Seismo y tsunami en Japón dejaron centenares de muertos
Japón sufrió este viernes el peor terremoto jamás registrado en el archipiélago, de magnitud 8,9, seguido de potentes réplicas y de un tsunami que dejaron centenares de muertos y desaparecidos y afectaron a la central nuclear de Fukushima, que presentaba niveles de radiactividad mil veces superiores a los permitidos.
El nivel de radiactividad registrado el sábado en una sala de control del reactor número 1 de la central nuclear de Fukushima 1, en el noreste de Japón, era 1.000 veces superior al permitido, según la prensa nipona que citaba al ministerio de Industria.
El primer ministro Naoto Kan amplió la zona de evacuación de un radio de tres kilómetros a 10 alrededor de la misma, debido al riesgo de escapes radiactivos.
Asimismo, una segunda central nuclear situada también en la prefectura de Fukushima presentaba problemas de enfriamiento, según la prensa nipona que cita a la compañía administradora.
Otro sismo de 6,7 grados sacudió también la costa occidental de Japón, situado en uno de los puntos más peligrosos del llamado "cinturón de fuego del Pacífico", sobre la intersección de tres placas (la Euroasiática, la del Pacífico y la del Mar de Filipinas).
El peor terremoto registrado en la historia de Japón, ha dejado ya más de mil muertos y desaparecidos, según la policía.
"Los daños son tan importantes que necesitamos más tiempo para juntar datos, que están muy dispersos", reconoció un portavoz policial.
Las noticias de desastres de magnitudes inconcebibles llegaban sin parar, lo que ha llevado al papa Benedicto XVI a sentirse "profundamente triste".
Unos 200 cadáveres de personas que probablemente murieron ahogadas por el tsunami aparecieron en la costa de la ciudad de Sendai (noreste), de la prefectura de Miyagi, elevando el número de muertos a 384, mientras que había 707 desaparecidos y 947 heridos, según la policía.
En la región de Fukushima, un dique se rompió y el agua liberada arrasó viviendas.
Dos trenes fueron dados por desaparecidos, en la zona de Sendai y en la prefectura de Iwate (noreste).
También en Sendai, las autoridades indicaron que un barco fue arrastrado por el tsunami, sin otras precisiones.
Una gran explosión se produjo en un complejo petroquímico de esa ciudad.
El sismo se registró a las 14h46 (05h46 GMT), a 24,4 km de profundidad y a una centena de kilómetros de las costas de la prefectura de Miyagi y a 380 km al norte de Tokio, según datos del Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS). Fue seguido por decenas de réplicas, una de ellas de magnitud 7,1.
Un nuevo sismo, de 6,7 se registró en la costa occidental del país.
El gobierno pidió ayuda a las fuerzas estadounidenses estacionadas en el archipiélago para paliar los efectos del sismo y el tsunami.
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que un portaaviones se dirigía a la región para prestar asistencia. El sismo que sufrió Japón es algo "simplemente desgarrador", afirmó.
La mayoría de los países del Pacífico lanzaron alertas de tsunami, que llegó hasta las costas de México, donde el fenómeno representa un "peligro moderado", y amenazaba con extenderse a las costas de América Central y del Sur.
La petrolera estatal de Ecuador, Petroecuador, suspendió las exportaciones petroleras por miedo al maremoto.
La marea gigante se hará sentir a lo largo de todo el continente, hasta llegar a las 06H07 GMT del sábado a Puerto Williams, en el extremo sur de Chile, según las previsiones.
En Tokio, los edificios temblaron durante dos minutos después del sismo y la mayoría de los habitantes se precipitaron a las calles, mientras se desencadenaban los incendios.
Un gigantesco incendio se produjo en una refinería de la ciudad de Iichihara, en la región de la capital.
Millones de personas se encontraban al caer la noche sin poder regresar a sus hogares a causa de la interrupción del sistema de transporte subterráneo.
En muchos hogares de la zona del epicentro tampoco había luz ni calefacción.
Las autoridades instaron por altavoces a los empleados a dormir cerca de sus oficinas y los hoteles de la región pronto se llenaron.
Imágenes televisivas captadas desde un helicóptero mostraron buques de carga, automóviles y toneladas de materiales de todo tipo arrastrados por una gigantesca marea de agua pardusca estrellándose contra las costas.
También mostraron torrentes de lodo desbordando el cauce del río Natori y destruyendo campos en la zona de Sendai.
El sismo provocó una caída de la Bolsa de Tokio (-1,72%) y depreció la cotización del yen frente al dólar a su menor nivel en dos semanas y media (83,30 yenes por dólar).
Las acciones de las compañías de seguros y de las reaseguradoras fueron las más afectadas.
Según JPMorgan Cazenove, el coste vinculado al sismo en Japón podría situarse entre 1.000 y 2.000 millones de dólares solamente para los reaseguradores europeos, aunque se trata de una estimación "muy preliminar".
Los precios del petróleo también caían, debido a que Japón es uno de los principales consumidores mundiales de crudo.
Japón ha vivido otros grandes desastres naturales. Uno de los peores por el coste en vidas humanas fue el gran terremoto de Kanto (en la isla de Hanshu), en 1923, que dejó unos 140.000 muertos, gran parte de ellos en los incendios que se desataron tras el temblor. La misma región había sido golpeada por un fuerte sismo en 1855.
