Cinco muertos en una protesta política en un barrio de Damasco, según Al Yazira
Estambul, Agencias
Dos importantes líderes de los Hermanos Musulmanes de Siria aseguraron hoy en Estambul que no desean que las protestas en su país terminen como en Libia -con una guerra civil y una intervención extranjera-, por lo que exigieron al presidente, Bashar Al Asad, que emprenda reformas democratizadoras.
"No queremos una segunda Libia", afirmó Mohamed Faruk Tayfur, miembro de la cúpula dirigente de la organización islamista, proscrita en Siria desde 1963.
A su lado, durante la rueda de prensa organizada por la ONG islámica turca "Mazlumder", se encontraba el secretario general de los Hermanos Musulmanes sirios, Mohamed Riad ash-Shaqfi, quien aseguro que "el régimen (sirio) ha comenzado a tener miedo".
Desde hace dos semanas, tienen lugar en Siria importantes movilizaciones que han sido violentamente reprimidas por la policía, causando decenas de muertos, especialmente en el sur del país, en torno a la ciudad de Deraa, donde comenzó la revuelta.
Ambos líderes de la organización, que viven en el exilio, quitaron hierro a las recientes manifestaciones de apoyo al régimen, alegando que son "como las que había en todos los países del (extinto) bloque socialista".
Ash-Shaqfi explicó que lo que diferencia a Siria de Libia es que los sirios nunca aceptarían una intervención militar extranjera.
"Pero si hay una intervención, el único culpable será Al Asad y su régimen, igual que el culpable de la intervención en Libia es (Muamar al) Gadafi", añadió.
Tayfur comparó a Al Asad con el presidente rumano Nicolae Ceausescu, "a quien un día el pueblo apoyaba en las plazas y al siguiente lo estaba juzgando".
Sobre la presencia de altas dignidades cristianas en las manifestaciones a favor del régimen, Tayfur dijo que históricamente "no ha habido enfrentamientos religiosos", sino que es "el régimen" el que intenta enfrentar a las diversas comunidades religiosas.
"Además de musulmanes, en las cárceles sirias también hay alauíes, cristianos y armenios", dijo.
"Querríamos que el mismo Al Asad hiciera reformas, diera al pueblo sus derechos y llevara al país a unas elecciones democráticas, porque de otra forma habrá guerra. Y nosotros no queremos una intervención extranjera. Queremos derechos y libertades. Pero parece que hasta ahora lo único que hay son matanzas", se lamentó Tayfur.
A pesar de ser una organización prohibida en Siria y de que su poder se ha reducido desde la masacre de Hama en 1982 (cuando un levantamiento islamista fue reprimido por el régimen causando entre 10.000 y 40.000 muertos), los Hermanos Musulmanes aseguraron hoy que simpatizantes de su grupo forman parte del movimiento opositor.
"En el levantamiento hay gente favorable a nuestras ideas, pero también hay otros grupos", explicó Ash-Shaqfi.
Preguntados por el modelo que defienden, los líderes islamistas respondieron que "el modelo iraní no es apropiado para Siria".
"Para nosotros y para todo el mundo árabe, el sistema apropiado es el turco. Igual que los turcos, queremos elegir a nuestros gobiernos en las urnas", dijo Faruk.
Dos importantes líderes de los Hermanos Musulmanes de Siria aseguraron hoy en Estambul que no desean que las protestas en su país terminen como en Libia -con una guerra civil y una intervención extranjera-, por lo que exigieron al presidente, Bashar Al Asad, que emprenda reformas democratizadoras.
"No queremos una segunda Libia", afirmó Mohamed Faruk Tayfur, miembro de la cúpula dirigente de la organización islamista, proscrita en Siria desde 1963.
A su lado, durante la rueda de prensa organizada por la ONG islámica turca "Mazlumder", se encontraba el secretario general de los Hermanos Musulmanes sirios, Mohamed Riad ash-Shaqfi, quien aseguro que "el régimen (sirio) ha comenzado a tener miedo".
Desde hace dos semanas, tienen lugar en Siria importantes movilizaciones que han sido violentamente reprimidas por la policía, causando decenas de muertos, especialmente en el sur del país, en torno a la ciudad de Deraa, donde comenzó la revuelta.
Ambos líderes de la organización, que viven en el exilio, quitaron hierro a las recientes manifestaciones de apoyo al régimen, alegando que son "como las que había en todos los países del (extinto) bloque socialista".
Ash-Shaqfi explicó que lo que diferencia a Siria de Libia es que los sirios nunca aceptarían una intervención militar extranjera.
"Pero si hay una intervención, el único culpable será Al Asad y su régimen, igual que el culpable de la intervención en Libia es (Muamar al) Gadafi", añadió.
Tayfur comparó a Al Asad con el presidente rumano Nicolae Ceausescu, "a quien un día el pueblo apoyaba en las plazas y al siguiente lo estaba juzgando".
Sobre la presencia de altas dignidades cristianas en las manifestaciones a favor del régimen, Tayfur dijo que históricamente "no ha habido enfrentamientos religiosos", sino que es "el régimen" el que intenta enfrentar a las diversas comunidades religiosas.
"Además de musulmanes, en las cárceles sirias también hay alauíes, cristianos y armenios", dijo.
"Querríamos que el mismo Al Asad hiciera reformas, diera al pueblo sus derechos y llevara al país a unas elecciones democráticas, porque de otra forma habrá guerra. Y nosotros no queremos una intervención extranjera. Queremos derechos y libertades. Pero parece que hasta ahora lo único que hay son matanzas", se lamentó Tayfur.
A pesar de ser una organización prohibida en Siria y de que su poder se ha reducido desde la masacre de Hama en 1982 (cuando un levantamiento islamista fue reprimido por el régimen causando entre 10.000 y 40.000 muertos), los Hermanos Musulmanes aseguraron hoy que simpatizantes de su grupo forman parte del movimiento opositor.
"En el levantamiento hay gente favorable a nuestras ideas, pero también hay otros grupos", explicó Ash-Shaqfi.
Preguntados por el modelo que defienden, los líderes islamistas respondieron que "el modelo iraní no es apropiado para Siria".
"Para nosotros y para todo el mundo árabe, el sistema apropiado es el turco. Igual que los turcos, queremos elegir a nuestros gobiernos en las urnas", dijo Faruk.