Obama cierra la gira latinoamericana en la que propuso la relación entre iguales
Washington, Agencias
El presidente Barack Obama culminó este miércoles una gira de cinco días por América Latina, en la que ofreció a los países de la región una alianza "entre iguales", destacando su importancia para la seguridad y la economía de Estados Unidos.
Obama dijo que "América Latina es más importante que nunca para la prosperidad y seguridad de Estados Unidos", en un discurso anunciado como un relanzamiento de las relaciones con América Latina sobre nuevas bases.
Sin embargo, la falta de propuestas concretas y la crisis en Libia, restaron impacto al mensaje de Obama en la región.
En El Salvador, última etapa de su gira, Obama prometió a la empobrecida Centroamérica víctima de la violencia del narcotráfico, un programa de 200 millones de dólares para la lucha contra la inseguridad, así como impulsar una reforma migratoria en Estados Unidos, donde viven más de dos millones de salvadoreños.
Obama subió la escalerilla del Air Force One tomado de la mano de su esposa, Michelle, y detrás de sus dos hijas, antes de partir a Estados Unidos hacia las 11H15 locales (17H15 GMT), poniendo fin a una gira que lo llevó además a Brasil y Chile.
El mandatario mantuvo este miércoles una audioconferencia con su equipo de seguridad nacional para analizar el conflicto en Libia y visitó la embajada norteamericana en San Salvador antes de dirigirse en un helicóptero, donde fue despedido por el ministro de Exteriores salvadoreño, Hugo Martínez.
En San Salvador, Obama prometió recursos para la lucha contra el narcotráfico y las pandillas en Centroamérica, que se ha convertido en una de las regiones más inseguras del mundo, y coincidió con su par salvadoreño, Mauricio Funes, en que hay que crear oportunidades para que los jóvenes no emigren ni se unan a bandas criminales.
"Hoy estamos lanzando un nuevo esfuerzo para enfrentar a los narcotraficantes y pandillas que han causado demasiada violencia en todos nuestros países, especialmente en América Central", dijo Obama el martes, agregando que "focalizaremos 200 millones de dólares para apoyar los esfuerzos aquí en la región".
Sin embargo, no hizo anuncios sobre migración, como anhelaba el gobierno salvadoreño, más allá de prometer que se esforzará por lograr que el Congreso de su país apruebe una reforma migratoria que permita regularizar a miles de indocumentados.
Entre quienes observaron este miércoles la llegada de la custodiada limusina de Obama a la embajada estadounidense estaba Linda Zamora Trout, de 56 años, quien lloraba mientras alzaba una pancarta que decía en inglés: "Presidente Obama SOS mantenga junta a mi familia por favor concédale mi ciudadanía".
Obama dijo el martes que concordaba con Funes en que para frenar la migración ilegal a Estados Unidos, hay que mejorar las condiciones de vida en Centroamérica y expresó que en el istmo sigue pendiente el reto de erradicar la violencia. "Si la gente no tiene necesidad de ir al norte para proveer a sus familias" se reducirá la migración, declaró en una conferencia de prensa junto a Funes.
La gira del jefe de la Casa Blanca fue criticada por el líder cubano Fidel Castro, quien arremetió en un artículo publicado por la prensa este miércoles contra la "insólita alianza entre millonarios y hambrientos" que propone Obama.
La actividad más simbólica de Obama en El Salvador fue una visita a la tumba del asesinado arzobispo Óscar Arnulfo Romero en la Catedral Metropolitana, acompañado por Funes y el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
Romero, infatigable defensor de los derechos humanos y de los pobres, fue asesinado por un sicario pagado por la ultraderecha mientras oficiaba misa, el 24 de marzo de 1980.
Obama llegó a El Salvador desde Chile, donde elogió a América Latina por ser "una región en movimiento", "lista para asumir un papel más importante en el mundo".
Antes visitó Brasil, donde se reunió con la presidenta Dilma Rousseff, en un encuentro que ambas partes dijeron que sirvió para relanzar las relaciones bilaterales, después de que China quitara en los dos últimos el primer puesto a Estados Unidos como socio comercial y como principal inversor.
