Sanabria se agrega a la lista de militares, policías y políticos narcos en Bolivia
La Paz, Abi
El ex general y ex zar antidrogas de Bolivia, René Sanabria, que arriesga una condena a cadena perpetua en Estados Unidos, pasó a engrosar una lista de autoridades bolivianas vinculadas al narcotráfico desde la década de los años '50, además de lastrar a la Policía, hace años en el ojo de la tormenta y bajo sospecha de moral relajada.
Detenido hace una semana en Panamá y extraditado sobre tablas a EEUU, cuya agencia antidrogas, DEA, lo infiltró hace meses mientras dirigiría un organismo de inteligencia boliviano y exportaba cocaína, Sanabria se inscribió en el exclusivo club que agrupa a ex ministros, militares y políticos desde mediados del siglo XX encarcelados en el país y fuera de él por narcotráfico.
La tristemente célebre nómina de autoridades que emplearon sus influencias y poder para exportar droga tiene a Luis Arce Gómez, ex ministro de Interiores de la dictadura militar que encabezó en 1980 Luis García Meza, como abanderado.
Extraditado en 1989, Arce Gómez purgó 20 años de prisión en Miami, donde Sanabria, que el jueves alegó inocencia, deberá enfrentar un juicio abreviado que podría ponerlo tras de rejas, a los 55 años, hasta el final de sus días.
Recién en 2009 Arce Gómez --a quien el periodista estadounidense Mike Wallace, bautizó como el "Ministro de la cocaína" durante una entrevista en 198-- a la sazón un anciano en la orilla de la decrepitud, volvió al país a purgar una sentencia que le impuso la justicia boliviana por violación a los derechos humanos.
Y según el abogado devenido escritor Tomás Molina, autor de la obra Triángulo Letal, incluye al desaparecido líder sindical Juan Lechín Oquendo, en un confuso tanto como subterráneo episodio en 1953.
De acuerdo con el autor, incluso de una biografía no autorizada de García Meza, que purga una sentencia a 30 años de presidio sin derecho a indulto en la penitenciaría de máxima seguridad en Chonchocoro, Lechín fue implicado en un trasiego de cocaína que involucró a su "novia", Coca Weise, aprehendida en Cochabamba con un kg de cocaína y 80 millones de bolivianos de entonces.
El narcotráfico también ha salpicado gobiernos y autoridades, casi sistemáticamente desde 1982, cuando se restauró la democracia boliviana y, con mayor acentuación a las dictaduras que se hicieron del poder en el período 1964-1982.
La DEA, que según el gobierno del presidente Evo Morales utilizó la lucha antidrogas para regir la política en Bolivia y en la mayoría sino la totalidad de los países de Latinoamérica, área de influencia de Estados Unidos, aterrizó en el país andino amazónico al amparo de la draconiana Ley 1008, en vigor desde 1988.
Fue la DEA, que Morales expulsó en 2008 tras constatar que se había connivido en una trama de conspiración contra su administración, la que acusó al ministro de Interior del expresidente Jaime Paz (1989-93), Guillermo Capobianco, de narcotráfico.
De hecho, Oscar Eid, uno de los jerarcas del socialdemócrata Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, de Paz Zamora, fue encarcelado acusado de vinculaciones con el narcotráfico.
Algunos de los jefes policiales en ese período de gobierno fueron sospechados de mantener vínculos con las mafias de narcotraficantes, de acuerdo con reportes de la prensa de la época.
Los casos más bullados de narcotráfico se registraron mientras la democracia boliviana fraguaba, en 1986, cuando la DEA desveló la megafábrica de cocaína de Huanchaca, durante la cuarta administración del ex presidente Víctor Paz Estenssoro y, nueve años más tarde, el 'narcoavión', que traficaba 4 toneladas del alcaloide desde La Paz a la ciudad mexicana de Mexicali, con escala en Lima donde el cargamento fue interceptado. Al menos un oficial de policía cayó en la redada posterior.
Versiones de prensa posteriores afirmaron que Huanchaca proveía recursos a la DEA para financiar a los contras en Nicaragua.
La detención y procesamiento de Sanabria, alumno aventajado de la DEA en diversos cursos antidroga y que dirigió la policial Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico hasta 2009 y formó parte del Tribunal de disciplina de la Policía, agitó el recuerdo de quienes, desde la función pública, se sumieron en el fango del narcotráfico y el escarnio público.
Uno de los más destacados brigadieres de promoción de oficiales de la Policía en 1977, Sanabria cayó en las redes que le tendieron agentes encubiertos de la policía chilena en acuerdo con la DEA.
