El presidente sirio da luz verde al levantamiento del estado de emergencia
Damasco, Agencias
El presidente sirio, Bachar al Asad, firmó hoy tres decretos, entre ellos uno que deroga el estado de emergencia en vigor desde 1963, una de las principales exigencias de la oposición.
Al Asad también aprobó la eliminación del Alto Tribunal de la Seguridad del Estado y respaldó una nueva ley que garantiza el derecho a celebrar protestas pacíficas, informó la televisión siria.
La derogación del estado de emergencia, que otorgaba amplios poderes a las fuerzas de seguridad, era una de las principales exigencias de la oposición en Siria.
Se desconoce si, a partir del decreto firmado hoy por Al Bachar, el estado de emergencia queda completamente derogado o si la norma necesita ser ratificada en el Parlamento, algo que, sin embargo, sería puro trámite.
A finales de marzo pasado, presionado por las protestas contra su régimen iniciadas a mediados de ese mes, Al Asad ordenó la creación de un equipo de estudio con el objetivo de preparar una norma antes del 25 de abril que allanara el camino a la derogación de la Ley de Emergencia.
El pasado martes, el recién nombrado Ejecutivo sirio dio luz verde al proyecto de decreto legislativo que establecía el fin del Estado de Emergencia, disponía la eliminación del Alto Tribunal de la Seguridad del Estado y aprobaba un proyecto de ley para regular "el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente".
La decisión coincidió con la muerte de treinta personas durante una serie de disturbios a comienzos de esta semana en la localidad de Homs, en el centro del país.
La agencia de noticias estatal SANA anunció hoy que Al Asad nombró un nuevo gobernador en la provincia de Homs, Gasal Mustafa Abdelal, mientras el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que un nuevo jefe de policía fue designado en la localidad de Banias tras la muerte de cinco civiles.
Lo que comenzó como una serie de protestas esporádicas en distintos puntos del país se ha ido intensificando hasta el punto de que forzó la renuncia el 29 de marzo pasado del Ejecutivo de Mohamed Nayi Otri, sustituido por un gabinete encabezado por el ex ministro de Agricultura Adel Safar.
Una gran parte de los 23 millones de sirios ha nacido o crecido bajo el control estricto de la Ley de Emergencia, que entre otras cosas ejerce una fuerte supervisión sobre los medios de comunicación y permite detenciones sin órdenes judiciales.
El régimen de Damasco siempre ha defendido que esta medida de excepción se mantenía por el estado técnico de guerra con Israel, y ha adelantado que ninguna ley antiterrorista sustituirá esta norma y que bastará con el código penal ordinario.
Según funcionarios sirios, estas no serán las únicas reformas que llevarán a cabo las autoridades del país.
Se está elaborando una nueva norma de medios de comunicación para dar más libertad a los periodistas y se está revisando un borrador de la paralizada ley de partidos, prometida en 2005 en el congreso del partido Baaz, la formación política de Al Asad.
Esta última normativa permitiría el establecimiento de partidos políticos, siempre y cuando no estén basados en agendas étnicas o religiosas, e implicaría la creación de nueva ley electoral previa a los próximos comicios parlamentarios.
El analista político Sami Mubayed dijo a Efe que "los sirios contienen ahora la respiración de forma colectiva a la espera de ver si las reformas prometidas son auténticas y cuánto tarda el Gobierno en aplicarlas".
"Lo normal es que cualquier Ejecutivo del mundo sea evaluado cien días después de asumir el cargo -agregó Mubayed-. Aunque algunas personas fueron rápidas a la hora de criticar al Gobierno de Adel Safar, otros dicen que sería inteligente darle un espacio de tiempo para ver cómo se desarrollan estas reformas".
El presidente sirio, Bachar al Asad, firmó hoy tres decretos, entre ellos uno que deroga el estado de emergencia en vigor desde 1963, una de las principales exigencias de la oposición.
Al Asad también aprobó la eliminación del Alto Tribunal de la Seguridad del Estado y respaldó una nueva ley que garantiza el derecho a celebrar protestas pacíficas, informó la televisión siria.
La derogación del estado de emergencia, que otorgaba amplios poderes a las fuerzas de seguridad, era una de las principales exigencias de la oposición en Siria.
Se desconoce si, a partir del decreto firmado hoy por Al Bachar, el estado de emergencia queda completamente derogado o si la norma necesita ser ratificada en el Parlamento, algo que, sin embargo, sería puro trámite.
A finales de marzo pasado, presionado por las protestas contra su régimen iniciadas a mediados de ese mes, Al Asad ordenó la creación de un equipo de estudio con el objetivo de preparar una norma antes del 25 de abril que allanara el camino a la derogación de la Ley de Emergencia.
El pasado martes, el recién nombrado Ejecutivo sirio dio luz verde al proyecto de decreto legislativo que establecía el fin del Estado de Emergencia, disponía la eliminación del Alto Tribunal de la Seguridad del Estado y aprobaba un proyecto de ley para regular "el derecho de los ciudadanos a manifestarse pacíficamente".
La decisión coincidió con la muerte de treinta personas durante una serie de disturbios a comienzos de esta semana en la localidad de Homs, en el centro del país.
La agencia de noticias estatal SANA anunció hoy que Al Asad nombró un nuevo gobernador en la provincia de Homs, Gasal Mustafa Abdelal, mientras el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos dijo que un nuevo jefe de policía fue designado en la localidad de Banias tras la muerte de cinco civiles.
Lo que comenzó como una serie de protestas esporádicas en distintos puntos del país se ha ido intensificando hasta el punto de que forzó la renuncia el 29 de marzo pasado del Ejecutivo de Mohamed Nayi Otri, sustituido por un gabinete encabezado por el ex ministro de Agricultura Adel Safar.
Una gran parte de los 23 millones de sirios ha nacido o crecido bajo el control estricto de la Ley de Emergencia, que entre otras cosas ejerce una fuerte supervisión sobre los medios de comunicación y permite detenciones sin órdenes judiciales.
El régimen de Damasco siempre ha defendido que esta medida de excepción se mantenía por el estado técnico de guerra con Israel, y ha adelantado que ninguna ley antiterrorista sustituirá esta norma y que bastará con el código penal ordinario.
Según funcionarios sirios, estas no serán las únicas reformas que llevarán a cabo las autoridades del país.
Se está elaborando una nueva norma de medios de comunicación para dar más libertad a los periodistas y se está revisando un borrador de la paralizada ley de partidos, prometida en 2005 en el congreso del partido Baaz, la formación política de Al Asad.
Esta última normativa permitiría el establecimiento de partidos políticos, siempre y cuando no estén basados en agendas étnicas o religiosas, e implicaría la creación de nueva ley electoral previa a los próximos comicios parlamentarios.
El analista político Sami Mubayed dijo a Efe que "los sirios contienen ahora la respiración de forma colectiva a la espera de ver si las reformas prometidas son auténticas y cuánto tarda el Gobierno en aplicarlas".
"Lo normal es que cualquier Ejecutivo del mundo sea evaluado cien días después de asumir el cargo -agregó Mubayed-. Aunque algunas personas fueron rápidas a la hora de criticar al Gobierno de Adel Safar, otros dicen que sería inteligente darle un espacio de tiempo para ver cómo se desarrollan estas reformas".