Gadafi trata de romper el cerco de Trípoli y Occidente busca ahogar a su régimen
Trípoli, Agencias
El líder libio, Muamar Gadafi, acorralado en Trípoli, trataba de recuperar territorios conquistados por la rebelión e ignoraba la presión de los países occidentales, que este martes estudiaban imponer una veda de vuelos sobre el país norafricano para ahogar a su régimen.
"La comunidad internacional mantendrá la presión" hasta que Gadafi "se retire y permita a la gente expresarse libremente y determinar su propio futuro", dijo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, en declaraciones a la televisión ABC. "Lo presionaremos económicamente (...). Lo presionaremos militarmente", recalcó la diplomática en otra entrevista con el canal NBC.
Estados Unidos y sus aliados europeos evalúan movilizar a la OTAN para imponer una veda de vuelos sobre Libia, a fin de impedir que los aviones de Gadafi bombardeen zonas pobladas. Pero eso requeriría la destrucción previa de los sistemas de defensa antiaérea libios, advirtió el general estadounidense James Mattis, al mando de la zona.
Francia aclaró por su lado que "no habrá ninguna intervención militar (en Libia) sin mandato claro de Naciones Unidas".
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) se dijo opuesta a cualquier intervención. "Todas las opciones deben ser utilizadas para solucionar conflictos por medios pacíficos", sostuvo el secretario general de la OCI, Ekmeleddin Ihsanoglu, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
La oposición libia observa con recelo las opciones militares, pues teme que una intervención extranjera reste legitimidad a la insurrección.
Gadafi ya ha perdido el control de los principales pozos petroleros del país a manos de la insurrección y la comunidad internacional buscaba completar la asfixia económica del régimen.
Estados Unidos bloqueó 30.000 millones de dólares de activos libios, en la mayor congelación de fondos jamás realizada, y la Unión Europea (UE) decretó sanciones que van del embargo de armas a la congelación de fondos de Gadafi y sus allegados.
En el terreno, los militares leales a Gadafi reforzaron la frontera con el sur de Túnez, que habían desertado el domingo y el lunes, según declararon testigos a la AFP.
Los milicianos de Gadafi habían intentado en la madrugada de este martes volver a ocupar Zauiya, a 60 km al oeste de la capital, pero fueron repelidos, indicaron residentes contactados por teléfono por la AFP.
La rebelión, que en dos semanas ha conquistado la mayor parte del territorio libio, creó en Bengasi (1.000 km al este de Trípoli) un consejo militar, que integra a oficiales desertores, aunque no a todas las ciudades sublevadas. El nuevo órgano discute la conveniencia de lanzar un ataque contra la capital.
El general Ahmed Qatrani, encargado de administrar las fuerzas militares en Bengasi, excluyó esa idea. "Estamos en contacto con los opositores de allá, pero nos piden que no hagamos nada. Dicen ser capaces de dirigir ellos mismos la insurrección", afirmó el jefe militar, citado por una responsable del bastión opositor de Bengasi.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, ejerce su autoridad tan sólo en Trípoli y sus alrededores y en un puñado de bastiones del árido sur. Pero la oposición ya se atreve a desafiarlo con pintadas que piden su caída en los suburbios mismos de la capital.
Un responsable ruso, citado por la agencia Interfax, afirmó que "incluso si Gadafi logra controlar la situación, es un cadáver político que no tiene lugar en el mundo civilizado contemporáneo".
Pero el líder libio se aferra al poder y niega obstinadamente la magnitud de la insurrección. "Mi pueblo me adora. Morirían por protegerme", dijo en una entrevista con medios occidentales el lunes en Trípoli.
Al menos mil personas murieron desde el inicio del levantamiento popular el 15 de febrero, según balances de organizaciones de defensa de los derechos humanos.
La ONU teme además una catástrofe humanitaria por el éxodo de decenas de miles de personas que huyen del país por las fronteras con Egipto y Túnez. La situación en la frontera con Túnez es "crítica", advirtió el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Los precios del petróleo volvieron a subir este martes en la apertura del mercado neoyorquino, ante las inquietudes provocadas por las tensiones regionales. El barril de referencia ganaba en la apertura del mercado neoyorquino 84 centavos, a 97,81 dólares.
La agitación sigue viva en los países musulmanes del norte de África y Oriente Medio desde las revueltas populares que desde inicios de año derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto. Una masiva manifestación reclamó este martes en Saná, la capital de Yemen, la renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh, quien acusó a Israel y a Estados Unidos "de orquestar" la revuelta árabe.
El príncipe heredero de Bahréin, Salman ben Hamad al Jalifa, dijo el lunes que la calma regresó al reino, sin que eso impidiera este martes una nueva y multitudinaria protesta de Manama.
En Teherán, al menos cinco personas fueron detenidas en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que protestaban contra la detención de los líderes opositores Mir Hosein Musavi y de Mehdi Karubi. El fiscal de la República Islámica desmintió sin embargo esas dos detenciones.
