Diálogo marítimo pierde terreno y La Paz y Santiago endurecen posiciones

La Paz, Abi
El diálogo entre Bolivia y Chile parecía el sábado condenado al fracaso, más aún después que el presidente chileno Sebastián Piñera calificara de "imposible" la cesión de una salida al Océano con soberanía y que su homólogo boliviano Evo Morales lo acusara de ignorar los derechos marítimo de su país, en momentos en que se multiplican las voces por un entendimiento en ambos lados de la frontera y también fuera de ella.

Las diferencias de criterio de Piñera y Morales sobre la cesión de un espacio marítimo con soberanía y continuidad territorial, parecían acentuar, asimismo, la disposición del Gobierno de Bolivia a recurrir a tribunales de justicia mundial para obtener una salida una salida propia a ultramar.

Ambos gobernantes intercambiaron durante la semana declaraciones que remitían el diálogo bilateral al escenario mediático.

En declaraciones formuladas en la localidad andina de Charaña, cerca de la frontera binacional, Morales, dijo que Chile ignora la historia y los derechos marítimos que tuvo Bolivia hasta antes de la guerra que libraron ambos países a fines del siglo XIX.

Horas después que Piñera calificara de "imposible" la cesión de una salida soberana al mar para Bolivia, Morales enfatizó que "eso se llama ignorancia, eso significa no tener sentimiento, eso se llama enclaustrar a un pueblo, cerrar a un pueblo".

"Chile dice que en este momento es imposible debatir y discutir el retorno al mar con soberanía a Bolivia: eso es ignorara la historia entre esos dos países y no podemos ignorar la historia, enfatizó el gobernante en un discurso en la población de Charaña, uno de los símbolos de las frustradas conversaciones del Palacio Quemado y La Moneda en el siglo pasado y donde los ex dictadores de ambos países, Hugo Banzer (Bolivia) y Augusto Pinochet (Chile) intentaron en 1976 un canje territorial.

Luego que Morales dijera el jueves que Chile había hecho pasar el tiempo con conversaciones bilaterales inconducentes y que al cabo de 132 años Bolivia seguía sin mar, Piñera sentenció que la aspiración boliviana de una salida soberana al mar era "imposible" de atender por parte de Chile.

"Siempre dijimos que Chile tiene la mejor disposición y hemos avanzado mucho. Por ejemplo, estamos construyendo el ferrocarril Arica-La Paz, habilitamos el puerto de Iquique, además del de Arica y Antofagasta para facilitar el comercio boliviano, hemos avanzado en el Tratado de Libre Comercio con Bolivia, pero ellos (los bolivianos) pretenden algo que es imposible", la cesión de una salida soberana al Pacífico, señaló en declaraciones a la televisión de su país.

Por su parte el canciller chileno, Alfredo Moreno, dijo que el diálogo bilateral, en las condiciones planteadas por La Moneda, era la única vía de entendimiento posible entre ambos países luego del anuncio de Morales de sentara a Chile ante una corte internacional de arbitraje.

"Poner en cuestión tratados que han tenido más de 100 años (de vigencia) no es el camino mejor (..) Creemos que la manera para resolver cualquier aspiración que tenga Bolivia es el diálogo", mutuamente excluyente de tribunales internacionales, apuntó.

Mientras La Paz y Santiago endurecían el tono de sus declaraciones para tratar el nuevo y enésimo desencuentro, se multiplican las voces en ambos lados de la frontera y también en Perú, tercero concernido en el entuerto que dejó a Bolivia postrada como país mediterráneo desde 1879.

Aliada de Bolivia, Perú enfrentó a Chile entre 1979 y 1884 y también perdió territorios, en concreto las provincias de Arica e Iquique.

En su editorial, la revista chilena Punto Final se preguntó por la factibilidad de un nuevo tratado alternativo al que La Paz y Santiago firmaron en 1904, 25 años después del choque de lanzas entre Bolivia y Chile y que alejó al primero de los mercados ultramarinos.

