas".
En cuanto a la ofensiva contra las fuerzas de Gbagbo llevada a cabo por la ONUCI y la operación Licrone, Longuet explicó que se llevó a cabo "bajo el mandato de la ONUCI".
Según el titular de Defensa, con esta ofensiva se trataba de "acabar con la situación inaceptable de uso de armamento pesado contra la población civil, en particular disparos de morteros en barrios civiles sin objetivos militares".
Este ataque sirvió al menos para diezmar el armamento de las fuerzas leales al presidente saliente, según confesó su ministro de Exteriores, Alcide Djédjé, en declaraciones a la cadena de televisión France 24.
En este sentido, la ONUCI anunció hoy en un comunicado que sus ataques aéreos se realizaron "conforme a su mandato", al tratarse de "acciones que previnieran el uso de armas pesadas contra la población civil" en Abiyán.
En un comunicado leído en la Televisión de Costa de Marfil (TCI) por el portavoz de Guillaume Soro, primer ministro del Gobierno de Ouattara, éste aseguró que, si las FDS se integran en las FRCI, no habrá caza de brujas.
Además, según Soro, las fuerzas fieles a Ouattara se están organizando para garantizar la seguridad en la ciudad, que sufre saqueos diarios.
Los enfrentamientos entre las fuerzas leales a Gbagbo y las favorables a Ouattara comenzaron a mediados de diciembre y se han cobrado ya centenares de vidas en el país africano, además de causar un éxodo masivo de marfileños a los países vecinos.
Gbagbo se niega a reconocer la Ouattara como presidente de Costa de Marfil, a pesar de que la comunidad internacional reconoció a éste último como vencedor de la segunda ronda de los comicios del pasado 28 de noviembre.