Japón ordena nuevas medidas de seguridad en todas las centrales de forma urgente

El Gobierno sugiere el desmantelamiento total de la planta de Fukushima.- Los niveles de yodo radiactivo en el mar cerca de la central superan en 3.300 veces lo permitido.- Tepco estudia cómo drenar el agua que sigue inundando la zona de turbinas de los reactores 1, 2 y 3

Tokio, Agencias
Casi tres semanas después de que un potente terremoto y un tsunami desencadenaran la peor crisis nuclear que ha vivido el mundo desde Chernóbil (Ucrania, 1986), las perspectivas de estabilizar la situación en la central de Fukushima parecen muy lejanas. El hallazgo de yodo radiactivo en el mar cerca de la planta, que supera en 3.355 veces los niveles permitidos por las autoridades, la máxima medición hasta ahora, añade presión a los esfuerzos de los trabajadores que luchan por extraer el agua altamente radiactiva que inunda parte de las unidades 1, 2 y 3. En un intento por evitar que se repita una crisis similar, el Gobierno japonés ha ordenado a todas las operadoras de centrales nucleares del país la puesta en marcha inmediata de nuevas medidas de seguridad.

Estos pasos, que han de ser completados en un mes, incluyen preparar un sistema alternativo de energía en caso de fallo del principal, disponer de camiones de bomberos con mangueras preparadas para intervenir en cualquier momento y asegurar el mantenimiento de los sistemas de refrigeración tanto de reactores como de piscinas de residuos, informa Reuters. Las empresas deberán además revisar sus manuales de operaciones y preparar al personal de acuerdo con las nuevas reglas. Las medidas, que serán desarrolladas por la agencia de seguridad del Ministerio de Economía, Comercio e Industria, no requerirán que se detenga el funcionamiento de las plantas.

"Son los pasos mínimos que se nos ocurre en estos momentos que deben hacerse inmediatamente", ha dicho el ministro, Banri Kaieda, en conferencia de prensa. "No deberíamos esperar a que se prepare una revisión completa -algo a fondo que tomaría mucho tiempo-. Debemos hacer lo que se pueda si es algo viable y necesario", ha añadido. El Gobierno, muy criticado por su gestión de la crisis de Fukushima, ha sugerido que habría que clausurar toda la central, incluidos los reactores 5 y 6, que se han logrado desconectar de forma segura. "Creo que está muy claro desde el punto de vista de la sociedad", ha opinado el portavoz gubernamental, Yukio Edano. Poco antes, la operadora de Fukushima, Tokyo Electric Power (Tepco), había afirmado que será inevitable el desmantelamiento de los cuatro reactores dañados, pero que consultaría a la población local si mantener en funcionamiento los reactores 5 y 6 y la cercana Fukushima 2 (Daini).

Edano ya ha advertido que pasará aún tiempo hasta que los residentes de la zona evacuados puedan volver a sus hogares. Pese a los mensajes tranquilizadores del Gobierno, las noticias que se conocen cada día siguen reflejando el riesgo de fugas radiactivas. Al hallazgo de plutonio el lunes en el suelo del complejo atómico, se añade la detección de yodo con altos niveles de radiación en muestras de agua de mar tomadas ayer a 330 metros al sur de un desagüe cercano a los reactores 1 a 4 de la central .

A pesar de que la pesca en la región ya había sido prohibida y todos los residentes en el área de la central han sido evacuados, el director general adjunto de la Agencia de Seguridad Nuclear nipona, Hidehiko Nishiyama, se ha mostrado tranquilizador con las consecuencias de la contaminación. "El yodo 131 tiene una vida media de ocho días, por lo que para cuando pueda llegar a la gente ya estará considerablemente degradado", ha afirmado.

Las muestras tomadas ayer revelaron un fuerte incremento del isótopo 131 del yodo respecto al fin de semana, cuando llegaron a ser 1.850 veces superiores a lo normal. Esta concentración tan alta y a esta distancia de la planta accidentada sugiere que la radiación proveniente de los núcleos de los reactores, donde las barras de combustible se han fundido parcialmente, siguen filtrándose al océano Pacífico. Sin embargo, el portavoz de la Agencia de Seguridad Nuclear admitió que no se conoce la causa exacta de la alta concentración de yodo ni de cómo se ha filtrado al mar.

A 50 metros al norte de la central, cerca de los reactores 5 y 6, el nivel de yodo radiactivo detectado ayer era 1.262 veces superior a los estándares legales, también el registro más alto hasta ese momento, informa Efe.

En paralelo, la alta radiación del agua que inunda varias zonas de la central sigue dificultando el trabajo de los operarios que intentan reactivar su sistema de refrigeración, dañado por el seísmo. Tepco estudia el mejor modo de drenar el agua que sigue inundando la zona de turbinas de las unidades 1, 2 y 3 de la central, y que se cree podría provenir de la vasija de contención de los reactores, informa la televisión pública NHK . Según la empresa, el agua hallada en las cercanías del reactor 1 podría haber sido llevada hasta allí durante el tsunami y si los análisis muestran que el nivel de radiactividad es seguro, se estudia verterla directamente al mar.

