Gbagbo resiste con un millar de soldados los envites de Ouattara
Francia asegura que las tropas de la ONU cercan al mandatario saliente. -El nuevo presidente pide a la Unión Europea que levante las sanciones sobre los puertos de Abiyán y San Pedro
Abiyán, El País
Abiyán, El País
Laurent Gbagbo, el presidente saliente de Costa de Marfil, cumple ya una semana defendiéndose de las tropas del presidente reconocido por la comunidad internacional, Alassane Ouattara. Hacia las ocho de la tarde de ayer (las 22.00 en hora peninsular española), Ouattara confirmó por la televisión pública que el palacio está cercado y reprochó a Gbagbo haber provocado una crisis humanitaria en la ciudad más importante del país, Abiyán, por su negativa a dejar el poder.
"El área alrededor de la residencia en la que se encuentra Gbagbo está acordonada y asegurada", aseguró Ouattara. En su discurso, el presidente reconocido por la comunidad electoral y los votantes costamarfileños también pidió a la Unión Europea que levante las sanciones que pesan sobre los puertos de Abiyán y San Pedro, y anunció que ha solicitado la reapertura de los bancos para que los ciudadanos puedan cobrar sus salarios. Ouattara aspira a restablecer una normalidad en el país, aunque sea precaria.
No parece posible mientras Gbagbo permanezca encerrado en el búnker excavado en el sótano de su residencia personal, en el centro de Abiyán. Rodeado de sus hijos y de su esposa, Simone;, rezando y cantando himnos religiosos, según aseguran varias fuentes en Abiyán, el exdirigente cuenta con un millar de soldados fieles. De estos, 200 hombres, armados con metralletas pero también con lanzacohetes y blindados, se atrincheran junto a Gbagbo en su complejo residencial, convertido en blanco de los ataques. El resto se concentran en otras zonas de la ciudad.
Algunos de estos datos fueron expuestos ayer por el ministro de Defensa francés, Gérard Longuet, en una comparecencia ante el Senado. Longuet también afirmó que las fuerzas de la ONU mantienen un control sobre los soldados fieles a Gbagbo, supervisando el perímetro en el que se encuentran y los dos principales puentes que unen el sur y el norte de la ciudad. Los helicópteros franceses en Abiyán intervinieron en la madrugada del jueves para liberar al embajador de Japón en Abiyán, cuya residencia, en el barrio de Cocody, está cerca de la de Gbagbo. Los soldados franceses rescataron también a los embajadores de Israel e India, lo que da cuenta del estado de caos y de inseguridad en Abiyán.
Francia asegura que en todo momento respondieron a los ataques de las fuerzas de Gbagbo, pero una fuente militar citada por la agencia France Presse precisó que "durante una hora y media, y aprovechando el ataque para liberar al embajador japonés, dispararon a las defensas artilleras de la residencia personal de Gbagbo".
Mientras, la ciudad, de cuatro millones de habitantes, se desliza hacia la catástrofe. Los cadáveres se pudren en la calle. Bandas de saqueadores deambulan por ciertos barrios. Los cortes de luz y agua son frecuentes. La ONG Médicos sin Fronteras denuncia que uno de sus equipos está bloqueado en un hospital en el barrio de Abobo sur. Ni las ambulancias ni los médicos pueden asegurar el traslado de los heridos.Unos dos mil extranjeros están refugiados en la base francesa de Port-Bouët.
"El área alrededor de la residencia en la que se encuentra Gbagbo está acordonada y asegurada", aseguró Ouattara. En su discurso, el presidente reconocido por la comunidad electoral y los votantes costamarfileños también pidió a la Unión Europea que levante las sanciones que pesan sobre los puertos de Abiyán y San Pedro, y anunció que ha solicitado la reapertura de los bancos para que los ciudadanos puedan cobrar sus salarios. Ouattara aspira a restablecer una normalidad en el país, aunque sea precaria.
No parece posible mientras Gbagbo permanezca encerrado en el búnker excavado en el sótano de su residencia personal, en el centro de Abiyán. Rodeado de sus hijos y de su esposa, Simone;, rezando y cantando himnos religiosos, según aseguran varias fuentes en Abiyán, el exdirigente cuenta con un millar de soldados fieles. De estos, 200 hombres, armados con metralletas pero también con lanzacohetes y blindados, se atrincheran junto a Gbagbo en su complejo residencial, convertido en blanco de los ataques. El resto se concentran en otras zonas de la ciudad.
Algunos de estos datos fueron expuestos ayer por el ministro de Defensa francés, Gérard Longuet, en una comparecencia ante el Senado. Longuet también afirmó que las fuerzas de la ONU mantienen un control sobre los soldados fieles a Gbagbo, supervisando el perímetro en el que se encuentran y los dos principales puentes que unen el sur y el norte de la ciudad. Los helicópteros franceses en Abiyán intervinieron en la madrugada del jueves para liberar al embajador de Japón en Abiyán, cuya residencia, en el barrio de Cocody, está cerca de la de Gbagbo. Los soldados franceses rescataron también a los embajadores de Israel e India, lo que da cuenta del estado de caos y de inseguridad en Abiyán.
Francia asegura que en todo momento respondieron a los ataques de las fuerzas de Gbagbo, pero una fuente militar citada por la agencia France Presse precisó que "durante una hora y media, y aprovechando el ataque para liberar al embajador japonés, dispararon a las defensas artilleras de la residencia personal de Gbagbo".
Mientras, la ciudad, de cuatro millones de habitantes, se desliza hacia la catástrofe. Los cadáveres se pudren en la calle. Bandas de saqueadores deambulan por ciertos barrios. Los cortes de luz y agua son frecuentes. La ONG Médicos sin Fronteras denuncia que uno de sus equipos está bloqueado en un hospital en el barrio de Abobo sur. Ni las ambulancias ni los médicos pueden asegurar el traslado de los heridos.Unos dos mil extranjeros están refugiados en la base francesa de Port-Bouët.