"El 19 de agosto, agentes encubiertos del OS-7 de Carabineros y un grupo de narcos bolivianos cerraron un trato que sería clave para el reciente arresto en Panamá, bajo cargos de tráfico de estupefacientes, del zar antidrogas de Bolivia, el retirado general de la policía René Sanabria Oropeza, quien encabeza el Centro de Inteligencia y Generación de Información antinarcóticos" en su país, reseñó un reportaje publicado el jueves en el diario El Mercurio de Chile.
"La cita transcurrió en un lujoso hotel de Arica (norte de Chile). Tras beber un par de botellas de whisky, los efectivos chilenos pactaron la compra de 144 kilos de cocaína de alta pureza que los bolivianos enviarían a esa ciudad en un contenedor. Éste sería despachado por mar a Miami, Estados Unidos, vía Panamá. Sin que los vendedores lo sospecharan, la transacción era el fruto de una operación antinarcóticos secreta que duró seis meses y se coordinó con la Fiscalía de Arica", revela el cotidiano chileno.
"La diligencia se gestó a comienzos de agosto de 2010, cuando la DEA reveló a Carabineros que, presuntamente, Sanabria era el líder de una red narco que en el último año había logrado enviar trece contenedores con clorhidrato de cocaína hacia EE.UU. y Europa, a través del puerto de Arica", apuntó.
El presidente boliviano Evo Morales deploró las acciones de Sanabria en desmedro de la Policía boliviana, cuyo comandante Oscar Nina alegó, en defensa de su institución, que "no todos los policías son buenos".
Al tiempo de negar en rotundo el retorno de la DEA a Bolivia, Morales fustigó, durante un acto militar en La Paz, que "no es posible que algunos policías desprestigien a su institución. Rechazamos, condenamos esas actitudes de ex oficiales", afirmó.
El gobernante que exaltó la lucha antidrogas de su administración, que en 2010 erradicó más de 8.000 hectáreas de coca, base para la fabricación de cocaína, y que en lo que va de 2011 devino en la destrucción de más de 1.000 hectáreas de sembríos ilegales, dijo que durante su gobierno desde 2006, 38 policías han sido encarcelado por narcotráfico.
"Hasta ahora tenemos 38 policías en servicio activo encarcelados por tema narcotráfico", al reiterar que en Bolivia "no se perdona nada" a los traficantes de droga.
También rechazó dichos de la oposición a su gobierno que intenta desprestigiar a la Policía, incluso al Estado, tras la captura de Sanabria.
"Que haya algunos involucrados no significa que toda la institución, todo el Estado esté comprometido", afirmó.
El ex general y ex zar antidrogas de Bolivia, René Sanabria, que arriesga una condena a cadena perpetua en Estados Unidos, pasó a engrosar una lista de autoridades bolivianas vinculadas al narcotráfico desde la década de los años '50, además de lastrar a la Policía, hace años en el ojo de la tormenta y bajo sospecha de moral relajada.
Detenido hace una semana en Panamá y extraditado sobre tablas a EEUU, cuya agencia antidrogas, DEA, lo infiltró hace meses mientras dirigiría un organismo de inteligencia boliviano y exportaba cocaína, Sanabria se inscribió en el exclusivo club que agrupa a ex ministros, militares y políticos desde mediados del siglo XX encarcelados en el país y fuera de él por narcotráfico.
La tristemente célebre nómina de autoridades que emplearon sus influencias y poder para exportar droga tiene a Luis Arce Gómez, ex ministro de Interiores de la dictadura militar que encabezó en 1980 Luis García Meza, como abanderado.
Extraditado en 1989, Arce Gómez purgó 20 años de prisión en Miami, donde Sanabria, que el jueves alegó inocencia, deberá enfrentar un juicio abreviado que podría ponerlo tras de rejas, a los 55 años, hasta el final de sus días.
Recién en 2009 Arce Gómez --a quien el periodista estadounidense Mike Wallace, bautizó como el "Ministro de la cocaína" durante una entrevista en 198-- a la sazón un anciano en la orilla de la decrepitud, volvió al país a purgar una sentencia que le impuso la justicia boliviana por violación a los derechos humanos.
Y según el abogado devenido escritor Tomás Molina, autor de la obra Triángulo Letal, incluye al desaparecido líder sindical Juan Lechín Oquendo, en un confuso tanto como subterráneo episodio en 1953.
De acuerdo con el autor, incluso de una biografía no autorizada de García Meza, que purga una sentencia a 30 años de presidio sin derecho a indulto en la penitenciaría de máxima seguridad en Chonchocoro, Lechín fue implicado en un trasiego de cocaína que involucró a su "novia", Coca Weise, aprehendida en Cochabamba con un kg de cocaína y 80 millones de bolivianos de entonces.
El narcotráfico también ha salpicado gobiernos y autoridades, casi sistemáticamente desde 1982, cuando se restauró la democracia boliviana y, con mayor acentuación a las dictaduras que se hicieron del poder en el período 1964-1982.
