Otro muerto, el número 183 en la historia del fútbol profesional argentino
Buenos Aires, Agencias
La muerte del hincha del San Lorenzo Ramón Aramayo, ocurrida hoy en las cercanías del estadio José Amalfitani, del Vélez Sarsfield, es la número 183 en la historia del fútbol argentino por hechos violentos, desde los años 30.
Aramayo, de 36 años, murió tras un choque entre aficionados y agentes de la policía federal, hecho que provocó graves incidentes en el estadio y la suspensión del partido entre ambos equipos correspondiente a la sexta jornada de la Liga de la Primera División.
El primer hecho luctuoso del fútbol de este país se produjo en 1939, con la muerte de dos hinchas del Boca Juniors en un partido disputado en el estadio del club Lanús ante la formación granate.
El fallecimiento de Aramayo hizo estallar la tensión que se advertía en el ambiente de las gradas en las que estaban los hinchas del San Lorenzo. Alguien avisó desde fuera con un teléfono celular y los ultras reaccionaron con gritos, insultos, destrozos y claras muestras de querer saltar al campo de juego.
El árbitro Sergio Pezzotta, tras siete minutos de juego, suspendió el encuentro para el que se había convocado a un millar de policías como parte de una fracasada operación de seguridad.
A Aramayo le pegaron agentes de la policía que después le dejaron tirado, afirmó su viuda en declaraciones a los medios comunicación.
Mabel Flores pidió a los hinchas del San Lorenzo que estaban en el lugar de los hechos que "tengan valor y se presenten a contar la verdad de lo que ocurrió" para que "se haga justicia".
"Mi marido tenía 36 años y hace 20 que iba a la cancha. Nunca tuvo problemas con la policía ni con nadie. Los amigos me contaron que la policía le pegó y lo dejó tirado ahí", dijo la mujer al canal de televisión C5N.
"Encima no fueron capaces de asistirlo o de llamar a la ambulancia. Sé que en un momento hubo algún altercado, él no quiso que un policía le registrara, retrocedió y ahí lo agarraron para pegarle. Eso me cuentan sus amigos", añadió
Numerosos hinchas del San Lorenzo llamaron telefónicamente a los medios de comunicación para denunciar que a Aramayo le pegó la policía y que los agentes le dejaron morir.
Portavoces policiales, no obstante, reconocieron que el hincha no quiso que le registraran, pero indicaron que igualmente le dejaron seguir camino al estadio pero que a los pocos metros se sentó en la vereda y se desvaneció.
El presidente del Vélez Sarsfield, Fernando Raffaini, dijo que "había un clima raro antes del partido".
"Siento una gran impotencia, somos todos dirigentes 'ad honorem' que estamos tratando de cambiar algo en la sociedad. Esto claramente muestra que hay un grave problema social" en Argentina, aseguró el dirigente.
"No se puede terminar un partido de esta manera. A veces da vergüenza", comentó Raffaini tras los incidentes.
Las hinchadas de Vélez Sarsfield y San Lorenzo mantienen viejos pleitos, razón por la cual en los partidos entre ambos equipos de los últimos años no tenían acceso al estadio los visitantes. Esta norma se rompió para este partido por un acuerdo entre los dirigentes de los dos clubes.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no ha emitido el domingo información alguna, evaluación o consideración sobre el hecho.
La muerte del hincha del San Lorenzo Ramón Aramayo, ocurrida hoy en las cercanías del estadio José Amalfitani, del Vélez Sarsfield, es la número 183 en la historia del fútbol argentino por hechos violentos, desde los años 30.
Aramayo, de 36 años, murió tras un choque entre aficionados y agentes de la policía federal, hecho que provocó graves incidentes en el estadio y la suspensión del partido entre ambos equipos correspondiente a la sexta jornada de la Liga de la Primera División.
El primer hecho luctuoso del fútbol de este país se produjo en 1939, con la muerte de dos hinchas del Boca Juniors en un partido disputado en el estadio del club Lanús ante la formación granate.
El fallecimiento de Aramayo hizo estallar la tensión que se advertía en el ambiente de las gradas en las que estaban los hinchas del San Lorenzo. Alguien avisó desde fuera con un teléfono celular y los ultras reaccionaron con gritos, insultos, destrozos y claras muestras de querer saltar al campo de juego.
El árbitro Sergio Pezzotta, tras siete minutos de juego, suspendió el encuentro para el que se había convocado a un millar de policías como parte de una fracasada operación de seguridad.
A Aramayo le pegaron agentes de la policía que después le dejaron tirado, afirmó su viuda en declaraciones a los medios comunicación.
Mabel Flores pidió a los hinchas del San Lorenzo que estaban en el lugar de los hechos que "tengan valor y se presenten a contar la verdad de lo que ocurrió" para que "se haga justicia".
"Mi marido tenía 36 años y hace 20 que iba a la cancha. Nunca tuvo problemas con la policía ni con nadie. Los amigos me contaron que la policía le pegó y lo dejó tirado ahí", dijo la mujer al canal de televisión C5N.
"Encima no fueron capaces de asistirlo o de llamar a la ambulancia. Sé que en un momento hubo algún altercado, él no quiso que un policía le registrara, retrocedió y ahí lo agarraron para pegarle. Eso me cuentan sus amigos", añadió
Numerosos hinchas del San Lorenzo llamaron telefónicamente a los medios de comunicación para denunciar que a Aramayo le pegó la policía y que los agentes le dejaron morir.
Portavoces policiales, no obstante, reconocieron que el hincha no quiso que le registraran, pero indicaron que igualmente le dejaron seguir camino al estadio pero que a los pocos metros se sentó en la vereda y se desvaneció.
El presidente del Vélez Sarsfield, Fernando Raffaini, dijo que "había un clima raro antes del partido".
"Siento una gran impotencia, somos todos dirigentes 'ad honorem' que estamos tratando de cambiar algo en la sociedad. Esto claramente muestra que hay un grave problema social" en Argentina, aseguró el dirigente.
"No se puede terminar un partido de esta manera. A veces da vergüenza", comentó Raffaini tras los incidentes.
Las hinchadas de Vélez Sarsfield y San Lorenzo mantienen viejos pleitos, razón por la cual en los partidos entre ambos equipos de los últimos años no tenían acceso al estadio los visitantes. Esta norma se rompió para este partido por un acuerdo entre los dirigentes de los dos clubes.
La Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no ha emitido el domingo información alguna, evaluación o consideración sobre el hecho.