La OTAN, dividida ante una intervención militar en Libia
Los países de la OTAN se muestran divididos sobre la conveniencia de una acción militar en Libia, que algunos aliados temen enfurezca al mundo árabe, mientras el líder Muamar Gadafi advirtió este miércoles de que una intervención extranjera dejaría "miles de muertos".
Estados Unidos y Gran Bretaña han aludido a la opción de crear una zona de exclusión aérea en Libia para impedir a los aviones militares de Gadafi bombardear a su propio pueblo, pero Francia insiste en que cualquier medida de ese calado requiere un mandato previo de la ONU.
París "comunicó sus reticencias" a una intervención militar durante una reunión este miércoles de los embajadores de los 28 países de la OTAN en Bruselas, explicó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé. Una acción militar "podría unir las opiniones públicas y los pueblos árabes contra el norte del Mediterráneo", advirtió Juppé, estimando empero "posible" "continuar planificando" una zona de exclusión aérea "a condición" de que sea activada únicamente por decisión del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN prepara "planes de contingencia" en caso de que la ONU pida a la Alianza Atlántica una intervención en Libia, indicaron por su parte fuentes diplomáticas de la organización tras la reunión en Bruselas.
No "hay consenso en el seno de la OTAN para un recurso a la fuerza", reconoció el martes el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates.
Su país envió este miércoles dos navíos de guerra a aguas del Mediterráneo, al tiempo que Gadafi, tras lanzar una contraofensiva aérea y terrestre contra sus opositores, advertía de que una intervención militar extranjera dejaría "miles de muertos".
Para Turquía, país árabe miembro de la OTAN, "sería absurdo" una intervención de la Alianza Atlántica en Libia. "La OTAN no tiene nada que hacer ahí. La OTAN sólo puede intervenir cuando un país aliado es atacado", defendió el lunes el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, recordando la misión fundamental de la Alianza militar.
Moscú, que mantiene relaciones a menudo complicadas con la OTAN, su enemigo durante la Guerra Fría, afirmó que "los acontecimientos recientes le dan un pretexto para tratar de implantarse en la región, pretendiendo querer pacificar la situación en África del Norte", acusó el representante ruso ante la Alianza, Dimitri Rogozine.
En el aspecto práctico, la organización dispone de los medios adecuados para imponer una zona de exclusión aérea, pero la operación sería compleja, con la movilización de muchos recursos.
En primer lugar, se necesitarían aviones de vigilancia tipo AWACS, de los que la OTAN dispone de una flota basada en Alemania, mientras que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña poseen una cada uno a nivel individual.
Pero también se desplegarían cazas para detectar vuelos sospechosos e interceptarlos, radares, etc. El centro neurálgico de las operaciones radicaría en las bases que Estados Unidos tiene en Italia.
Una operación similar fue realizada en Bosnia-Herzegovina en los años 1990. Pero se hizo con un mandato de la ONU.
Aunque en principio indispensable, Estados Unidos y Gran Bretaña podrían decidir seguir adelante con la zona de exclusión aérea sin el aval de la ONU ni de la OTAN, como fue el caso en Irak en 1991, tras la primera guerra del Golfo. Pero a riesgo de abrir una crisis diplomática internacional y reavivar las divisiones transatlánticas que surgieron durante la invasión de ese mismo país en 2003.
Estados Unidos y Gran Bretaña han aludido a la opción de crear una zona de exclusión aérea en Libia para impedir a los aviones militares de Gadafi bombardear a su propio pueblo, pero Francia insiste en que cualquier medida de ese calado requiere un mandato previo de la ONU.
París "comunicó sus reticencias" a una intervención militar durante una reunión este miércoles de los embajadores de los 28 países de la OTAN en Bruselas, explicó el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé. Una acción militar "podría unir las opiniones públicas y los pueblos árabes contra el norte del Mediterráneo", advirtió Juppé, estimando empero "posible" "continuar planificando" una zona de exclusión aérea "a condición" de que sea activada únicamente por decisión del Consejo de Seguridad de la ONU.
La OTAN prepara "planes de contingencia" en caso de que la ONU pida a la Alianza Atlántica una intervención en Libia, indicaron por su parte fuentes diplomáticas de la organización tras la reunión en Bruselas.
No "hay consenso en el seno de la OTAN para un recurso a la fuerza", reconoció el martes el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates.
Su país envió este miércoles dos navíos de guerra a aguas del Mediterráneo, al tiempo que Gadafi, tras lanzar una contraofensiva aérea y terrestre contra sus opositores, advertía de que una intervención militar extranjera dejaría "miles de muertos".
Para Turquía, país árabe miembro de la OTAN, "sería absurdo" una intervención de la Alianza Atlántica en Libia. "La OTAN no tiene nada que hacer ahí. La OTAN sólo puede intervenir cuando un país aliado es atacado", defendió el lunes el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, recordando la misión fundamental de la Alianza militar.
Moscú, que mantiene relaciones a menudo complicadas con la OTAN, su enemigo durante la Guerra Fría, afirmó que "los acontecimientos recientes le dan un pretexto para tratar de implantarse en la región, pretendiendo querer pacificar la situación en África del Norte", acusó el representante ruso ante la Alianza, Dimitri Rogozine.
En el aspecto práctico, la organización dispone de los medios adecuados para imponer una zona de exclusión aérea, pero la operación sería compleja, con la movilización de muchos recursos.
En primer lugar, se necesitarían aviones de vigilancia tipo AWACS, de los que la OTAN dispone de una flota basada en Alemania, mientras que Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña poseen una cada uno a nivel individual.
Pero también se desplegarían cazas para detectar vuelos sospechosos e interceptarlos, radares, etc. El centro neurálgico de las operaciones radicaría en las bases que Estados Unidos tiene en Italia.
Una operación similar fue realizada en Bosnia-Herzegovina en los años 1990. Pero se hizo con un mandato de la ONU.
Aunque en principio indispensable, Estados Unidos y Gran Bretaña podrían decidir seguir adelante con la zona de exclusión aérea sin el aval de la ONU ni de la OTAN, como fue el caso en Irak en 1991, tras la primera guerra del Golfo. Pero a riesgo de abrir una crisis diplomática internacional y reavivar las divisiones transatlánticas que surgieron durante la invasión de ese mismo país en 2003.