La DEA, que según el gobierno del presidente Evo Morales utilizó la lucha antidrogas para regir la política en Bolivia y en la mayoría sino la totalidad de los países de Latinoamérica, área de influencia de Estados Unidos, aterrizó en el país andino amazónico al amparo de la draconiana Ley 1008, en vigor desde 1988.
Fue la DEA, que Morales expulsó en 2008 tras constatar que se había connivido en una trama de conspiración contra su administración, la que acusó al ministro de Interior del expresidente Jaime Paz (1989-93), Guillermo Capobianco, de narcotráfico.
De hecho, Oscar Eid, uno de los jerarcas del socialdemócrata Movimiento de la Izquierda Revolucionaria, de Paz Zamora, fue encarcelado acusado de vinculaciones con el narcotráfico.
Algunos de los jefes policiales en ese período de gobierno fueron sospechados de mantener vínculos con las mafias de narcotraficantes, de acuerdo con reportes de la prensa de la época.
Los casos más bullados de narcotráfico se registraron mientras la democracia boliviana fraguaba, en 1986, cuando la DEA desveló la megafábrica de cocaína de Huanchaca, durante la cuarta administración del ex presidente Víctor Paz Estenssoro y, nueve años más tarde, el 'narcoavión', que traficaba 4 toneladas del alcaloide desde La Paz a la ciudad mexicana de Mexicali, con escala en Lima donde el cargamento fue interceptado. Al menos un oficial de policía cayó en la redada posterior.
Versiones de prensa posteriores afirmaron que Huanchaca proveía recursos a la DEA para financiar a los contras en Nicaragua.
La detención y procesamiento de Sanabria, alumno aventajado de la DEA en diversos cursos antidroga y que dirigió la policial Fuerza Especial de Lucha contra el Narcotráfico hasta 2009 y formó parte del Tribunal de disciplina de la Policía, agitó el recuerdo de quienes, desde la función pública, se sumieron en el fango del narcotráfico y el escarnio público.
Uno de los más destacados brigadieres de promoción de oficiales de la Policía en 1977, Sanabria cayó en las redes que le tendieron agentes encubiertos de la policía chilena en acuerdo con la DEA.
"El 19 de agosto, agentes encubiertos del OS-7 de Carabineros y un grupo de narcos bolivianos cerraron un trato que sería clave para el reciente arresto en Panamá, bajo cargos de tráfico de estupefacientes, del zar antidrogas de Bolivia, el retirado general de la policía René Sanabria Oropeza, quien encabeza el Centro de Inteligencia y Generación de Información antinarcóticos" en su país, reseñó un reportaje publicado el jueves en el diario El Mercurio de Chile.
"La cita transcurrió en un lujoso hotel de Arica (norte de Chile). Tras beber un par de botellas de whisky, los efectivos chilenos pactaron la compra de 144 kilos de cocaína de alta pureza que los bolivianos enviarían a esa ciudad en un contenedor. Éste sería despachado por mar a Miami, Estados Unidos, vía Panamá. Sin que los vendedores lo sospecharan, la transacción era el fruto de una operación antinarcóticos secreta que duró seis meses y se coordinó con la Fiscalía de Arica", revela el cotidiano chileno.
"La diligencia se gestó a comienzos de agosto de 2010, cuando la DEA reveló a Carabineros que, presuntamente, Sanabria era el líder de una red narco que en el último año había logrado enviar trece contenedores con clorhidrato de cocaína hacia EE.UU. y Europa, a través del puerto de Arica", apuntó.
El presidente boliviano Evo Morales deploró las acciones de Sanabria en desmedro de la Policía boliviana, cuyo comandante Oscar Nina alegó, en defensa de su institución, que "no todos los policías son buenos".
Al tiempo de negar en rotundo el retorno de la DEA a Bolivia, Morales fustigó, durante un acto militar en La Paz, que "no es posible que algunos policías desprestigien a su institución. Rechazamos, condenamos esas actitudes de ex oficiales", afirmó.
El gobernante que exaltó la lucha antidrogas de su administración, que en 2010 erradicó más de 8.000 hectáreas de coca, base para la fabricación de cocaína, y que en lo que va de 2011 devino en la destrucción de más de 1.000 hectáreas de sembríos ilegales, dijo que durante su gobierno desde 2006, 38 policías han sido encarcelado por narcotráfico.
"Hasta ahora tenemos 38 policías en servicio activo encarcelados por tema narcotráfico", al reiterar que en Bolivia "no se perdona nada" a los traficantes de droga.
También rechazó dichos de la oposición a su gobierno que intenta desprestigiar a la Policía, incluso al Estado, tras la captura de Sanabria.
"Que haya algunos involucrados no significa que toda la institución, todo el Estado esté comprometido", afirmó.