El sector privado y el comercio mundial mejoran las perspectivas en el G7
París, Agencias
El buen comportamiento de las empresas no financieras y la recuperación del comercio mundial justificaron una revisión al alza de las perspectivas económicas de la OCDE para la primera mitad de este año en los países del G7 con la notable excepción de Japón, por el terremoto y tsunami recientes.
"La perspectiva es mejor que en noviembre", resumió el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Pier Carlo Padoan, al presentar hoy en conferencia de prensa una evaluación interina del informe semestral que se comunicará a finales de mayo.
Padoan puntualizó que esta evaluación, habitualmente limitada al grupo de los siete países más ricos, en esta ocasión se circunscribió a seis (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá).
Y eso porque resulta "imposible" por el momento hacer una estimación de las consecuencias de la catástrofe generada por el seísmo, en especial ante la incertidumbre por la crisis nuclear.
Pero al margen del caso japonés, puso el acento en que "vemos que el sector privado tira de la economía", con una mejora de la confianza de las empresas, y que el comercio mundial "avanza muy significativamente" y en el primer trimestre de este año ha superado en volumen el nivel que se había alcanzado antes de la crisis.
En cifras, eso se traduce en que de acuerdo con las estimaciones de la OCDE, el Producto Interior Bruto (PIB) de ese grupo de seis ha progresado a un ritmo interanual del 3,2 % en el primer trimestre, y lo va a hacer al 2,9 % en el segundo.
El ejemplo modelo de esa mejora de las previsiones es la primera economía mundial, Estados Unidos, con un ritmo de subida del PIB del 3,1 % entre enero y marzo y del 3,4 % entre abril y junio, comparados con el 2,1 % y el 2,5 % respectivamente anunciados en el último estudio de noviembre.
También ofrecen buenas noticias para los dos trimestres tanto Francia (+3,4% y +2,8%) como Canadá (+5,2% y +3,8%).
En los casos de Alemania (+3,7 % en el primer trimestre y +2,3% en el segundo) y el Reino Unido (+3% y +1%) la corrección al alza se concentra en los tres primeros meses del año, mientras la perspectiva se mantiene prácticamente invariable en los tres siguientes.
Italia aparece en este grupo de seis como la oveja negra con los menores crecimientos en ritmo interanual (+1,3% y +1,3%), unos datos que apenas se mueven respecto a los publicados en noviembre.
Sobre Japón, la OCDE únicamente se atrevió a pronosticar que su PIB podría verse recortado entre 0,2 y 0,6 puntos porcentuales en el primer trimestre, y entre 0,5 y 1,4 puntos en el segundo, pero sin decir en cuánto quedaría.
Padoan lo justificó porque la capacidad productiva del país se ha visto duramente afectada y, tras recordar la experiencia del terremoto de Kobe de 1995, dijo que si la reconstrucción empieza relativamente rápido, a partir del tercer trimestre se podrían empezar a compensar el efecto negativo del tsunami en la economía.
También avanzó que el coste fiscal del choque generado por el desastre natural y nuclear será superior al que se había constatado en Kobe, que representó un punto de PIB.
Además de la situación de Japón, cuyo impacto sobre la evolución global la OCDE tampoco ha sabido evaluar, los principales factores de riesgo descritos son la escalada del barril de petróleo, con la amenaza sobre la inflación, los riesgos de la deuda soberana en "la periferia de la zona euro" y la persistencia de signos de debilidad en el mercado inmobiliario de ciertos países.
El economista jefe admitió que si se mantuvieran de forma duradera los actuales niveles de precios del petróleo, cerca del listón de los 120 dólares por barril, eso provocaría un repunte de la inflación con un impacto negativo en la evolución del PIB.
Y preguntado sobre el nivel de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), reconoció que "es más difícil una política apropiada para el conjunto" de los países de la moneda única por la diversidad entre los que están en una fase avanzada de recuperación y los que se encuentran en situación de "estrés".
En una alusión a la previsible subida de tipos en respuesta a las tensiones inflacionistas, Padoan recordó que el BCE también ha tenido en cuenta a "los países de la periferia" con diversas acciones como las provisiones de liquidez.
