El control del embargo de armas, primera misión de la OTAN frente a Gadafi
Bruselas, Agencias
La OTAN asumirá el control del embargo de armas sobre el régimen libio y está lista para participar en la implementación de una zona de exclusión aérea, anunciaron este martes sus países miembros, hasta ahora muy divididos sobre el papel de la Alianza en la ofensiva contra Gadafi.
La OTAN "decidió encargarse de hacer implementar el embargo de armas desde el mar", indicaron fuentes diplomáticas, durante el séptimo día consecutivo de reuniones consagradas a Libia en el cuartel general de Bruselas.
El almirante Stavridis, comandante de operaciones, "moviliza barcos y aviones en el Mediterráneo Central" para inspeccionar y "si es necesario interceptar" navíos sospechosos de transportar armas ilegales o mercenarios, precisó después el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen.
La OTAN aportará así medios aeronavales para velar por el cumplimiento de esta medida decidida por el Consejo de Seguridad de la ONU, en lo que será su primera intervención desde el inicio el sábado de la ofensiva liderada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia contra el líder libio, Muamar Gadafi.
La organización se mostró además dispuesta a ampliar su participación para frenar a las fuerzas del régimen libradas a una guerra contra los opositores, especialmente en la implementación de una zona de exclusión aérea.
Sus 28 países miembros "finalizaron los planes" para implementar esa medida y "contribuir en los esfuerzos internacionales si es necesario para proteger al pueblo libio de la violencia del régimen de Gadafi", señaló Rasmussen.
La coalición integrada por una decena de países occidentales ataca actualmente las posiciones del régimen libio y tiene como objetivo crear una zona de exclusión aérea para impedir volar a los aviones de Gadafi, en aplicación de la resolución 1973 aprobada el pasado jueves por el Consejo de Seguridad.
Los países miembros de la OTAN se hallan muy divididos sobre el nivel de intervención que ésta debe asumir en la ofensiva. El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró el lunes que la OTAN "desempeñará un papel" en un plazo de "varios días y no semanas". La Alianza "se implicará en una función de coordinación por su capacidad extraordinaria", aseguró Obama, al tiempo que el primer ministro británico, David Cameron, abogaba porque ésta tome las riendas "en algún momento".
Algunas naciones como Italia, Bélgica, Dinamarca, Noruega y Canadá, que también movilizaron medios para la coalición que ataca ahora Libia, reclaman la transferencia rápida a la OTAN del mando de las operaciones.
Pero Francia es reacia a un papel de envergadura, temiendo provocar el rechazo del mundo árabe, hostil a la Alianza Atlántica, especialmente por su guerra en Afganistán.
Turquía, apoyada por Alemania, también se opone a una intervención de la organización para evitar todo riesgo de provocar víctimas civiles. Ambos países dejaron muy claro que no participarán en misiones de combate en Libia.
La división en el seno de la OTAN se transformó en algunas capitales en exasperación: Italia amenazó con denegar a la coalición el acceso a sus bases para intervenir en Libia y Noruega aseguró que no dará la orden de actuar a sus aviones F-16 ya movilizados en la zona hasta que no se determine el papel de la organización.
La OTAN asumirá el control del embargo de armas sobre el régimen libio y está lista para participar en la implementación de una zona de exclusión aérea, anunciaron este martes sus países miembros, hasta ahora muy divididos sobre el papel de la Alianza en la ofensiva contra Gadafi.
La OTAN "decidió encargarse de hacer implementar el embargo de armas desde el mar", indicaron fuentes diplomáticas, durante el séptimo día consecutivo de reuniones consagradas a Libia en el cuartel general de Bruselas.
El almirante Stavridis, comandante de operaciones, "moviliza barcos y aviones en el Mediterráneo Central" para inspeccionar y "si es necesario interceptar" navíos sospechosos de transportar armas ilegales o mercenarios, precisó después el secretario general de la Alianza, Anders Fogh Rasmussen.
La OTAN aportará así medios aeronavales para velar por el cumplimiento de esta medida decidida por el Consejo de Seguridad de la ONU, en lo que será su primera intervención desde el inicio el sábado de la ofensiva liderada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia contra el líder libio, Muamar Gadafi.
La organización se mostró además dispuesta a ampliar su participación para frenar a las fuerzas del régimen libradas a una guerra contra los opositores, especialmente en la implementación de una zona de exclusión aérea.
Sus 28 países miembros "finalizaron los planes" para implementar esa medida y "contribuir en los esfuerzos internacionales si es necesario para proteger al pueblo libio de la violencia del régimen de Gadafi", señaló Rasmussen.
La coalición integrada por una decena de países occidentales ataca actualmente las posiciones del régimen libio y tiene como objetivo crear una zona de exclusión aérea para impedir volar a los aviones de Gadafi, en aplicación de la resolución 1973 aprobada el pasado jueves por el Consejo de Seguridad.
Los países miembros de la OTAN se hallan muy divididos sobre el nivel de intervención que ésta debe asumir en la ofensiva. El presidente estadounidense, Barack Obama, aseguró el lunes que la OTAN "desempeñará un papel" en un plazo de "varios días y no semanas". La Alianza "se implicará en una función de coordinación por su capacidad extraordinaria", aseguró Obama, al tiempo que el primer ministro británico, David Cameron, abogaba porque ésta tome las riendas "en algún momento".
Algunas naciones como Italia, Bélgica, Dinamarca, Noruega y Canadá, que también movilizaron medios para la coalición que ataca ahora Libia, reclaman la transferencia rápida a la OTAN del mando de las operaciones.
Pero Francia es reacia a un papel de envergadura, temiendo provocar el rechazo del mundo árabe, hostil a la Alianza Atlántica, especialmente por su guerra en Afganistán.
Turquía, apoyada por Alemania, también se opone a una intervención de la organización para evitar todo riesgo de provocar víctimas civiles. Ambos países dejaron muy claro que no participarán en misiones de combate en Libia.
La división en el seno de la OTAN se transformó en algunas capitales en exasperación: Italia amenazó con denegar a la coalición el acceso a sus bases para intervenir en Libia y Noruega aseguró que no dará la orden de actuar a sus aviones F-16 ya movilizados en la zona hasta que no se determine el papel de la organización.