Crece presión al régimen sirio; dimiten 230 miembros de partido en el poder Baas

Damasco, Agencias
La presión internacional se acentuó este miércoles sobre el régimen sirio, enfrentado además a dimisiones colectivas en el seno del partido en el poder y a la exigencia de la oposición de que lleve a cabo verdaderas reformas so pena de verse derrocado por una "revolución".

Más de 230 miembros del partido gubernamental Baas anunciaron su dimisión: 30 de ellos en la región de Banias (noroeste) y 203 en la zona de Huran (Deraa y sus alrededores), en el sur del país.

"Las prácticas de los servicios de seguridad contra ciudadanos desarmados en Banias y en las aldeas vecinas, especialmente en Baida, son contrarias a todos los valores humanos y a los eslóganes del partido", aseguraron los dimisionarios en un texto recibido por la AFP.

Lamentaron los "registros de casas, disparos de balas reales indiscriminados contra la gente, las viviendas, las mezquitas y las iglesias".

Por otra parte, más de 150 opositores sirios, que guardaron el anonimato por razones de seguridad, realizaron un llamamiento al régimen en favor de un "cambio verdaderamente democrático".

En un comunicado titulado "Iniciativa nacional para el cambio", los opositores advirtieron al régimen que sólo tiene dos opciones: "O lidera él mismo el cambio hacia la democracia o los manifestantes llevarán a cabo una revolución popular que derrocará al régimen y acabará en este cambio tras un periodo de violencia y disturbios".

"Para introducir reformas políticas radicales, es necesario comenzar por la elaboración de una nueva Constitución que garantice los derechos fundamentales de los ciudadanos y asegure una separación total entre los poderes legislativo, jurídico y ejecutivo, y por llevar a cabo una reforma radical de un sistema judicial minado por la corrupción", exigieron los opositores.

En el documento, además, se reivindica "la liberación de todos los detenidos políticos" y "la votación de una ley moderna sobre partidos políticos y leyes sobre la prensa y las elecciones".

Al mismo tiempo, se multiplican las iniciativas internacionales para condenar la sangrienta represión de las manifestaciones contra el régimen, que comenzaron el 15 de marzo y en las que murieron al menos 453 personas, según el Observatorio sirio de Derechos Humanos, con base en Londres.

Los representantes de los 27 países de la Unión Europea se reunirán el viernes en Bruselas para discutir eventuales sanciones y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU mantendrá ese mismo día una reunión especial, a petición de Estados Unidos.

En una acción coordinada, varios países europeos (España, Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania) convocaron este miércoles a los embajadores de Siria para trasladarles las condenas a la represión.

El senador John McCain, en una entrevista a la AFP, aseguró que Bashar al Asad "ha perdido toda su legitimidad" al disparar contra su pueblo y "debería marcharse".

No obstante, los quince países miembro del Consejo de Seguridad de la ONU fracasaron este miércoles en llegar a un acuerdo sobre una declaración común para condenar la violenta represión de las autoridades sirias contra los manifestantes.

Rusia y China bloquearon una declaración propuesta por Gran Bretaña, Francia, Portugal y Alemania.

En esa reunión, la embajadora estadounidense en Naciones Unidas, Susan Rice, aseguró que el presidente sirio debe "cambiar de rumbo ahora" y poner fin a la represión contra los manifestantes.

El embajador ruso, Alexander Pankin, declaró por su parte que la represión de la oposición en Siria no amenaza "la paz y la seguridad mundial" y advirtió que la injerencia extranjera podría provocar una guerra civil.

El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jaafari, había rechazado toda investigación internacional en su país: "Lamentamos lo que ocurre, pero deben convenir en que estos disturbios y motines, en algunos aspectos, esconden otras intenciones".

Más de 30 personas murieron el lunes y el martes en Deraa, en el sur del país, después de que el ejército, apoyado por carros y blindados, entrara a la fuerza en la ciudad para aplastar la contestación.

Según las autoridades sirias, que acusan desde el inicio de la confrontación a "bandas criminales armadas" de estar detrás del movimiento, el ejército llegó a Deraa, "a petición de los habitantes", para acabar con "los grupos terroristas y extremistas" que, supuestamente, habrían atacado "posiciones militares y cortado carreteras".

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