El buen comportamiento de las empresas no financieras y la recuperación del comercio mundial justificaron una revisión al alza de las perspectivas económicas de la OCDE para la primera mitad de este año en los países del G7 con la notable excepción de Japón, por el terremoto y tsunami recientes.
"La perspectiva es mejor que en noviembre", resumió el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Pier Carlo Padoan, al presentar hoy en conferencia de prensa una evaluación interina del informe semestral que se comunicará a finales de mayo.
Padoan puntualizó que esta evaluación, habitualmente limitada al grupo de los siete países más ricos, en esta ocasión se circunscribió a seis (Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia y Canadá).
Y eso porque resulta "imposible" por el momento hacer una estimación de las consecuencias de la catástrofe generada por el seísmo, en especial ante la incertidumbre por la crisis nuclear.
Pero al margen del caso japonés, puso el acento en que "vemos que el sector privado tira de la economía", con una mejora de la confianza de las empresas, y que el comercio mundial "avanza muy significativamente" y en el primer trimestre de este año ha superado en volumen el nivel que se había alcanzado antes de la crisis.
En cifras, eso se traduce en que de acuerdo con las estimaciones de la OCDE, el Producto Interior Bruto (PIB) de ese grupo de seis ha progresado a un ritmo interanual del 3,2 % en el primer trimestre, y lo va a hacer al 2,9 % en el segundo.
El ejemplo modelo de esa mejora de las previsiones es la primera economía mundial, Estados Unidos, con un ritmo de subida del PIB del 3,1 % entre enero y marzo y del 3,4 % entre abril y junio, comparados con el 2,1 % y el 2,5 % respectivamente anunciados en el último estudio de noviembre.
También ofrecen buenas noticias para los dos trimestres tanto Francia (+3,4% y +2,8%) como Canadá (+5,2% y +3,8%).
En los casos de Alemania (+3,7 % en el primer trimestre y +2,3% en el segundo) y el Reino Unido (+3% y +1%) la corrección al alza se concentra en los tres primeros meses del año, mientras la perspectiva se mantiene prácticamente invariable en los tres siguientes.
Italia aparece en este grupo de seis como la oveja negra con los menores crecimientos en ritmo interanual (+1,3% y +1,3%), unos datos que apenas se mueven respecto a los publicados en noviembre.
Sobre Japón, la OCDE únicamente se atrevió a pronosticar que su PIB podría verse recortado entre 0,2 y 0,6 puntos porcentuales en el primer trimestre, y entre 0,5 y 1,4 puntos en el segundo, pero sin decir en cuánto quedaría.
Padoan lo justificó porque la capacidad productiva del país se ha visto duramente afectada y, tras recordar la experiencia del terremoto de Kobe de 1995, dijo que si la reconstrucción empieza relativamente rápido, a partir del tercer trimestre se podrían empezar a compensar el efecto negativo del tsunami en la economía.
También avanzó que el coste fiscal del choque generado por el desastre natural y nuclear será superior al que se había constatado en Kobe, que representó un punto de PIB.
Además de la situación de Japón, cuyo impacto sobre la evolución global la OCDE tampoco ha sabido evaluar, los principales factores de riesgo descritos son la escalada del barril de petróleo, con la amenaza sobre la inflación, los riesgos de la deuda soberana en "la periferia de la zona euro" y la persistencia de signos de debilidad en el mercado inmobiliario de ciertos países.
El economista jefe admitió que si se mantuvieran de forma duradera los actuales niveles de precios del petróleo, cerca del listón de los 120 dólares por barril, eso provocaría un repunte de la inflación con un impacto negativo en la evolución del PIB.
Y preguntado sobre el nivel de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), reconoció que "es más difícil una política apropiada para el conjunto" de los países de la moneda única por la diversidad entre los que están en una fase avanzada de recuperación y los que se encuentran en situación de "estrés".
En una alusión a la previsible subida de tipos en respuesta a las tensiones inflacionistas, Padoan recordó que el BCE también ha tenido en cuenta a "los países de la periferia" con diversas acciones como las provisiones de liquidez.