"La validez o nulidad del tratado de 1904, que ha estado vigente durante más de un siglo, es un tema complicado, que, sin embargo, no debería preocupar a Chile ya sea por los precedentes internacionales como porque existiendo consenso, es posible modificar o reemplazar tratados vigentes por otros que se ajusten a la nueva realidad. Es el caso de este tratado, producto de una guerra de rapiña instigada por el imperialismo británico de la época. Regular las relaciones chileno-bolivianas a través de un nuevo tratado de límites y de convenios que corrijan injusticias y que abran cauce a la cooperación e integración de ambas naciones, sería una profunda lección de justicia y hermandad para el mundo", señaló el semanario.

El giro de la política exterior boliviana, tras 5 años de diálogos sin resultados concretos, primero entre Morales y la expresidenta chilena Michelle Bachelet y luego con Piñera, sucesor de aquella, entre 2006 y 2010, repercutió en Perú, por uno de cuyos exterritorios anexionados por Chile después de la denominada decimonónica guerra del Pacífico, Bolivia aspira a conseguir un paso propio al Pacífico.

El ex canciller peruano Manuel Rodríguez Cuadros, que entre julio y noviembre últimos se desempeñó como embajador de su país en La Paz, dijo que el Gobierno de Chile debería presentar en el corto plazo "fórmulas concretas, pragmáticas y viables" que solucionen la demanda histórica de Bolivia, cuatro meses después que el secretario general de la Organización de Estados Americanos, el chileno Miguel Insulza urgiera a Piñera una propuesta concreta a Bolivia.

Cuadros, que se postuló a la Presidencia de Perú en la perspectivas de las elecciones generales de mediados de este mes, destrabó las relaciones bolivianos peruanas, tensadas entre 2007 y 2009 entre La Paz y Lima y en octubre último facilitó un encuentro entre Morales y su homólogo peruano Alan García.

Merced a este nuevo enfoque en las relaciones bilaterales, Bolivia construye una base para su Armada en el puerto peruano de Ilo, cedido en comodato por 99 años.

Por su parte Mariano Fernández, que dirigió la cancillería chilena en el último tramo del gobierno de Bachelet, sugirió la posibilidad de cerrar el contencioso bilateral por Arica.

"Para mí, como para otros distinguidos compatriotas, una salida al mar soberana para Bolivia sólo sería viable en la frontera con Perú y como culminación de un proceso de cooperación e integración?, dijo en declaraciones formuladas al cotidiano chileno El Mercurio.

Tal eventualidad amerita necesariamente la aquiescencia de Perú, por efecto de un tratado firmado en 1924 y perfeccionado 5 años después entre Lima y Santiago.

Aliado histórico de la causa marítima boliviana, el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, que el jueves pasado desarrolló una visita de Estado a Bolivia, se limitó a reforzar el crédito de Morales en su decisión de llevar a Chile a estrados internacionales.

Preguntado sobre la nueva coyuntura boliviano chilena, Chávez dijo que su colega Morales "es un hombre sabio y sabe lo que hace".

Tras el anuncio de Morales, el pasado 23 de marzo, de recurrir a los tribunales internacionales para conducir la causa marítima de Bolivia, el historiador chileno, Cástulo Martínez, también abogó por el diálogo.

Martínez, un defensor a ultranza del derecho marítimo boliviano, estimó posible "crear conciencia entre las autoridades de mi país de que es posible entrar en conversaciones formales con las autoridades bolivianas para, juntos, encontrar el camino que permita a Bolivia poder contar con una conexión terrestre desde su frontera por el borde norte de Arica hasta el Océano Pacífico, y, ahí, disponer de un trozo de litoral soberano" en un escrito publicado durante la semana en Chile, a pesar que La Moneda advirtió que la judialización del asunto abortará el diálogo bilateral que La Paz y Santiago han sostenido entre 2006 y 2010.

De todas formas La Paz considera que el diálogo bilateral con Santiago es posible en paralelo con un reclamo internacional o, mejor aún, antes de éste.

Morales dijo que el diálogo bilateral, fundado en la Agenda de 13 Puntos, la primera homologación formal expresa que hizo Santiago de la demanda marítima boliviana, no fue sino una pérdida de tiempo, tal vez deliberada.

Bolivia demanda a Chile una salida propia al mar que perdió en 1879, cuando el país andino amazónico resignó 400 km de litoral y 120.000 km2 de territorios tras una guerra de posesiones y se quedó enclaustrado en el corazón de Sudamérica.

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