Candidato favorito rechaza campaña conservadora en Perú
El candidato presidencial progresista peruano, Ollanta Humala, rechazó una campaña neoliberal que pretende amedrentar a la población para impedir su victoria en los comicios del domingo próximo.
Humala, ampliamente favorito de las encuestas, tocó el tema en el cierre de una infatigable campaña de recorridos y concentraciones en todo el país, culminada anoche en la surandina ciudad de Arequipa, a mil 25 kilómetros al sur de aquí.
Fue el único candidato que escogió una ciudad del interior para clausurar su campaña, en un verdadero maratón de mítines que en los dos días previos llegó a las ciudades surandinas de Cusco, Puno y Juliaca, así como a Lima.
Sus cuatro rivales neoliberales, que compiten por el segundo lugar y desarrollan una campaña de ataques con gran apoyo mediático en su contra, realizaron anoche concentraciones paralelas en cuatro puntos de Lima.
Sin abandonar la estrategia de negarse a debatir con sus adversarios, Humala pidió a la población votar con calma y sin miedo, y demandó a los políticos tradicionales que se jubilen y den paso a una nueva generación.
Horas antes, uno de sus contendores, el expresidente Alejandro Toledo, llamó a los candidatos Pedro Pablo Kuczynski, peruano-norteamericano, y Luis Castañeda, exalcalde de Lima, a reunirse para acordar la lucha de defensa por la democracia.
Según Toledo, la democracia está supuestamente amenazada por las tendencias electorales que favorecen a Humala, pero su llamado no encontró eco, por lo que debe seguir pugnando por el segundo lugar para competir en la segunda vuelta con Humala.
"No le tengamos miedo al cambio, ahora quiere vendernos que si el pueblo elige una opción diferente entonces el pueblo no es democrático. Vayamos a votar sin presiones y sin miedos", respondió el candidato del bloque progresista.
Humala manifestó también su pesar por la muerte de tres pobladores de la provincia de Islay, en la región de Arequipa, durante una larga huelga contra el proyecto cuprífero de la transnacional Southern.
Tras responsabilizar al gobierno de la represión, prometió resolver los problemas con el diálogo y no usando a las fuerzas policiales para atacar a la población.