La radiactividad en alimentos japoneses suscita temor mundial
Tokio, Agencias
Australia, Canadá y Rusia se añadieron este jueves a la lista de países que rechazan productos frescos de la región de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón), donde la electricidad, imprescindible para reanudar los sistemas de enfriamiento de los reactores, se restableció parcialmente.
La presencia de radiactividad en el agua y los alimentos provocan temores en Japón y el extranjero, casi dos semanas después de que un sismo de magnitud 9 y del tsunami que devastaron el archipiélago nipón, con un balance de unos 26.000 muertos y desaparecidos (con 9.737 víctimas mortales confirmadas).
El Gobierno prohibió la comercialización de productos frescos, como verduras y leche cruda, en cuatro prefecturas alrededor de Fukushima, tras descubrir niveles de contaminación radioactiva superiores a las normales. Los análisis de los alimentos se extenderán a otras seis prefecturas cercanas, algunas de las cuales están a las puertas de la megalópolis de Tokio, de 35 millones de habitantes.
El ministerio de Salud intensificó los controles de los productos pesqueros, tras detectarse radiactividad en el agua de mar cerca de la central. El precio del pescado, y sobre todo de los mariscos, bajó en Tsukiji, el mercado más grande del mundo en este sector, en la bahía de Tokio. Los erizos de mar se vendían a la mitad de su valor habitual.
Las algas, indispensables para las sopas y ensaladas de la cocina nipona, aumentarán de precio ya que los mayoristas deben comprarlas en otras regiones. "Ya sabemos que no se podrá comer algas de las zonas devastadas por dos o tres años", admite Kenichiro Saito, comerciante de algas. "Subirán los precios en Hokkaido (ciudad situada al norte del país)", añadió.
Los consumidores se muestran cautelosos con los productos. "Cuando uno va de compras, puede elegir, pero cuando se va a un restaurante, se desconoce el origen de los productos", dice Tobita Kyoko, de 65 años, quien juzga que las autoridades son "demasiado optimistas ante la gravedad de la situación".
Australia, Canadá, Rusia y Singapur anunciaron, después de Estados Unidos y Francia, medidas de prohibición y restricciones a la importación de productos de las zonas cercanas a Fukushima. Rusia detectó el miércoles en uno de sus puertos de Extremo Oriente un buque de mercancías procedente de Japón con un nivel de radiación tres veces superior al normal, indicó este jueves el jefe de los servicios sanitarios rusos, Guenadi Onichenko, citado por la agencia Interfax.
El barco había pasado a poca distancia de la zona donde se encuentra la central nuclear de Fukushima 1. La ciudad de Tokio (250 km al suroeste de la planta nuclear accidentada) indicó el miércoles haber detectado en su red de agua niveles de yodo radiactivo dos veces superior a los límites autorizados para los bebés, aunque el jueves esos niveles decayeron.
El ayuntamiento anunció que el nivel era de 79 becquereles por kilogramo este jueves a las 06H00 (miércoles 21H00 GMT) en el centro de purificación de Kanamachi. Las autoridades de la capital desaconsejaron dar agua del grifo a los bebés o utilizarla para preparar biberones si la medida es superior a 100 becquereles por kilogramo.
Otra ciudad, Hitachiota, en la prefectura de Ibaraki, al norte de la capital, también desaconsejó el uso de agua corriente para los bebés. Los programas de televisión se centraron en las preocupaciones sobre los riesgos de usar agua corriente para lavar alimentos o en el lavado de la ropa.
"No sé qué hacer", declaró Kazuko Hara, una mujer de 39 años, que fue a recoger agua embotellada para su bebé de tres meses, distribuida por la alcaldía de Bunkyo. "Los expertos empezaron a decir que no había razones para entrar en pánico. Eso me tranquilizó. Pero cuando se ve a gente precipitándose en las tiendas, uno se vuelve a poner tenso", añadió Kazuko.
Los operarios reanudaron este jueves las tentativas de refrigerar el reactor 3 de la central de Fukushima 1, interrumpidas la víspera debido a la emanación de un humo negro, anunció la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa. El reactor 3 de la central es el que más preocupa a las autoridades, ya que sufrió daños particularmente importantes durante el tsunami del 11 de marzo y por la explosión del edificio exterior a causa de la acumulación excesiva de hidrógeno.
Los bomberos empezaron a echar agua hacia el reactor para enfriar el combustible e impedir que entre en fusión y desprenda cantidades importantes de radiactividad hacia la atmósfera, explicó un responsable de la agencia. Además, tres empleados del reactor Nº 3 de la planta fueron expuestos a radiaciones.
Dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados. Los socorristas del noreste, donde sigue haciendo frío y en muchos lugares nevando, siguen por su lado extrayendo centenares de cuerpos de los escombros dejados por el sismo y el tsunami, sin poder incinerarlos a causa de la falta de combustible.