Mientras los responsables japoneses estudian cómo retirar el agua contaminada, Francia ha anunciado que para asistir en esa tarea enviará tres expertos nucleares de la estatal Areva , uno de los mayores grupos de energía atómica del mundo, que se sumarán a otros dos que ya están en Japón y a un sexto del Consejo de la Energía Atómica. Está previsto, además, que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, haga mañana jueves una breve visita a Tokio durante la que se reunirá con el primer ministro nipón para abordar la posibilidad de ampliar la ayuda gala en la actual crisis nuclear.

La alta radiación del agua, unida al hallazgo el pasado lunes de trazas de plutonio en el terreno de la central apuntan a filtraciones de un reactor, lo que forzó ayer al primer ministro Naoto Kan a reconocer en el Parlamento que la situación en la planta continuaba siendo "impredecible". Kan dijo que el Gobierno está en estado de "máxima alerta".

El presidente de EE UU, Barack Obama, ha conversado telefónicamente con el primer ministro japonés esta madrugada (hora española) para conocer personalmente el desarrollo de las labores de refrigeración de la central. Obama ha prometido asistencia a largo plazo a Japón para hacer frente a la crisis nuclear y las consecuencias del terremoto y el tsunami del día 11, cuyo último balance de víctimas se sitúa en 11.232 muertos y 16.361 desaparecidos, informa Efe.

Zona de seguridad

Algunos diputados criticaron al primer ministro por su gestión de la crisis y por no ampliar la zona de exclusión alrededor de la central más allá de los 20 kilómetros obligatorios. Kan afirmó que estaba consultando sobre la necesidad de esta medida, que forzaría a evacuar a las 130.000 personas que viven entre 20 y 30 kilómetros de la planta. El viernes de la semana pasada, las autoridades instaron a los residentes en esta franja a que se fueran de forma voluntaria, debido a la dificultad de enviarles suministros. Un total de 70.000 personas tuvieron que dejar sus hogares cuando se fijó la zona de exclusión inicial.

La presión ha aumentado después de que el Ministerio de Ciencia de Japón y la organización ecologista Greenpeace dijeran el lunes pasado que han identificado radiación elevada a 40 kilómetros de la planta. Greenpeace ha pedido que se amplíe la zona de exclusión más allá de los 20 kilómetros oficiales. Estados Unidos ha recomendado a sus ciudadanos que vivían a menos de 80 kilómetros que abandonen la zona o no salgan al exterior.

La Agencia de Seguridad Nuclear e Industrial de Japón aseguró que, aunque las cantidades de plutonio encontradas no suponen un riesgo para la salud, el descubrimiento significa que el mecanismo de contención del reactor se ha roto.

El hallazgo de plutonio -supuestamente procedente del reactor número 3 de los seis que tiene la central- y la alta radiactividad encontrada en gran cantidad de agua en un túnel subterráneo junto al reactor 2, que se cree que procede de la vasija que contiene las barras de combustible o del sistema de conducciones, suponen un fuerte contratiempo para los equipos de emergencia que luchan para controlar la planta tras los graves daños sufridos como consecuencia del terremoto y el tsunami del pasado 11 de marzo.

Los técnicos están batallando para restablecer el suministro eléctrico y volver a poner en marcha los equipos de refrigeración. Pero el Gobierno recordó ayer de nuevo que la prioridad sigue siendo inyectar agua en los reactores para evitar que las barras de combustible queden expuestas totalmente al aire, ya que en este caso se calentarían rápidamente, se fundirían y se produciría una fuga masiva de radiactividad. Fukushima se encuentra 240 kilómetros al norte de Tokio.

"Tenemos que evitar que las barras de combustible se sigan calentando y se sequen", dijo Yukio Edano, portavoz del Ejecutivo en una rueda de prensa televisada. "Tenemos que dar prioridad a la inyección de agua".

Los técnicos que trabajan en Fukushima han desafiado la radiactividad para regar mediante potentes bombas los reactores, en los que se cree que las barras se han fundido parcialmente. Pero el lanzamiento de toneladas de agua ha creado otro problema. El agua, tras ser vertida sobre los reactores, sale con altos niveles de radiación -1.000 milisievert, cuatro veces el límite admitido para los trabajadores de los equipos de emergencia-, y se ha acumulado en los sótanos de las salas de turbinas que conectan tres de los reactores y ha llenado los túneles adyacentes. Estos se encuentran a unos 60 metros del mar. El problema es qué hacer con el líquido, que amenaza con desbordarse y acabar en el océano.

La crisis va para largo. "El tiempo que va a llevar mitigar este accidente no se mide en días o semanas, se mide en meses o quizás incluso en años", dijo el lunes Robert Peter Gale, uno de los mayores especialistas en cáncer, inmunología y radiación, que formó parte del equipo médico que trató a los afectados de Chernóbil.

Según algunos expertos, la falta de información y los datos contradictorios hacen difícil comprender lo que ocurre en Fukushima, que parece haber pasado de una fase de amenaza de fusión del núcleo de los reactores a otra en la cual es primordial la gestión de las fugas de radiactividad. El Gobierno afirmó ayer que en el futuro podría nacionalizar Tepco.

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