Ouattara lanza una ofensiva para acorralar a Gbagbo en su palacio

Las fuerzas del presidente electo de Costa de Marfil atacan la residencia del exmandatario en Abiyán y cierran las fronteras del país.- EE UU pide al exmandatario que se vaya de forma pacífica para evitar un "baño de sangre"

Abiyan, El País
Laurent Gbagbo parece estar cada vez más acorralado. Las fuerzas del presidente electo de Costa de Marfil, Alassane Ouattara, que lucha por el poder tras haber ganado las elecciones del pasado noviembre, han entrado esta madrugada en la capital económica del país, Abiyán, y han logrado tomar posiciones en los alrededores del palacio donde se atrinchera el exmandatario, que se niega a dejar el cargo.

Varios testigos han asegurado a Reuters que la residencia está siendo atacada con artillería pesada. Un portavoz del Gobierno legítimo ha asegurado que Gbagbo seguía dentro, pero sin dar señales de rendirse. "Esto parece el asalto final", dijo un habitante del barrio a la agencia France Presse. "Hemos visto por la ventana a muchísimos combatientes dirigirse al lugar [donde suenan] los tiros", ha explicado otro. Además, los soldados de Ouattara han tomado el control de la televisión estatal, que dejó de emitir anoche.

Poco antes, el presidente electo había decretado el cierre de las fronteras terrestres, aéreas y marítimas del país, así como el toque de queda en Abiyán. La prohibición de salir a la calle -vigente hasta el domingo entre las 21.00 y las 06.00 locales- la establecía hasta ahora Gbagbo, informa Efe, por lo que se trata de un gesto significativo en la lucha por el poder.

Los combates en Abiyán se desencadenaron después de que expirara el ultimátum dado ayer por Ouattara a Gbagbo, para que tanto él como sus seguidores se entregaran con el fin de evitar "un baño de sangre" en Abiyán. "Costa de Marfil es una e indivisible. Gbagbo tiene unas horas para partir, si no, habrá una marcha sobre Abiyán y será más complicado para él", afirmó el primer ministro del Gobierno de Ouattara, Guillaume Soro, en la cadena France 24.

Deserciones

Ante la ofensiva de las fuerzas de Ouattara, han empezado las deserciones del régimen. "La policía y los gendarmes abandonaron al presidente Gbagbo", según declaró ayer a la emisora France Info el responsable de la misión de la ONU en el país. A Gbagbo solo le apoyan ya "las fuerzas especiales", añadió el diplomático. Además, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Costa de Marfil, Philippe Mangou, está refugiado desde el miércoles en la residencia oficial del embajador sudafricano en Abiyán, según indicó ayer el Ministerio de Asuntos Exteriores de ese país. "El general está acompañado de su mujer y sus cinco hijos", añadieron las fuentes diplomáticas. El Gobierno sudafricano "ha establecido consultas con las partes competentes" de Costa de Marfil y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao), así como con la Unión Africana (UA) y la ONU.

Presión internacional

La presión sobre Gbagbo crece también fuera de sus fronteras. EE UU subrayó ayer que la ocasión de dejar el poder de forma pacífica se agota y ha pedido a los seguidores del exlíder que se entreguen "en las próximas horas" para evitar "un baño de sangre" en Abiyán. "Todavía hay una oportunidad para Gbagbo deje el poder pacíficamente y anime a sus partidarios a hacer lo mismo, pero esta oportunidad se está agotando", declaró el secretario adjunto de Estado norteamericano, Johnie Carson.

Además, ante la escalada de violencia, los cascos azules de la ONU tomaron el aeropuerto de Abiyán y tropas francesas se desplegaron en la ciudad. Una unidad de militares galos intervino en el barrio de Deux Plateaux para salvar a varios compatriotas atacados por los simpatizantes de Gbagbo. Los soldados de la misión francesa Unicornio, con unos 1.000 efectivos, se desplegaron al sur de la ciudad.

Mientras, unos 5.000 presos de la mayor cárcel del país, en Abiyán, escaparon tras un tiroteo entre partidarios de Ouattara y los funcionarios del centro. En los últimos días los leales al presidente electo han conseguido hacerse con el control de la capital, Yamusukro, y de San Pedro, el principal puerto del país, fundamental para el comercio de cacao, del que Costa de Marfil es el principal productor del mundo. En solo tres semanas, el precio de este producto ha bajado un 21%.

Ante la grave crisis en la antigua colonia, el presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció que reunirá hoy al primer ministro y a los responsables de Exteriores y Defensa para tratar la situación. Un portavoz del Ministerio francés de Exteriores pidió ayer a Gbagbo que "deje de hacer correr la sangre de sus compatriotas" y que "respete la voluntad del pueblo marfileño".

En otro frente, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el miércoles por unanimidad una resolución que contempla nuevas sanciones contra Gbagbo. Los 15 miembros del máximo órgano internacional de seguridad votaron a favor de aprobar la resolución 1975 propuesta por Francia y Nigeria, que endurece las sanciones contra Gbagbo y su círculo de colaboradores más cercano, al tiempo que le pide que traspase el poder.

La resolución da "todo el apoyo" a la Misión de las Naciones Unidas en Costa de Marfil (Onuci) para usar "todas las medidas necesarias" para llevar a cabo su mandato de "proteger a la población civil". A partir de ahora Gbagbo, su esposa Simone Gbagbo, y colaboradores verán sus activos en el exterior congelados, además de que se les impone una restricción a todos sus viajes al exterior "por incitar al odio y a la violencia".

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