En 1995, un terremoto mató a 6.400 personas en Kobe.
El nivel de radiactividad registrado el sábado en una sala de control del reactor número 1 de la central nuclear de Fukushima 1, en el noreste de Japón, era 1.000 veces superior al permitido, según la prensa nipona que citaba al ministerio de Industria.
El primer ministro Naoto Kan amplió la zona de evacuación de un radio de tres kilómetros a 10 alrededor de la misma, debido al riesgo de escapes radiactivos.
Asimismo, una segunda central nuclear situada también en la prefectura de Fukushima presentaba problemas de enfriamiento, según la prensa nipona que cita a la compañía administradora.
Otro sismo de 6,7 grados sacudió también la costa occidental de Japón, situado en uno de los puntos más peligrosos del llamado "cinturón de fuego del Pacífico", sobre la intersección de tres placas (la Euroasiática, la del Pacífico y la del Mar de Filipinas).
El peor terremoto registrado en la historia de Japón, ha dejado ya más de mil muertos y desaparecidos, según la policía.
"Los daños son tan importantes que necesitamos más tiempo para juntar datos, que están muy dispersos", reconoció un portavoz policial.
Las noticias de desastres de magnitudes inconcebibles llegaban sin parar, lo que ha llevado al papa Benedicto XVI a sentirse "profundamente triste".
Unos 200 cadáveres de personas que probablemente murieron ahogadas por el tsunami aparecieron en la costa de la ciudad de Sendai (noreste), de la prefectura de Miyagi, elevando el número de muertos a 384, mientras que había 707 desaparecidos y 947 heridos, según la policía.
En la región de Fukushima, un dique se rompió y el agua liberada arrasó viviendas.
Dos trenes fueron dados por desaparecidos, en la zona de Sendai y en la prefectura de Iwate (noreste).
También en Sendai, las autoridades indicaron que un barco fue arrastrado por el tsunami, sin otras precisiones.
Una gran explosión se produjo en un complejo petroquímico de esa ciudad.
El sismo se registró a las 14h46 (05h46 GMT), a 24,4 km de profundidad y a una centena de kilómetros de las costas de la prefectura de Miyagi y a 380 km al norte de Tokio, según datos del Instituto de Geofísica de Estados Unidos (USGS). Fue seguido por decenas de réplicas, una de ellas de magnitud 7,1.
Un nuevo sismo, de 6,7 se registró en la costa occidental del país.
El gobierno pidió ayuda a las fuerzas estadounidenses estacionadas en el archipiélago para paliar los efectos del sismo y el tsunami.
El presidente estadounidense, Barack Obama, anunció que un portaaviones se dirigía a la región para prestar asistencia. El sismo que sufrió Japón es algo "simplemente desgarrador", afirmó.
La mayoría de los países del Pacífico lanzaron alertas de tsunami, que llegó hasta las costas de México, donde el fenómeno representa un "peligro moderado", y amenazaba con extenderse a las costas de América Central y del Sur.
La petrolera estatal de Ecuador, Petroecuador, suspendió las exportaciones petroleras por miedo al maremoto.
La marea gigante se hará sentir a lo largo de todo el continente, hasta llegar a las 06H07 GMT del sábado a Puerto Williams, en el extremo sur de Chile, según las previsiones.
En Tokio, los edificios temblaron durante dos minutos después del sismo y la mayoría de los habitantes se precipitaron a las calles, mientras se desencadenaban los incendios.
Un gigantesco incendio se produjo en una refinería de la ciudad de Iichihara, en la región de la capital.
Millones de personas se encontraban al caer la noche sin poder regresar a sus hogares a causa de la interrupción del sistema de transporte subterráneo.
En muchos hogares de la zona del epicentro tampoco había luz ni calefacción.
Las autoridades instaron por altavoces a los empleados a dormir cerca de sus oficinas y los hoteles de la región pronto se llenaron.
Imágenes televisivas captadas desde un helicóptero mostraron buques de carga, automóviles y toneladas de materiales de todo tipo arrastrados por una gigantesca marea de agua pardusca estrellándose contra las costas.
También mostraron torrentes de lodo desbordando el cauce del río Natori y destruyendo campos en la zona de Sendai.
El sismo provocó una caída de la Bolsa de Tokio (-1,72%) y depreció la cotización del yen frente al dólar a su menor nivel en dos semanas y media (83,30 yenes por dólar).
Las acciones de las compañías de seguros y de las reaseguradoras fueron las más afectadas.
Según JPMorgan Cazenove, el coste vinculado al sismo en Japón podría situarse entre 1.000 y 2.000 millones de dólares solamente para los reaseguradores europeos, aunque se trata de una estimación "muy preliminar".
Los precios del petróleo también caían, debido a que Japón es uno de los principales consumidores mundiales de crudo.
Japón ha vivido otros grandes desastres naturales. Uno de los peores por el coste en vidas humanas fue el gran terremoto de Kanto (en la isla de Hanshu), en 1923, que dejó unos 140.000 muertos, gran parte de ellos en los incendios que se desataron tras el temblor. La misma región había sido golpeada por un fuerte sismo en 1855.
En 1995, un terremoto mató a 6.400 personas en Kobe.