El presidente Barack Obama culminó este miércoles una gira de cinco días por América Latina, en la que ofreció a los países de la región una alianza "entre iguales", destacando su importancia para la seguridad y la economía de Estados Unidos.
Obama dijo que "América Latina es más importante que nunca para la prosperidad y seguridad de Estados Unidos", en un discurso anunciado como un relanzamiento de las relaciones con América Latina sobre nuevas bases.
Sin embargo, la falta de propuestas concretas y la crisis en Libia, restaron impacto al mensaje de Obama en la región.
En El Salvador, última etapa de su gira, Obama prometió a la empobrecida Centroamérica víctima de la violencia del narcotráfico, un programa de 200 millones de dólares para la lucha contra la inseguridad, así como impulsar una reforma migratoria en Estados Unidos, donde viven más de dos millones de salvadoreños.
Obama subió la escalerilla del Air Force One tomado de la mano de su esposa, Michelle, y detrás de sus dos hijas, antes de partir a Estados Unidos hacia las 11H15 locales (17H15 GMT), poniendo fin a una gira que lo llevó además a Brasil y Chile.
El mandatario mantuvo este miércoles una audioconferencia con su equipo de seguridad nacional para analizar el conflicto en Libia y visitó la embajada norteamericana en San Salvador antes de dirigirse en un helicóptero, donde fue despedido por el ministro de Exteriores salvadoreño, Hugo Martínez.
En San Salvador, Obama prometió recursos para la lucha contra el narcotráfico y las pandillas en Centroamérica, que se ha convertido en una de las regiones más inseguras del mundo, y coincidió con su par salvadoreño, Mauricio Funes, en que hay que crear oportunidades para que los jóvenes no emigren ni se unan a bandas criminales.
"Hoy estamos lanzando un nuevo esfuerzo para enfrentar a los narcotraficantes y pandillas que han causado demasiada violencia en todos nuestros países, especialmente en América Central", dijo Obama el martes, agregando que "focalizaremos 200 millones de dólares para apoyar los esfuerzos aquí en la región".
Sin embargo, no hizo anuncios sobre migración, como anhelaba el gobierno salvadoreño, más allá de prometer que se esforzará por lograr que el Congreso de su país apruebe una reforma migratoria que permita regularizar a miles de indocumentados.
Entre quienes observaron este miércoles la llegada de la custodiada limusina de Obama a la embajada estadounidense estaba Linda Zamora Trout, de 56 años, quien lloraba mientras alzaba una pancarta que decía en inglés: "Presidente Obama SOS mantenga junta a mi familia por favor concédale mi ciudadanía".
Obama dijo el martes que concordaba con Funes en que para frenar la migración ilegal a Estados Unidos, hay que mejorar las condiciones de vida en Centroamérica y expresó que en el istmo sigue pendiente el reto de erradicar la violencia. "Si la gente no tiene necesidad de ir al norte para proveer a sus familias" se reducirá la migración, declaró en una conferencia de prensa junto a Funes.
La gira del jefe de la Casa Blanca fue criticada por el líder cubano Fidel Castro, quien arremetió en un artículo publicado por la prensa este miércoles contra la "insólita alianza entre millonarios y hambrientos" que propone Obama.
La actividad más simbólica de Obama en El Salvador fue una visita a la tumba del asesinado arzobispo Óscar Arnulfo Romero en la Catedral Metropolitana, acompañado por Funes y el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
Romero, infatigable defensor de los derechos humanos y de los pobres, fue asesinado por un sicario pagado por la ultraderecha mientras oficiaba misa, el 24 de marzo de 1980.
Obama llegó a El Salvador desde Chile, donde elogió a América Latina por ser "una región en movimiento", "lista para asumir un papel más importante en el mundo".
Antes visitó Brasil, donde se reunió con la presidenta Dilma Rousseff, en un encuentro que ambas partes dijeron que sirvió para relanzar las relaciones bilaterales, después de que China quitara en los dos últimos el primer puesto a Estados Unidos como socio comercial y como principal inversor.