Australia, Canadá y Rusia se añadieron este jueves a la lista de países que rechazan productos frescos de la región de la central nuclear de Fukushima (noreste de Japón), donde la electricidad, imprescindible para reanudar los sistemas de enfriamiento de los reactores, se restableció parcialmente.
La presencia de radiactividad en el agua y los alimentos provocan temores en Japón y el extranjero, casi dos semanas después de que un sismo de magnitud 9 y del tsunami que devastaron el archipiélago nipón, con un balance de unos 26.000 muertos y desaparecidos (con 9.737 víctimas mortales confirmadas).
El Gobierno prohibió la comercialización de productos frescos, como verduras y leche cruda, en cuatro prefecturas alrededor de Fukushima, tras descubrir niveles de contaminación radioactiva superiores a las normales. Los análisis de los alimentos se extenderán a otras seis prefecturas cercanas, algunas de las cuales están a las puertas de la megalópolis de Tokio, de 35 millones de habitantes.
El ministerio de Salud intensificó los controles de los productos pesqueros, tras detectarse radiactividad en el agua de mar cerca de la central. El precio del pescado, y sobre todo de los mariscos, bajó en Tsukiji, el mercado más grande del mundo en este sector, en la bahía de Tokio. Los erizos de mar se vendían a la mitad de su valor habitual.
Las algas, indispensables para las sopas y ensaladas de la cocina nipona, aumentarán de precio ya que los mayoristas deben comprarlas en otras regiones. "Ya sabemos que no se podrá comer algas de las zonas devastadas por dos o tres años", admite Kenichiro Saito, comerciante de algas. "Subirán los precios en Hokkaido (ciudad situada al norte del país)", añadió.
Los consumidores se muestran cautelosos con los productos. "Cuando uno va de compras, puede elegir, pero cuando se va a un restaurante, se desconoce el origen de los productos", dice Tobita Kyoko, de 65 años, quien juzga que las autoridades son "demasiado optimistas ante la gravedad de la situación".
Australia, Canadá, Rusia y Singapur anunciaron, después de Estados Unidos y Francia, medidas de prohibición y restricciones a la importación de productos de las zonas cercanas a Fukushima. Rusia detectó el miércoles en uno de sus puertos de Extremo Oriente un buque de mercancías procedente de Japón con un nivel de radiación tres veces superior al normal, indicó este jueves el jefe de los servicios sanitarios rusos, Guenadi Onichenko, citado por la agencia Interfax.
El barco había pasado a poca distancia de la zona donde se encuentra la central nuclear de Fukushima 1. La ciudad de Tokio (250 km al suroeste de la planta nuclear accidentada) indicó el miércoles haber detectado en su red de agua niveles de yodo radiactivo dos veces superior a los límites autorizados para los bebés, aunque el jueves esos niveles decayeron.
El ayuntamiento anunció que el nivel era de 79 becquereles por kilogramo este jueves a las 06H00 (miércoles 21H00 GMT) en el centro de purificación de Kanamachi. Las autoridades de la capital desaconsejaron dar agua del grifo a los bebés o utilizarla para preparar biberones si la medida es superior a 100 becquereles por kilogramo.
Otra ciudad, Hitachiota, en la prefectura de Ibaraki, al norte de la capital, también desaconsejó el uso de agua corriente para los bebés. Los programas de televisión se centraron en las preocupaciones sobre los riesgos de usar agua corriente para lavar alimentos o en el lavado de la ropa.
"No sé qué hacer", declaró Kazuko Hara, una mujer de 39 años, que fue a recoger agua embotellada para su bebé de tres meses, distribuida por la alcaldía de Bunkyo. "Los expertos empezaron a decir que no había razones para entrar en pánico. Eso me tranquilizó. Pero cuando se ve a gente precipitándose en las tiendas, uno se vuelve a poner tenso", añadió Kazuko.
Los operarios reanudaron este jueves las tentativas de refrigerar el reactor 3 de la central de Fukushima 1, interrumpidas la víspera debido a la emanación de un humo negro, anunció la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa. El reactor 3 de la central es el que más preocupa a las autoridades, ya que sufrió daños particularmente importantes durante el tsunami del 11 de marzo y por la explosión del edificio exterior a causa de la acumulación excesiva de hidrógeno.
Los bomberos empezaron a echar agua hacia el reactor para enfriar el combustible e impedir que entre en fusión y desprenda cantidades importantes de radiactividad hacia la atmósfera, explicó un responsable de la agencia. Además, tres empleados del reactor Nº 3 de la planta fueron expuestos a radiaciones.
Dos de ellos tuvieron que ser hospitalizados. Los socorristas del noreste, donde sigue haciendo frío y en muchos lugares nevando, siguen por su lado extrayendo centenares de cuerpos de los escombros dejados por el sismo y el tsunami, sin poder incinerarlos a causa de la falta de combustible.