El líder libio, Muamar Gadafi, acorralado en Trípoli, trataba de recuperar territorios conquistados por la rebelión e ignoraba la presión de los países occidentales, que este martes estudiaban imponer una veda de vuelos sobre el país norafricano para ahogar a su régimen.
"La comunidad internacional mantendrá la presión" hasta que Gadafi "se retire y permita a la gente expresarse libremente y determinar su propio futuro", dijo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Susan Rice, en declaraciones a la televisión ABC. "Lo presionaremos económicamente (...). Lo presionaremos militarmente", recalcó la diplomática en otra entrevista con el canal NBC.
Estados Unidos y sus aliados europeos evalúan movilizar a la OTAN para imponer una veda de vuelos sobre Libia, a fin de impedir que los aviones de Gadafi bombardeen zonas pobladas. Pero eso requeriría la destrucción previa de los sistemas de defensa antiaérea libios, advirtió el general estadounidense James Mattis, al mando de la zona.
Francia aclaró por su lado que "no habrá ninguna intervención militar (en Libia) sin mandato claro de Naciones Unidas".
La Organización de la Conferencia Islámica (OCI) se dijo opuesta a cualquier intervención. "Todas las opciones deben ser utilizadas para solucionar conflictos por medios pacíficos", sostuvo el secretario general de la OCI, Ekmeleddin Ihsanoglu, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU en Ginebra.
La oposición libia observa con recelo las opciones militares, pues teme que una intervención extranjera reste legitimidad a la insurrección.
Gadafi ya ha perdido el control de los principales pozos petroleros del país a manos de la insurrección y la comunidad internacional buscaba completar la asfixia económica del régimen.
Estados Unidos bloqueó 30.000 millones de dólares de activos libios, en la mayor congelación de fondos jamás realizada, y la Unión Europea (UE) decretó sanciones que van del embargo de armas a la congelación de fondos de Gadafi y sus allegados.
En el terreno, los militares leales a Gadafi reforzaron la frontera con el sur de Túnez, que habían desertado el domingo y el lunes, según declararon testigos a la AFP.
Los milicianos de Gadafi habían intentado en la madrugada de este martes volver a ocupar Zauiya, a 60 km al oeste de la capital, pero fueron repelidos, indicaron residentes contactados por teléfono por la AFP.
La rebelión, que en dos semanas ha conquistado la mayor parte del territorio libio, creó en Bengasi (1.000 km al este de Trípoli) un consejo militar, que integra a oficiales desertores, aunque no a todas las ciudades sublevadas. El nuevo órgano discute la conveniencia de lanzar un ataque contra la capital.
El general Ahmed Qatrani, encargado de administrar las fuerzas militares en Bengasi, excluyó esa idea. "Estamos en contacto con los opositores de allá, pero nos piden que no hagamos nada. Dicen ser capaces de dirigir ellos mismos la insurrección", afirmó el jefe militar, citado por una responsable del bastión opositor de Bengasi.
Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, ejerce su autoridad tan sólo en Trípoli y sus alrededores y en un puñado de bastiones del árido sur. Pero la oposición ya se atreve a desafiarlo con pintadas que piden su caída en los suburbios mismos de la capital.
Un responsable ruso, citado por la agencia Interfax, afirmó que "incluso si Gadafi logra controlar la situación, es un cadáver político que no tiene lugar en el mundo civilizado contemporáneo".
Pero el líder libio se aferra al poder y niega obstinadamente la magnitud de la insurrección. "Mi pueblo me adora. Morirían por protegerme", dijo en una entrevista con medios occidentales el lunes en Trípoli.
Al menos mil personas murieron desde el inicio del levantamiento popular el 15 de febrero, según balances de organizaciones de defensa de los derechos humanos.
La ONU teme además una catástrofe humanitaria por el éxodo de decenas de miles de personas que huyen del país por las fronteras con Egipto y Túnez. La situación en la frontera con Túnez es "crítica", advirtió el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR).
Los precios del petróleo volvieron a subir este martes en la apertura del mercado neoyorquino, ante las inquietudes provocadas por las tensiones regionales. El barril de referencia ganaba en la apertura del mercado neoyorquino 84 centavos, a 97,81 dólares.
La agitación sigue viva en los países musulmanes del norte de África y Oriente Medio desde las revueltas populares que desde inicios de año derrocaron a los regímenes autoritarios de Túnez y Egipto. Una masiva manifestación reclamó este martes en Saná, la capital de Yemen, la renuncia del presidente Alí Abdalá Saleh, quien acusó a Israel y a Estados Unidos "de orquestar" la revuelta árabe.
El príncipe heredero de Bahréin, Salman ben Hamad al Jalifa, dijo el lunes que la calma regresó al reino, sin que eso impidiera este martes una nueva y multitudinaria protesta de Manama.
En Teherán, al menos cinco personas fueron detenidas en enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes que protestaban contra la detención de los líderes opositores Mir Hosein Musavi y de Mehdi Karubi. El fiscal de la República Islámica desmintió sin embargo esas dos detenciones.