Cristina Kirchner abre la puerta para presentarse a la reelección en octubre
Buenos Aires, El País
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en su primera comparecencia ante el Parlamento tras la muerte de su marido, el pasado mes de octubre, ironizó ayer sobre su eventual deseo de acudir a la reelección el 23 de octubre, pero al mismo tiempo presentó un balance tan satisfactorio de la política seguida hasta ahora, primero por Néstor Kirchner y luego por ella misma, que dio la impresión de estar dispuesta a lanzarse de nuevo a la batalla e intentar proseguir con el "modelo" otros cuatro años más.
"¿Alguien me escuchó decir que voy a ir por la reelección en 2011? No se hagan los rulos (no se preparen para la fiesta)", aseguró ante los diputados y senadores que seguían su discurso de apertura de la nueva legislatura. La presidenta pareció en forma, y habló, como es su costumbre, durante más de una hora sin leer un texto escrito sino ayudándose de algunas notas económicas.
Cristina Fernández fue más clara sobre los rumores acerca de un plan de sus seguidores para modificar la Constitución e intentar no solo ganar el próximo mandato, sino dejar abierta la puerta a un tercero (lo que ahora es ilegal). "Soy la primera presidente que no tiene un presupuesto (el oficialismo no alcanzó la mayoría en las últimas legislativas), así que ¿cómo voy a lograr una reforma constitucional?", explicó.
A su llegada al Congreso, Cristina Fernández saludo fríamente a su vicepresidente, Julio Cobos, con quien no se habla desde hace casi tres años y se mostró disgustada cuando algunos asistentes, entre el público, gritaron el nombre de Cobos: "Un poco más de educación para su gente, señor vicepresidente", dejó oír sin disimulo.
Su intervención, sin embargo, estuvo fundamentalmente dedicada a reivindicar la política de crecimiento económico puesta en marcha por su marido, a quien adjudicó la autoría intelectual del modelo. "Si algo dejó este año del Bicentenario es la certeza de que el modelo que inició ese hombre era el camino indicado". La presidenta recordó que el crecimiento económico llegó en 2010 al 9,1% y que se ha producido el mayor desendeudamiento "de que se tenga memoria en Argentina". Las reservas actuales del Banco Central superan los 52.350 millones de dólares, anunció y pidió un mayor esfuerzo para aprobar una ley penal contra la evasión fiscal.
Cristina Fernández negó que exista mal clima para los negocios (en 2010 se llegó al record de inversión) y defendió el desarrollo del sector industrial, que ya aporta el mayor porcentaje de la recaudación anual de impuestos. "No vamos a aceptar ningún tipo de presión que distorsione el modelo", aseguró. Al mismo tiempo anunció una nueva ley de adopción y una asignación universal para embarazadas, momento en el que parte del público y de los mismos diputados empezaron a cantar "Néstor no se murió, no se murió".
La presidenta ironizó sobre las quejas de los productores agrarios, que se benefician de la política de cambio de su Gobierno. "Este año se va a llegar a los 100.000 toneladas de grano. Afortunados los que tienen las vaquitas, como diría Atahualpa", bromeó. Tampoco dejó pasar la ocasión de distanciar a su teórico aliado, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, al aludir a quienes quieren más cárceles y no más escuelas. Scioli hace frente a muchas quejas por la creciente inseguridad ciudadana y ha pedido, sin éxito, mayor capacidad de represión.
La oposición centró sus críticas fundamentalmente en el hecho de que la presidenta eludió mencionar el fuerte incremento de la inflación, que se ha convertido en uno de los principales problemas del país, superando el 26% anual.
La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en su primera comparecencia ante el Parlamento tras la muerte de su marido, el pasado mes de octubre, ironizó ayer sobre su eventual deseo de acudir a la reelección el 23 de octubre, pero al mismo tiempo presentó un balance tan satisfactorio de la política seguida hasta ahora, primero por Néstor Kirchner y luego por ella misma, que dio la impresión de estar dispuesta a lanzarse de nuevo a la batalla e intentar proseguir con el "modelo" otros cuatro años más.
"¿Alguien me escuchó decir que voy a ir por la reelección en 2011? No se hagan los rulos (no se preparen para la fiesta)", aseguró ante los diputados y senadores que seguían su discurso de apertura de la nueva legislatura. La presidenta pareció en forma, y habló, como es su costumbre, durante más de una hora sin leer un texto escrito sino ayudándose de algunas notas económicas.
Cristina Fernández fue más clara sobre los rumores acerca de un plan de sus seguidores para modificar la Constitución e intentar no solo ganar el próximo mandato, sino dejar abierta la puerta a un tercero (lo que ahora es ilegal). "Soy la primera presidente que no tiene un presupuesto (el oficialismo no alcanzó la mayoría en las últimas legislativas), así que ¿cómo voy a lograr una reforma constitucional?", explicó.
A su llegada al Congreso, Cristina Fernández saludo fríamente a su vicepresidente, Julio Cobos, con quien no se habla desde hace casi tres años y se mostró disgustada cuando algunos asistentes, entre el público, gritaron el nombre de Cobos: "Un poco más de educación para su gente, señor vicepresidente", dejó oír sin disimulo.
Su intervención, sin embargo, estuvo fundamentalmente dedicada a reivindicar la política de crecimiento económico puesta en marcha por su marido, a quien adjudicó la autoría intelectual del modelo. "Si algo dejó este año del Bicentenario es la certeza de que el modelo que inició ese hombre era el camino indicado". La presidenta recordó que el crecimiento económico llegó en 2010 al 9,1% y que se ha producido el mayor desendeudamiento "de que se tenga memoria en Argentina". Las reservas actuales del Banco Central superan los 52.350 millones de dólares, anunció y pidió un mayor esfuerzo para aprobar una ley penal contra la evasión fiscal.
Cristina Fernández negó que exista mal clima para los negocios (en 2010 se llegó al record de inversión) y defendió el desarrollo del sector industrial, que ya aporta el mayor porcentaje de la recaudación anual de impuestos. "No vamos a aceptar ningún tipo de presión que distorsione el modelo", aseguró. Al mismo tiempo anunció una nueva ley de adopción y una asignación universal para embarazadas, momento en el que parte del público y de los mismos diputados empezaron a cantar "Néstor no se murió, no se murió".
La presidenta ironizó sobre las quejas de los productores agrarios, que se benefician de la política de cambio de su Gobierno. "Este año se va a llegar a los 100.000 toneladas de grano. Afortunados los que tienen las vaquitas, como diría Atahualpa", bromeó. Tampoco dejó pasar la ocasión de distanciar a su teórico aliado, el gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, al aludir a quienes quieren más cárceles y no más escuelas. Scioli hace frente a muchas quejas por la creciente inseguridad ciudadana y ha pedido, sin éxito, mayor capacidad de represión.
La oposición centró sus críticas fundamentalmente en el hecho de que la presidenta eludió mencionar el fuerte incremento de la inflación, que se ha convertido en uno de los principales problemas del país, superando el 26% anual.