Cuba: ¿"internacionalismo proletario" o exportación de profesionales?

Fernando Ravsberg, La Habana
El futuro de la cooperación cubana también será debatido en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, que empezó este fin de semana en La Habana.

Y es que los cooperantes cubanos en el extranjero se han convertido ya en la primera fuente de ingresos de la economía nacional. Decenas de miles de trabajan en países del Tercer Mundo contratados a través de empresas estatales.

La mayor parte de ellos son profesionales de la salud, un lujo que Cuba puede darse por tener 70.000 médicos. Pero hay además miles de maestros, profesores, arquitectos, entrenadores deportivos, ingenieros civiles, informáticos e hidráulicos.

Su trabajo es el resultado de un cambio de política en las relaciones internacionales, la "ayuda gratuita" se transformó en cooperación Sur-Sur, beneficiosa no sólo para el receptor sino también para Cuba y para los mismos cooperantes.

Esta política ha despertado, sin embargo, un buen número de críticas internacionales debido a que las empresas contratistas estatales cubanas se quedan con la mayor parte del pago que realiza el país que recibe el servicio.

Salud por petróleo

Alrededor de 50.000 cubanos trabajan en países del Tercer Mundo. Son apenas una pequeña parte del millón de graduados universitarios con que cuenta el país, pero producen ingresos tan altos que Cuba paga toda su factura petrolera sólo con los servicios médicos que vende a Venezuela.

Hay también cubanos en países de Asia, América Latina y África. En este último continente el proyecto fue dirigido por el ex ministro Marcos Portales y el crecimiento resultó espectacular. Fuentes gubernamentales dijeron a BBC Mundo que sólo en Angola hay ya más de 3.000 cooperantes.

Las antiguas afinidades políticas se convierten en relaciones comerciales provechosas para ambas naciones. Así existen importantes acuerdos con Argelia, China y Sudáfrica, este país es el que mejor paga los servicios de los profesionales cubanos.
Una de las reformas que debatirá el Congreso del Partido Comunista de Cuba (PCC) es la institucionalización del "intercambio" en lugar de la "ayuda". Y aquellos casos en los que no se cobre la asistencia, se tratará de que el país beneficiado pague los costos.

Desde el primer día

Cuba constituyó brigadas de respuesta rápida compuestas por médicos jóvenes, con varios idiomas y equipamiento móvil.

Desde que triunfó en 1959, la Revolución Cubana inició un camino de asistencia a gobiernos y organizaciones políticamente afines. En 1960, cuando en Cuba apenas había 3.000 galenos, enviaron a Argelia la primera brigada médica.

Mientras Fidel Castro estuvo a cargo trató de que esa ayuda no fuera retribuida, funcionarios venezolanos aseguran que el presidente Hugo Chávez tuvo que insistir mucho para que Cuba aceptara cobrar por los servicios médicos.

Durante medio siglo La Habana donó centrales azucareras, azúcar, café, armas, hospitales, servicios médicos y todo tipo de asesoramiento, de hecho fueron cubanos quienes formaron a los vietnamitas en el cultivo de café y de la tilapia.

Si económicamente la actividad era poco rentable, en el terreno político le permitió establecer fuertes lazos con gobiernos políticamente cercanos pero también con naciones de sistemas y culturas tan diferentes como Pakistán.

Visas sin retorno

Decenas de miles de médicos cubanos trabajan en todo el mundo, convertidos ya en el primer renglón de la economía nacional.

Washington trata de torpedear el trabajo de los médicos cubanos en el extranjero ofreciendo visas expeditas para todos los que estén en terceros países y quieran vivir en Estados Unidos, ya alrededor de 1.600 optaron por ellas.

La Habana entonces los castiga prohibiendo, de por vida, el regreso a la isla del "desertor" y congela la salida de todos sus familiares directos durante un periodo que ronda los 5 años pero que puede variar según al caso.

Internacionalmente algunos cuestionan que los cooperantes cubanos trabajen por salarios que pueden representar un 20% del ingreso que percibe el Estado por el servicio. Incluso en Miami se presentaron denuncias ante los tribunales.

Sin embargo, los cooperantes cubanos logran, a pesar de todo, algunos beneficios importantes: ganan divisas, pueden comprar automóviles, construirse una casa e importar, libre de impuestos, gran cantidad de mercancías a Cuba.

Internacionalismo y cooperación

Los delegados al Congreso tienen que decidir si continúan con el "internacionalismo proletario" que los guió durante 5 décadas o entran en el camino de una cooperación Sur-Sur que es menos romántica pero más acorde a los recursos de Cuba.

Es posible que algún sector se oponga o intente matizar la propuesta pero, al final, la realidad económica podría imponerse, pues a Raúl Castro no le es difícil demostrar con números que el país ya no puede financiar semejante gasto.

Además el costo político es cada día más alto en la medida en que la situación económica del ciudadano común se hace más compleja. Será difícil explicarles por qué mantienen gratuidades en el exterior mientras se eliminan las de los cubanos.

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