Soldados saudíes entran en Bahréin para ayudar a restablecer el orden
Manama, Agencias
Tropas saudíes entraron en Bahréin a petición de las autoridades de este reino para ayudar a restablecer el orden tras la escalada de protestas contra la dinastía suní de los Al Jalifa, en una iniciativa denunciada por la oposición como una "ocupación extranjera".
Los soldados saudíes forman parte de la fuerza común del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), llamada 'Escudo de la Península', y su llegada, que tuvo lugar el domingo, fue mostrada este lunes por la televisión estatal de Bahréin.
"La vanguardia del Escudo de la Península comenzó a entrar en Bahréin, debido a la evolución de la situación en el reino", indicó la televisión, que difundió imágenes de vehículos militares en el momento en que pasaban por el puente-dique que une Bahréin con el este de Arabia Saudí.
En un comunicado oficial difundido más tarde, las autoridades bahreiníes anunciaron que "las fuerzas del Escudo de la Península llegaron a Bahréin (...) para ayudar a garantizar la seguridad de los ciudadanos, de los residentes y de las infraestructuras vitales". En el mismo comunicado llaman a la población "a cooperar plenamente" con las fuerzas del Escudo de la Península.
Según un responsable saudí, cualquier fuerza del CCG desplegada en un país miembro "se encuentra bajo la autoridad del país anfitrión", sugiriendo Bahréin debe decidir si la utiliza para ayudar a mantener el orden.
Por su parte, los Emiratos Arabes Unidos enviaron "unos 500 policías" para ayudar a las autoridades a restaurar el orden, anunció en París el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos, el jeque Abdalá ben Zayed, antes de reunirse con la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton.
Arabia Saudí es el líder del CCG, una agrupación de las monarquías árabes del Golfo, de las cuales forman parte Bahréin y Emiratos Arabes Unidos y que incluye también a Qatar, Omán y Kuwait. La oposición de Bahréin denunció el lunes que la llegada de las tropas sauditas como una "ocupación flagrante".
"El pueblo de Bahréin enfrenta un peligro real: el de una guerra contra los ciudadanos bahreiníes sin declaración de guerra", destacaron los siete partidos de oposición, incluyendo al Wefaq chiita, en un comunicado.
"Nosotros consideramos el ingreso de cualquier soldado y de cualquier vehículo militar a los espacios terrestre, aéreo o marítimo del reino de Bahréin como una ocupación flagrante, una conspiración contra el pueblo de Bahréin desarmado y una violación de los acuerdos y convenios internacionales", agregó la oposición.
La Casa Blanca exhortó este lunes a los países del CCG a "respetar los derechos" de los habitantes de Bahréin. "Exhortamos a nuestros aliados del CCG a la moderación y a respetar los derechos de los bahreiníes y a actuar para favorecer el diálogo en lugar de impedirlo", dijo a la AFP el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
La llegada de las tropas extranjeras tiene lugar después de una intensificación de la movilización de manifestantes chiitas, que el lunes bloqueaban los accesos al centro de Manama, donde se encuentran el barrio de negocios y los edificios públicos, según un corresponsal de la AFP.
La ciudad está casi paralizada por una huelga general convocada por los sindicatos para protestar contra la represión de las manifestaciones. El domingo pasado, los manifestantes chiitas fueron dispersados por la policía ante el distrito financiero de Bahréin, un centro bancario regional y archipiélago estratégico que aloja a la Vª Flota de Estados Unidos.
El CCG ha manifestado en varias oportunidades su solidaridad con las autoridades bahreiníes, que deben hacer frente a crecientes protestas. El 10 de marzo pasado decidió crear un fondo de desarrollo de 20.000 millones de dólares para ayudar a Bahréin y Omán, otro país donde se registran manifestaciones.
En Bahréin, los activistas exigen reformas políticas y una verdadera monarquía constitucional. Algunos llegan a pedir la partida de la dinastía sunita Al Jalifa, que gobierna ese país cuya población autóctona es en su mayoría chiita. Las protestas están inspiradas en las que este año derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto y en el levantamiento contra el régimen libio.
