El Gobierno sirio responde con la promesa de reformas a la oleada de protestas

El Ejecutivo asegura que subirá el sueldo a los funcionarios y revisará la ley de emergencia después de que miles de ciudadanos tomaran las calles como protesta por la muerte de 37 manifestantes abatidos a tiros por las fuerzas de seguridad.

Damasco, El País

El Gobierno sirio ha respondido con la promesa de reformas a la oleada de revueltas que ha tomado las calles tras la sangrienta represión de las fuerzas de seguridad, que ayer abrió fuego contra cientos de jóvenes que marchaban en la ciudad de Deraa y dejó al menos 37 muertos. Ante los miles de manifestantes que hoy han avanzado en los funerales por nueve manifestantes muertos ayer (20.000 según algunos testigos), coreando consignas en las que reclaman libertad y en medio de un fuerte despliegue militar, el Ejecutivo de Bachar el Asad ha prometido que subirá los sueldos de los funcionarios, proveerá recursos para los desempleados jóvenes y mejorará el sistema de toma de decisiones del Gobierno.

La promesa de reformas la ha anunciado la asesora de medios del presidente sirio, Buthaina Shaaban, en una conferencia de prensa retransmitida por la cadena Al Yazira. "El presidente no quiere que se derrame ni una gota de sangre", ha asegurado la portavoz. Y ha añadido que el Gobierno reconoce que "se han cometido errores" en materia de seguridad. Entre las reformas prometidas, Shaaban ha enumerado un aumento de los sueldos de los funcionarios, la provisión de recursos para los desempleados jóvenes y la mejora del sistema de toma de decisiones del Gobierno.

De más calado es el anuncio de una puesta en marcha de "mecanismos eficaces contra la corrupción", estudiar el fin de la ley de emergencia y prepara un borrador de ley sobre partidos políticos. También ha asegurado que se elaborará una nueva ley de prensa para más "transperencia y libertad". Una batería de promesas cuyo objetivo es atender las "demandas justificadas" del pueblo. El Ejecutivo sirio emprende así una vía, la del anuncio de reformas, a la que ya recurrieron otros países musulmanes ante las revueltas, como Marruecos, Arabia Saudí y Yemen . Otros, como Bahréin, optaron por amnistiar presos políticos.

La matanza de manifestantes en Deraa ha recibido el rechazo internacional. El Gobierno de España ha rechazado "el uso de la violencia, de la intimidación y de las detenciones arbitrarias de ciudadanos", según señala un comunicado oficial. Y añade: "Es una vía inaceptable para enfrentarse a los cambios profundos que están teniendo lugar en el mundo árabe y a los que Siria no puede permanecer ajena, como muestra la evolución de los acontecimientos en el país". El texto concluye con "un llamamiento para que se respete el derecho legítimo de los manifestantes a exponer sus reivindicaciones de manera pacífica y se inicie un diálogo con quienes demandan reformas en el país".

Alemania también ha urgido al Gobierno sirio a que ponga fin a la violencia contra los civiles, y Reino Unido y Francia le han instado a emprender reformas para abrazar la democracia. "La violencia debe acabar inmediatamente. El Gobierno sirio debe garantizar que se respeten los derechos humanos y civiles básicos, así como el imperio de la ley", ha señalado el ministro de Exteriores alemán, Guido Westerwelle, en un comunicado. Con todo, la portavoz gubernamental ha cargado contra los medios de comunicación y contra lo que ha tildado de "exageración" de medios extranjeros de la violencia en Deraa. "Algunos medios creeen antes a Londres" que al Gobierno, ha dicho. "Sean sinceros", ha remachado.

Gritos contra el Gobierno

"Los traidores no matan a su propia gente. Dios, Siria, libertad. ¡Que la sangre de los mártires no se derrame en vano!", es uno de los cánticos que se oían en el cementerio sur de Deraa. La procesión ha partido de la mezquita de Al Omari, epicentro de las protestas de la última semana, y no se ha informado de incidentes violentos. La ciudad, según cuentan testigos citados por la cadena Al Yazira, está tomada por cientos de soldados con fusiles kaláshnikov que patrullan las calles principales bajo una fuerte lluvia, e impiden reuniones públicas. Hay puestos de control en las entradas de la ciudad, que impiden el acceso a los periodistas.

En días anteriores, el Ejército había adoptado un papel más secundario, dejando el control de las protestas contra el régimen de Bachar el Asad a la policía secreta y unidades especiales, en esta zona agraria que se ha convertido en el epicentro de unas inéditas manifestaciones exigiendo libertades políticas y el fin de la corrupción. Se trata de los peores disturbios a los que ha hecho frente El Asad desde que tomó el poder en 2000, tras la muerte de su padre. En Siria rige el estado de emergencia desde 1963, y no se toleran disensiones contra el Gobierno.

La represión brutal de ayer refleja la escalada dramática de una semana de protestas en esta ciudad fronteriza con Jordania, durante la cual han muerto al menos 44 civiles desde el viernes. "Recibimos los cadáveres a las cinco de la tarde (una hora menos en la España peninsular). Todos tenían heridas de balas", ha dicho el trabajador del hospital, que no ha querido dar su nombre.

Los incidentes de ayer comenzaron de madrugada, cuando las fuerzas de seguridad trataron de entrar la mezquita de Al Omari, con la excusa de detener a una "banda armada" que había acumulado armas y municiones en el edificio y había "secuestrado niños que usaba como escudos humanos", y dispararon contra los manifestantes que trataron de impedir el asalto, causando varios muertos. Las fuerzas de seguridad volvieron a abrir fuego en los funerales contra estas víctimas, aunque la mayoría de los fallecidos se produjeron en la tarde, cuando dispararon indiscriminadamente contra cientos de jóvenes de localidades vecinas que trataban de acceder a Deraa para protestar contra la violencia.

Es muy difícil confirmar el número de muertos en los distintos enfrentamientos de ayer, ya que algunos heridos y muertos han podido ser trasladados a hospitales de otras localidades. Activistas de derechos humanos han entregado a la cadena BBC una lista con 45 personas que afirman que han muerto en la represión, mientras que otros activistas y testigos citados por France Presse hablan de hasta un centenar.

Las autoridades sirias han negado en los últimos días las cifras de fallecidos dadas por los opositores, y han acusado a "partes extranjeras", en referencia a Israel, de "propagar mensajes" sobre Deraa y fomentar la revuelta. En un tradicional bastión del partido gobernante, el Baaz, se han escuchado en los últimos días muestras de descontento contra la alianza de El Asad con Irán y el partido-milicia libanés Hezbolá.

Los manifestantes prodemocráticos han convocado una protesta multitudinaria para mañana en todo el país, con el nombre de "Viernes de dignidad", a través de redes sociales, una herramienta clave en las revueltas de Túnez y Egipto. También en Siria se utilizó Facebook para convocar a los opositores al régimen, en una página llamada "la revolución siria contra Bachar el Asad 2011", a marchas para lograr "una Siria sin tiranía, sin ley de emergencia ni tribunales de excepción". Tras unas pequeñas protestas en la capital, rápidamente disueltas, el movimiento se ha asentado en el sur.

Países como EE UU, Francia y Reino Unido han expresado su preocupación por los acontecimientos en Siria. Mientras que Washington y París han condenado el uso de la violencia, Londres ha pedido "respeto" al derecho a "protestas pacíficas" y "contención a todas las partes, incluidas las fuerzas de seguridad sirias", en las manifestaciones convocadas mañana.

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