Tropas saudíes entraron en Bahréin a petición de las autoridades de este reino para ayudar a restablecer el orden tras la escalada de protestas contra la dinastía suní de los Al Jalifa, en una iniciativa denunciada por la oposición como una "ocupación extranjera".
Los soldados saudíes forman parte de la fuerza común del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), llamada 'Escudo de la Península', y su llegada, que tuvo lugar el domingo, fue mostrada este lunes por la televisión estatal de Bahréin.
"La vanguardia del Escudo de la Península comenzó a entrar en Bahréin, debido a la evolución de la situación en el reino", indicó la televisión, que difundió imágenes de vehículos militares en el momento en que pasaban por el puente-dique que une Bahréin con el este de Arabia Saudí.
En un comunicado oficial difundido más tarde, las autoridades bahreiníes anunciaron que "las fuerzas del Escudo de la Península llegaron a Bahréin (...) para ayudar a garantizar la seguridad de los ciudadanos, de los residentes y de las infraestructuras vitales". En el mismo comunicado llaman a la población "a cooperar plenamente" con las fuerzas del Escudo de la Península.
Según un responsable saudí, cualquier fuerza del CCG desplegada en un país miembro "se encuentra bajo la autoridad del país anfitrión", sugiriendo Bahréin debe decidir si la utiliza para ayudar a mantener el orden.
Por su parte, los Emiratos Arabes Unidos enviaron "unos 500 policías" para ayudar a las autoridades a restaurar el orden, anunció en París el ministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos, el jeque Abdalá ben Zayed, antes de reunirse con la secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton.
Arabia Saudí es el líder del CCG, una agrupación de las monarquías árabes del Golfo, de las cuales forman parte Bahréin y Emiratos Arabes Unidos y que incluye también a Qatar, Omán y Kuwait. La oposición de Bahréin denunció el lunes que la llegada de las tropas sauditas como una "ocupación flagrante".
"El pueblo de Bahréin enfrenta un peligro real: el de una guerra contra los ciudadanos bahreiníes sin declaración de guerra", destacaron los siete partidos de oposición, incluyendo al Wefaq chiita, en un comunicado.
"Nosotros consideramos el ingreso de cualquier soldado y de cualquier vehículo militar a los espacios terrestre, aéreo o marítimo del reino de Bahréin como una ocupación flagrante, una conspiración contra el pueblo de Bahréin desarmado y una violación de los acuerdos y convenios internacionales", agregó la oposición.
La Casa Blanca exhortó este lunes a los países del CCG a "respetar los derechos" de los habitantes de Bahréin. "Exhortamos a nuestros aliados del CCG a la moderación y a respetar los derechos de los bahreiníes y a actuar para favorecer el diálogo en lugar de impedirlo", dijo a la AFP el portavoz de la Casa Blanca, Tommy Vietor.
La llegada de las tropas extranjeras tiene lugar después de una intensificación de la movilización de manifestantes chiitas, que el lunes bloqueaban los accesos al centro de Manama, donde se encuentran el barrio de negocios y los edificios públicos, según un corresponsal de la AFP.
La ciudad está casi paralizada por una huelga general convocada por los sindicatos para protestar contra la represión de las manifestaciones. El domingo pasado, los manifestantes chiitas fueron dispersados por la policía ante el distrito financiero de Bahréin, un centro bancario regional y archipiélago estratégico que aloja a la Vª Flota de Estados Unidos.
El CCG ha manifestado en varias oportunidades su solidaridad con las autoridades bahreiníes, que deben hacer frente a crecientes protestas. El 10 de marzo pasado decidió crear un fondo de desarrollo de 20.000 millones de dólares para ayudar a Bahréin y Omán, otro país donde se registran manifestaciones.
En Bahréin, los activistas exigen reformas políticas y una verdadera monarquía constitucional. Algunos llegan a pedir la partida de la dinastía sunita Al Jalifa, que gobierna ese país cuya población autóctona es en su mayoría chiita. Las protestas están inspiradas en las que este año derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto y en el levantamiento contra el régimen libio.